capitulo 4

59 36 15
                                    

"La muerte tan amarga... y muchos buscan su dulce abrigo"

Vampiros...

Hombres lobos...

Brujas...

Espíritus...

Demonios...

Todos figuras supuestamente demoníacas que no me concierne aclarar si son reales o no, pero como todo historia contada por los humanos, son tan estereotipados.

Que se encuentran muy alejados de la realidad.

Ese pensamiento de reflexión se entromete en mi cabeza en el momento menos indicado pero que encaja a la perfección con la situación.

— ¿Qué haces aquí? — me sorprende escuchar a Adirael a la defensiva.

La postura del chico pasó rápidamente de nerviosa a una postura de piedra, como si temiera que la persona que nos acompaña pero que aún no se ha dejado ver pueda lastimarme.

Mi mano por intuición se posa sobre el hombro del demonio para que se relaje y funciona al ver que los ojos color rojo intenso de Adirael se tornan un poco más opacos.

—Puedes mostrarte Aita, no te preocupes — le digo a la nada.

—Es un alma muy podrida — dice el niño de cabellos color ceniza, tiene el cabello como hasta el cuello pero justo ahora lo lleva sujeto en una cola alta , dos mechones de color negro caen adornando cada lado de su frente — voy a tener que bañarme en aguas hirviendo después de esto.

La parsimonia que relata su rostro podría resultarle escalofriante a cualquiera, a pesar de tener un cadáver frente a sus pies, está de lo más tranquilo, para ser un niño de 13 años.

— ¿Qué demonios haces aquí?— la pregunta fue escupida como lava por Adirael.

-—¿No es obvio? Boule asesino a alguien y vengo a llevarme mi parte — dice el niño rodando los ojos, haciendo parecer que Adirael le hizo una pregunta rotundamente estúpida.

— Llegaste 2 minutos tarde , pensé que no llegarías aún, Aita— le digo bromeando mientras me pongo mi playera.

El niño ve mi desnudes y no le provoca emoción alguna.

— Vengo de recoger el alma de un indígena muerto en Amazonas y me reclamas por haber tardado 2 minutos en llegar al otro lado del mundo— el niño lleva tatuado en su mejilla derecha el símbolo del ying y el yang— tan solo soy un niño de trece, agradezcan que hago el trabajo como se debe.

— En realidad no tienes trece imbécil— Adirael le dice con recelo.

La tensión entre estos dos puede cortarse con mi daga.

— Estaba hablando con la princesa, no con demonios de pacotilla — Aita se pone en cuclillas para tocar con su dedo índice la sangre en el suelo.

— ¿Perdón? ¿Cómo me dijiste? Debe ser que estoy hablando con un dios — le refuta Adirael.

Aita como si la paz fuese una con él, se levanta jugando y observando la sangre en su dedo .

—Niño , tu no eres nadie , yo marco el inicio y el fin de todas las cosas y tu... ¿qué? Solo eres tú, un simple demonio queriendo igualarse a la muerte— se acerca a nosotros tanto que puedo sentir como las llamas interior de Adirael chocan contra el invernal frío de Aita— solo, tan solo si te mueres tendrías la mínima posibilidad de llegarme a los talones.

— Ok, se nota a leguas que no se llevan bien — les digo pasando por encima del charco de sangre para buscar el mejor ángulo para tomarme una selfie con mi primer logro.

Boule "Nunca debí nacer"Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα