Estúpido Celo -Parte 2- (Soukkai)

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- Ah, sí? – en eso cerró los ojos un momento... y sólo una persona se le vino a la cabeza – El capitán de la quinta división?

- Bingo! – soltó una risita – Aunque shh, ya sabes, o te pego – dijo subiendo a su moto, encendiéndola para luego darle unas palmadas al asiento – Arriba! – Hakkai obedeció abrazándose fuerte al más bajo para no caer


Al llegar a la casa de los Kawata, ambos fueron recibidos por la madre de los gemelos, quien abrazó tiernamente a Hakkai, pues ya lo conocía y le agradaba mucho y regañó a su hijo mayor porque confundió el perejil con el cilantro, cosa que hizo reír a su marido que estaba sentado en el sofá viendo caricaturas con Souya, quien al ver al peliazul se puso de pie y fue a saludarlo

- Qué haces aquí?

- Smiley me trajo

- Lo vi llorando en la calle

- Llorando?! – preguntó la señora Kawata tomando las mejillas del menor que era bastante más alto que ella y apretó sus mejillas – Qué te hicieron, corazón?

- Nada

- Uno no llora por nada

- Bueno, es que...

- Mamá, suéltalo – dijo el peliceleste apartando suavemente a la mujer de su amigo – No lo obligues a hablar si no quiere

- Bien – suspiró – Mi niño, te puedes quedar a dormir aquí esta noche si quieres, aunque no olvides avisarle a tu hermanita

- Eso haré. Gracias por su hospitalidad – el chico se metió al baño, donde marcó el número de su hermana y le dijo que se iba a quedar con los Kawata, que también le avisara a Taiju y Mitsuya para que no se preocuparan, aunque siguiera molesto con ellos

La familia Kawata era muy ruidosa y divertida; no era la primera vez que cenaba con ellos, pero si era la primera en que se sintió tan acogido, aceptado. Acabada la comida, Hakkai y Souya lavaron los platos mientras se tiraban agua y a los pocos minutos, los señores Kawata bajaron vistiendo de forma elegante

- Eh? Y esas pintas? – preguntó Nahoya desde la sala

- Cómo que pintas, mocoso?! Es nuestro aniversario, burro

- Ay, verdad – rió el mayor de los gemelos

- A veces no sé que tienes en lugar de cerebro, hijo – suspiró la mujer de cabello anaranjado y ojos azules – Souya, cuida la casa y a Hakkai

- Si, mamá – asintió; esperó a que el sonido del vehículo se alejara para suspirar – Bien, Nahoya, ve con Mucho, yo te cubro – sonrió el menor de los gemelos y su hermano lo abrazó con fuerza

- Te amo, mi Angry bonito! – dijo con voz de bebé corriendo escaleras arriba para arreglarse y salir a ver a su pareja

- Nos quedaremos solos? – preguntó Hakkai

- Si te molesta podemos llamar a Mitsu-

- No! – le interrumpió – Estoy bien a solas contigo – respondió un tanto enojado

- ...Pasó algo con Mitsuya? – el de la cicatriz en sus labios frunció el ceño – Ya veo. Lamento haberlo mencionado

- No pasa nada. Ya lo superaré...


Apenas Muto llegó y se llevó a Nahoya para pasarla bien esa noche, el menor de los Kawata subió al cuarto que compartía con su gemelo siendo seguido por Hakkai, se sentó en la cama del chico de cabello anaranjado y miró al más alto relajando su usualmente huraña expresión facial

☆Hermanos Shiba☆ One-ShotsWhere stories live. Discover now