Comer bien - Yoonseok

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Yoongi estaba disfrutando de la tranquilidad de la soledad, estar recostado en el césped era su momento favorito del día, ya que Tae, quien era su amigo, por no decir el unico, en la universidad tenía una clase distinta a la suya, lo que le ofrecía un momento a solas como tanto amaba tener.

— Hola hyung — murmuró el menor al momento que le cubría el poco sol que se habia logrado colado por las ramas del árbol.

La próxima vez debía elegir otro árbol u otra universidad, quizá otro amigo.

— ¿No tenias clases? — preguntó el mayor sin abrir sus ojos.

— Si, pero mi hermano mayor va a tener un partido de fútbol, quiero ir a verlo — explicó el menor, sin moverse un centímetro de su sitio.

— ¿Entonces que haces aquí?

— Quiero que me acompañes a verlo, por favor hyung — Tae colocaba sus manos juntas en modo de suplica, pero Yoongi no pudo verlo, pero se lo imagino, Tae siempre hacia eso.

— No me gusta el fútbol.

Tae suspiro, pensando de forma rápida una manera de convencer al mayor de que lo acompañará, no quería perderse aquel partido, pero ir en autobús no era buena idea, la última vez que viajo de esa forma terminó en otro barrio de la ciudad al que originalmente iba.

— Si va conmigo prometo pagar la comida — volvió a pedir sin separar sus manos.

— ¿Toda la comida? — al fin abrió sus ojos y una sonrisa se dibujo en sus labios.

Tae lo observo un momento y lo dudo, Yoongi era algo delgado, pero comía bastante en sus salidas, pero Tae no solo quería ver a su hermano, tenía interés en un amigo de esté,que jugaba en el mismo equipo.

— Toda la comida hyung — aseguró y vio como Yoongi se puso de pie.

— Entonces vamos — comenzó a caminar en dirección al campo, pero Tae lo detuvo.

— No va a jugar aquí, es en otra universidad— explicó para comenzar a avanzar en dirección al estacionamiento donde estaba el auto del mayor.

Yoongi ahora entendía por que Tae lo necesitaba. El menor sabía manejar, pero sus padres le quitaron el auto después de que llego muy tarde una noche y seguramente su hermano mayor se había llevado su auto.

Minutos después llegaron a donde estaba recién comenzando el partido, Yoongi sabía que Tae tenía un hermano mayor, pero nunca lo había visto, ni siquiera en algunas visitas que había hecho a la casa del menor.

Solo recuerdos vagos de cuando eran niños, pero no recientemente.

— Por aquí hyung— Tae señalo una de las bancas que estaban casi al frente.

El pálido lo siguió, tomando asiento a su lado, se coloco los audífonos y cerro sus ojos.

— Me hablas cuando ya nos tengamos que ir— hablo cubriéndose del sol.

Tae asintió, apoyando a su hermano, Hoseok lo vio casi enseguida, también el bulto que estaba a su lado cubriéndose del sol.

Los minutos pasaron y Hoseok anoto el primer gol, Tae grito emocionado, se puso de pie quitando la prenda que Yoongi usaba para cubrir del sol, el pálido iba a reclamar, cuando lo vio.

Hoseok estaba celebrando por el gol quitándose la playera, trago saliva al sentir un tirón en su entrepierna.

Nunca tuvo una preferencia en específico, incluso no se había cuestionado su sexualidad, ya que hasta ahora nadie le había interesado.

— Ese es mi hermano— gritaba Kook demasiado emocionado.

Yoongi no apartaba la vista, ahora entendía por que la gente le gustaba el fútbol, no era por ver como pateaban el balón, más bien, ver esos cuerpos tan bien trabajados bajo ese uniforme ajustado.

Bien, definitivamente Yoongi no era hetero, si lo primero que pudo pensar, fue en cómo se sentía tener aquel cuerpo debajo de él.

Tae tomo asiento y Hoseok volvió a ponerse la ropa.

— ¿Puedo quedarme esta noche en tu casa? Necesitamos avanzar el trabajo que nos pidieron— murmuro Yoongi sin perder de vista a Hoseok.

— Pero recién lo pidieron, tenemos tiempo hyung— le respondió Tae sin perder de vista a su hermano y al mejor amigo de este.

— Si lo comenzamos hoy, te perdono tu deuda por traerte aquí.

— Acepto, esta noche puede quedarse en mi casa y puede comer lo que quiera, mis padres llegaran hasta el fin de semana— menciono el menor y Yoongi asintió.

— Comeré muy bien esta noche— pensó el pálido sin apartar su vista de Hoseok.