Al no encontrar a su padre en sus aposentos sale corriendo al jardín, si por ella fuera hubiera salido como se encontraba, pero las reglas se lo impedían, así que tarda unos minutos hasta que Esma llega con el velo y capa.
A pasos apresurados llega a la carpa de su padre donde es presentada dejando que todos se guirasen para no verla, su majestad se sorprende, pero sonríe al tener cerca a su princesa a la que no pudo ver por varios días.
— Hermana. — sus menores hermanos se inclinan, pero no son ni vistos ni escuchados por la mujer.
— Hija mía, ¿Que te trae aquí con esa actitud? — su ceño frunce al ver a su hija molesta, tanto que no se reverencia, podía enojarse, pero no podía hacerlo, no con su preferida.
— Padre.. — se acerca a él para abrazarlo con fuerza — Oh padre e escuchado que desean casarme, ¿Es esto cierto?
— Aun lo estamos pensando, no entiendo cómo te enteraste, aún no es una decisión clara.
— Acaso permitirá que me alejen de usted, hace no mucho que llegue al palacio y ahora se quiere deshacer de mi.
— ¿Que cosas dices Raziye? ¿Como yo, tu padre podría querer deshacerse de ti?
— Por favor no lo permita, no me entregue a un hombre al cual no conozco ni amo.
— Ya te dije hija mía que aun no es una decisión clara, no hay respuesta aún.
— ¿Que es lo que escucho? — se aleja anonadada de su respuesta — ¿Que no eres tu el Sultán de la justicia? Frente a mi acaso no tengo al hombre que cree en el amor, que me prometió que me casaría con el hombre que yo ame.
— Este no es el momento, ni el lugar para hablar de esto. Vuelve a tus aposentos, hablaremos de esto luego.
— Me niego, escuchelo bien Sultán Suleiman, me niego a casarme con ese hombre o cualquier otro. — se acerca a su padre quien siente algún temor interno a la seguridad y ferocidad de su hija — Soy su sultana del día y de la noche, pero si decide casarme habrá firmado mis últimos días de vida y le demostraré porque me llaman la sultana de la vida y de la muerte.
Se inclina con los ojos totalmente llorosos para marcharse de su pesadilla dejando sorprendido no sólo a su padre si no que a sus hermanos y compañías.
Él no se imaginaba una vida sin su sultana, sin la luz de sus ojos, sin su destello de vida, deseaba hacerla feliz, pero había hecho todo para que esas lágrimas recorrieran su bello rostro.
Sus fuertes zancadas la llevan a sus aposentos donde rompe en llanto como una bebé, no podían hacerle esto, menos su padre quien siempre le prometió ceder a todo lo que le pidase.
Clava su puerta para que nadie pueda ingresar, pero su amiga se desesperaba afuera por saber como estaba. Siempre habían tomado decisiones y nunca reprocho, pero ya estaba cansada de eso, no lo permitiría más.
La ira empieza a consumirla destruyendo todo a su lado mientras gritos llenos de furia salían de sus bellos y delicados labios preocupando aún más a la mujer afuera.
Luego de varios minutos las puertas son golpeadas estronduosamente, la mujer le restaba importancia desde su cama soltando cada lagrima más y más. Cuando las puertas se abren de golpe su majestad es el primero en entrar viendo todo el desastre a su alrededor y a su sultana perdida en si.
— ¡¿Que es lo que ocurre contigo?! — el grito del Sultán le provoca un brinco de susto, su padre no podía seguir viendo a su sultana herirse — ¡Este no es el comportamiento de una Sultana! — la mujer baja más la mirada sintiendo la vergüenza recorrer su cuerpo — ¡Ponte de pie!
La pelinegra en un lloriqueo obedece sus ordenes para alzar la mirada a su padre quien decían lo justo y piadoso que era, pero eso no estaba pasando ahora.
— Si en mi decisión esta casarte tu deber es obedecerme, porque antes que tu padre soy tu Sultán.
— Padre..
— Compórtate como la sultana que eres y no vuelvas a osar faltarme el respeto.
— Por favor perdóneme mi Sultán. — pide para mirar a su padre — No quiero casarme, por favor..
— Esa decisión la tomó yo. — se sorprende cuando su hija cae a sus pies sollozando con fuerza al tomar su basta.
— No me case padre, no deje que me lleven de su lado. No lo permita.
— Raziye.
— No puedo casarme, se lo imploro su majestad, tenga piedad de mi. — con el dolor en su corazón se aleja de su hija para marcharse.
La astucia había sido una habilidad que aprendió cuando estuvo al lado de Hurren a pesar de irse de su lado siempre pensó en cada movimientonto que dio ella, tenía que utilizarlo y pensar rápidamente si quería liberarse de este problema. Las palabras de la luz de sus ojos detienen su andar
— No puede alejarme del amor mi vida.. — el magnífico Sultán se detiene con solo escuchar todo ello — si usted me casa me alejara de Malkocoglu y nuestro amor, ¿Enserió permitirá que nuestro amor se rompa?
No sale palabra alguna y solo se marcha dejando a su hija con un profundo vacío de por medio, tenía que impedir que la casaran.
— ¡Esma! — argumenta en un imploro — ¡Esma! — se adentran con preocupación al verla en el suelo.
—Mi sultana..
— Ve. — detiene sus manos que iban a pararla — Corre y llama a Malkocoglu, que venga antes que valla con mi padre.
— Raziye..
— Tiene que estar aquí antes de que hable con él, búscalo dónde sea y traelo.
Sin entender nada corre a su pedido, necesitaba ayudar a su sultana y si esto lo haría correría el riesgo que fuese necesario.
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𝑼𝒏 𝑷𝒂𝒔𝒐 𝒂𝒍 𝑨𝒎𝒐𝒓 | 𝑴𝒂𝒍𝒌𝒐𝒄𝒐𝒈𝒍𝒖 𝑩𝒂𝒍𝒊 𝑩𝒆𝒚 | TERMINADA
Fiksi Penggemar~ 𝑬𝒍 𝒉𝒆𝒄𝒉𝒐 𝒅𝒆 𝒕𝒆𝒏𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒄𝒆𝒓𝒄𝒂 𝒚 𝒏𝒐 𝒑𝒐𝒅𝒆𝒓 𝒕𝒐𝒄𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒄𝒐𝒎𝒊𝒆𝒏𝒛𝒂 𝒂 𝒅𝒆𝒔𝒆𝒔𝒑𝒆𝒓𝒂𝒓𝒎𝒆, 𝒄𝒐𝒎𝒊𝒆𝒏𝒛𝒐 𝒂 𝒄𝒂𝒆𝒓 𝒂 𝒕𝒖𝒔 𝒑𝒊𝒆𝒔 𝒚 𝒆𝒔𝒐 𝒎𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒂 𝒗𝒐𝒍𝒗𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒍𝒐𝒄𝒐. ~ 𝔈𝔰𝔱𝔢 𝔩𝔦𝔟𝔯...
𝕸𝖎 𝕻𝖊𝖘𝖆𝖉𝖎𝖑𝖑𝖆
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