Novio Obsesivo y Agresivo (Raura) |ADAPTACIÓN|

Capitulo I

- ¡Desde ya te aviso que no quiero que lo veas más! - dijo Ross histérico mientras la sacaba de la fiesta tomándola fuertemente de sus brazos.

- Ross, me lastimas - dijo Laura quejándose.
- Entra al auto - le ordeno.
- Llévame a casa - dijo asustada.
- Iremos a mi casa - dijo posando una de sus manos en las piernas de Laura y la otra al volante mientras conducía.

Se le nublo la vista en un instante, ella permanecía callada, era su novia y debía hacer lo que él quisiera.

Tan solo de recordar lo que había pasado se le subía la sangre a la cabeza. Supuestamente la fiesta debería haber terminado bien, habían ganado el campeonato de fútbol y empezarían un nuevo semestre.

Pero al notar la risa coqueta de su novia con Austin, lo molió a golpes, a ese **** y a todos los demás que querían acostarse con Laura a la primera oportunidad que él no estuviera para protegerla.

- Ross, sólo somos amigos - dijo Laura.
- ¡No! ¿Me crees imbécil? - dijo haciéndola entrar al departamento a empujones, estaba enrabiado, lo veía en sus ojos ese malnacido quería llevarte a cama -dijo dejándose caer con fuerza sobre su sofá.

Las lágrimas de Laura comenzaron a asomarse, lo cual lo enfureció más.
- ¡No llores!... todo esto es tu culpa, ¡Si no fueras tan coqueta y tan regalada no pasaríamos por esto!
- Pero Ross... - trato de defenderse.
- ¡Que te calles! - dijo poniéndola de pie para estamparla contra la pared.
- Me lastimas...
- ¡Pues te aguantas por estar de perrita!- sus ojos se llenaron de furia - no quiero que lo veas más- ella comenzó a llorar- ahora deja de llorar y quítate la ropa- le ordeno. Ella temerosa negó con la cabeza.

- ¡Mira estúpida, ya déjate de jueguitos! - dijo lanzándole una bofetada - tu eres mi novia y haces lo que yo te digo - dijo prácticamente arrancándole el vestido, sus ojos se llenaron de lujuria al verla semi desnuda.

Ella era preciosa, ¿A quién no volvería loco? perdería la cabeza por ella en un segundo.

Se quitó la chaqueta de cuero y la lanzo sobre el sofá, la cargo fuertemente para arrinconarla más a la pared, ella escondió su carita llena de lágrimas en el hombro de Ross. Él desabrocho sus pantalones, se colocó el preservativo rápidamente y la penetro al instante, embistiéndola con fuerza, ella permanecía callada mientras el como un animal la cogía una y otra vez con fuertes embestidas. Él era el único que gemía, él era el único que gritaba, gritaba como un animal lleno de placer, a ella le dolía pero callaba, como siempre callaba.

- ¿Te gusta bebé? - pregunto el muy infeliz. Mientras entraba y salía de ella con fuerza, fuertísimo.

Soltó un último gemido y luego se retiró de ella, complacido, feliz de haberla tenido otra vez y no permitir que nadie más la tuviera, porque él era el único. Se dejó caer en el sofá respirando agitado, cansado.

- Como siempre eres la mejor - dijo Ross mirándola - me excitas con tan sólo verte Laura, podría hacerlo contigo toda la noche. - ella tomó su vestido y entro al baño rápidamente, se miró al espejo, tenía el maquillaje corrido, trató de limpiarlo, se lavó la cara y nuevamente se colocó el vestido.

¿Por qué tenía que tratarla así si decía que la amaba?

- apúrate que tengo que llevarte a casa nena - dijo Ross tocando la puerta del baño. A los pocos segundos ella salió.

***

Ross estacionó su Ferrari afuera de casa de Laura, ella permaneció callada todo el camino.

- ¿Por qué no has dicho nada? - preguntó él a la defensiva.
- no lo sé - respondió seca y fría - estoy cansada y solo quiero dormir.
- ¡Claro! como siempre, cada vez que estás conmigo tienes algo mejor que hacer ¿cómo irte a dormir verdad?
-Ross no quiero discutir...
- Pues yo si - dijo enojado - siempre que estás conmigo la pasas así de mal, malagradecida, deberías agradecer que estoy aquí para cuidar tu hermoso trasero, pero sin embargo te pones a coquetear con Austin...
- Somos amigos - contestó Laura
- ¡Cállate ! - dijo apretándole el cuello con fuerza- cuando yo hablo tú te callas, esto no hubiese pasado si no fueras tan...- lo reflexiono- ¡agh! - gruñó, sólo bájate de mi auto y lárgate antes de que yo mismo te mate.

Dicho y hecho. Ella bajó del auto y camino hacia su casa, se paró en la puerta con la dignidad por los suelos, miro su reloj, las 4 de la madrugada,

¡Que linda fiesta! - pensó Laura.

Sacó sus llaves, giró una última vez a ver el auto de Ross que como era obvio ya no estaba, seguro se iría a tomar con sus amigotes o a **** con cualquier tipa de la calle. Cerró la puerta tras ella dejando en el aire un suspiro desesperado por arrancárselo del pecho.