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Lo escuché hablar y por más que intente seguir con mi actuación no funcionó, mi respiración ya estaba lo suficientemente agitaba como para seguir fingiendo.

-Sé que estás despierta- dijo sin más. -escuché como encendía un cigarrillo y dejaba salir el humo hasta mi.

Intenté reconocer su voz, intenté recodar algo que me hiciera reconocerla o al menos que se me hiciera familiar, pero fallé en el intento, no había nada que me ayudará a comprobarlo, su voz sonaba fuerte y la forma de hablarme era firme, tenía miedo, estaba más que aterrada, pero aún así no dejaría de luchar por mi vida si es que tenía que hacerlo, lo cual era una realidad.

¡Debo salir de aquí!

Cuidadosamente me volví en su dirección, no muy segura de querer ver lo que había a mis espaldas, pero aún así lo encare y cuando lo hice noté que la habitación estaba a oscuras, justo dónde él se encontraba no había ni una pizca de luz que me pudiera revelar quién era el que me tenía secuestrada en éste lugar, ni las intenciones y sus fines, pero de lo que si estaba segura es que el hecho de que no lo pudiera ver era un detalle que estaba más que planeado.

- ¿Quién eres y qué demonios quieres?-solté, fuerte.

-Shhh, el que habla aquí soy yo, ¿entendido?- su voz tenía una nota de diversión, cosa que enfurecio más.

-Vete a la mierda, sueltame ya y déjame ir--tiré de la cintas en mis muñecas haciendo que estás me lastimaran la piel, solté un gruñido por el dolor que me causaban.

- Si te controlas todo saldrá bien, lo prometo-dijo apagando lo que le quedaba del cigarrillo para luego ponerlo sobre la mesita de noche que ya hacía al lado de la cama.

-Sueltame o empezaré a gritar- no estaba dispuesta a seguir sus órdenes y se lo hice saber.

- Bien, intenté ser amable-se levantó de la silla y encendió una lámpara, no tenía idea de que ahí había una, la luz de esta era mínima, solo pude ver su sombra, abrió una de las gavetas de la mesita de noche y sacó las cintas que ya había puesto en mis manos y pies, tomó un pedazo de esta y sin mucha dificultad la puso sobre mi boca, intenté forcejear con el pero era inútil.

-El que habla aquí soy yo, ¿quedó claro?-dijo sosteniendo mi rostro con una de sus manos, para después soltarme y salir de la habitación dejándola con cerradura una vez más.

¿Y si no lograba salir de aquí?

¿Qué pasara conmigo?

Peligrosa Tentación Where stories live. Discover now