III

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La primera cosa que descubrió Tadashi fue que ellos eran omegas y seguidamente las parejas de dos jugadores. Pretendía usar eso a su favor de algún modo.

—Entonces chicos, ¿Qué me pueden decir de Tsukishima Kei?— indagó el peli oliva mientras sacaba su cuaderno de apuntes.

—¿Tsukishima? Ese hombre es un completo idiota, varias veces intenté hablar con ese tipo y me ignoró por completo, solo por ser omega, ¿Qué le pasaba?— el joven se notaba indignado con eso que acababa de decir, su nombre era Shoyo y al parecer era el más animado entre ellos dos.

— Concuerdo con lo que dice,— le respondió su amigo, él se llamaba Keiji Akaashi — ese Tsukishima es irrespetuoso, además está sobrevalorado, finge una sonrisa ante sus fans pero apenas gira su rostro ya los está maldiciendo.

Tadashi no sabía que decir ante estás palabras, no podía negar nada de lo que dijeron pues le sucedió exactamente lo mismo el primer día que lo conoció.

Tampoco estaba seguro si debía anotar todo eso en su agenda, pero de alguna manera todo lo que decían sobre él, no lo convencía del todo, él tenía que conocerlo mejor.

Debía controlarse, no podía dejarse llevar por un sentimiento que solo duró unos segundos, pues desde el día que lo conoció pudo ver como en su dedo anular se formaba un hilo rojo, sus feromonas se descontrolaban y quería acercarse más, pero no podía, pues los destinados solo podían estar cerca si ambos lo deseaban, lamentablemente Tsukishima lo había rechazado a la primera. Eso le dolió en el momento, pero de todas formas siguió con su reporte, aunque aún no había logrado nada.

Por lo menos estaba hablando con personas cercanas de alguna forma, a su entorno social, debía seguir así. 

Ahora, luego de conocerse un poco más con esos omegas, intercambiaron números y se dirigieron al coliseo, el cual no estaban tan lejos, Hinata y Akaashi reían, uno más fuerte que otro, pero se divertían y así fue hasta que se tensaron por completo.

Tadashi sabía de qué se trataba, pues fue el primero que lo sintió, feromonas de un alfa enojado, en ese momento tampoco podía hacer nada, sería peor para él, solo se quedó quieto dónde estaba.

No se había dado cuenta que cerraba los ojos con fuerza y apretaba sus manos, hasta que Shoyo le tocó un hombro, dándole a entender que podía relajarse.

—¿Estás bien?— preguntó Akaashi tranquilamente, mientras lo guiaba al coliseo.

—Sí, gracias.

Aquellas feromonas tan fuertes, eran originadas por Tsukishima, al parecer uno de los jugadores había hecho un mal saque, haciendo que la pelota le cayera en su cabeza, sumando el hecho de que estaba completamente irritado. Fue motivo suficiente para enojarse así.

Ya había acabado el entrenamiento y todos salieron notoriamente incómodos del lugar, nadie podía con el capitán enojado.

—¡Bebé!— fue lo primero que dijo Kageyama en cuanto vio a su omega esperándolo, corrió hacia él y comenzó a llenarlo de besos, además de dejar un poco de sus feromonas en él.

"Así que él era su novio de otra ciudad" intuyó Tadashi en cuanto los vio así de empalagosos.

El pecoso sonrió y volvió a su objetivo, debía tener aunque sea una pequeña declaración de Tsukishima.

Apresuró su paso para poder alcanzar a su objetivo, pero el alfa al parecer se dio cuanta que lo perseguían.

—¡Maldición! Deja de ser tan molesto y no te acerques a mi — declaró Kei casi gritando.

El alfa solo miró de reojo tras de él y vio como ese omega bajaba su cabeza y dejaba de caminar, eso fue suficiente para tranquilizarlo y entrar rápidamente a su auto. Ahí dentro pudo respirar tranquilamente, debía tomar un inhibidor ni bien llegara a su casa.

—Yo solo necesito hacerte un pregunta... Tampoco es fácil para mí. — susurró Tadashi mientras veía como ese auto deportivo se alejaba a toda velocidad.

Había sido un día demasiado agitado, se despidió de los demás jugadores y se dirigió a su hogar. Durante todo el camino se estaba cuestionando si valía la pena soportar ese trato por un simple reporte, es decir, él también tenía instintos como omega y con cada mirada de desprecio que le lanzaba ese alfa se sentía demasiado miserable.

Tadashi estaba consiente del hilo rojo que lo conectaba con Tsukishima Kei, pero decidió respetar lo que ese alfa rubio hiciera.

Todos esos pensamientos hicieron que la cabeza de Yamaguchi doliera un poco, la idea de abandonar ese reporte y centrarse en otra cosas, era muy tentadora.

En medio de sus pensamientos, interrumpió la iluminación de un anuncio en un edificio, era sobre el gran patinador en hielo, había ganado una medalla de oro y le daba un reportaje exclusivo a un periodista sobre como estaba orgulloso de ser él quien ganara ese premio.

Todos en las calles se habían detenido para observar ese reportaje y luego comentarlo, el trabajo de aquel periodista era tan limpio y muy bien trabajado. Eso fue todo, Tadashi quería que todos hablaran así de su trabajo también, sería histórico, tener una entrevista exclusiva con Tsukishima Kei.

Solo bastaron unos segundos para hacerle cambiar de opinión, dejaría cualquier sentimiento de lado para lograr su objetivo.

La noche se esfumó en segundos y la cama de Tadashi seguía sin desordenar, el omega no había dormido absolutamente por ningún momento, estaba conectando puntos, buscando lugares y afirmando los datos que él tenía anotados.

Los rayos del sol filtrándose por la ventana frente a su escritorio le avisaron que era hora de quitarse los audífonos y salir nuevamente a la calle. Era sábado y los entrenamientos no eran hasta la noche, pero Tsukishima nunca se quedaba en casa esos días, mayormente concurría a restaurantes pequeños o cafeterías no tan conocidas.

Así empezó su plan, primero lo esperó fuera de su casa, afortunadamente no tuvo que esperar mucho, Tsukishima salió en cuestión de 10 minutos. Estaba con ropa deportiva  el cabello algo desordenado.

 El alfa acababa de salir de su casa y comenzó a preparar su cuerpo para poder ejercitarse, en ese tiempo notó como alguien lo observaba pero le restó importancia, de hecho, planeaba ignorar a esa persona, hasta que el individuo se acercó más y más, ahora estaba claro de quien era, con su típico " puede responder alguna pregunta" eso realmente lo hartaba.

Tadashi estaba prácticamente a su lado, corriendo, cuando Tsukishima se dio cuenta que su alfa interior quería acercarse más, no dudó en cautelosamente estirar un poco su pierna, ahora era un obstáculo que Yamaguchi no reparó en prevenir y cayó de cara en el suelo.

El rubio solo sonrió satisfactoriamente y volvió a sus actividades.

Para Tadashi eso era como darle un reto, desde el inicio lo fue, pero esto ya era personal.


Imposible [TSUKIYAMA] [OMEGAVERSE]Where stories live. Discover now