II

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La mañana comenzó muy animada para Tadashi, moviendo papeles y contactos. Tenía que hacerlo todo muy rápido, su objetivo era muy puntual al parecer.

Tal y como predijo, las 5 de la madrugada era muy temprano, pero prefería llegar antes que perderse del único momento que tenía para acercarse a Tsukishima.

Por otro lado, en un barrio exclusivo de Japón, despertaba un alfa con el sonido de su teléfono lleno de notificaciones, todos eran mensajes de completos extraños que le deseaban un buen día, no entendía porqué le escribían, agradecía a sus admiradores por apoyarlo, pero realmente lo abrumaban.

Salió de su cama y se dirigió a la cocina, debía hacer todo un viaje para llegar, aquella casa era muy grande. Tomó un vaso de agua mientras revisaba su refrigerador, ese era uno de los pocos días en los que le apetecía comer algo hecho por él mismo. Mientras disfrutaba su omelette se quedó divagando, de su mente no salía el hecho de que el día anterior había visto aquello que tanto miedo le daba, aquel ridículo hilo del que le hablaron cuando era un simple niño, aquella conexión con un completo desconocido, que los condenaba por siempre.

 Además de que haber empujado a un Omega espontáneamente, y generalmente no le hubiera tomado importancia, pero está vez sabía que solo había desquitado su ira en él.

Igual ya había pasado, solo acudió la cabeza, para levantarse y bajar al estacionamiento, algo que sí le gustaba a Tsukishima eran sus autos, sentía que eran su recompensa por ser bueno en ese deporte. Finalmente estaba de camino hacia la cancha en la que practicarían toda la temporada, luego de ser campeones nacionales ese era su privilegio.

En cuánto llegó vio que ya había alguien ahí, por alguna razón no le dio buena espina y se estacionó un poco más lejos. Bajó y mientras más caminaba, más deseaba haberse quedado en su cama. El chico que estaba ahí era el mismo omega al cual había empujado el día anterior, probablemente él también se había dado cuenta del dichoso hilo rojo y exigiría que tome la responsabilidad. Tsukishima solo lo ignoraría.

—¡Buenos días joven Tsukishima! Vine para que me responda algunas preguntas para mi reporte. — expresó emocionado Tadashi, con algún esperanza de ser respondido, pero fue limpiamente ignorado.

Tsukishima entró en el coliseo y cerró la puerta detrás de él, algo agitado, las feromonas de ese omega eran muy molestas sin duda, pero le había parecido interesante como alguien volvía solo para hacerle la misma pregunta otra vez, los periodistas generalmente lo dejaban en paz cuando terminaba usando la violencia. Además pensaba que aquel chico solo iría por su conexión destinada.

Pasaron las horas y de vez en cuando salía uno de los alfas del equipo para hablar un poco con el pecoso, sorprendentemente tenían muchos temas en común. Por eso a partir de ese día  intercambiaron números, eran más amenos los días mientras se enteraba un poquito más sobre las rutinas de Tsukishima.

Del que tanto hablaban, se encontraba dentro, ignorando casi por completo el hecho de que su instinto le gritaba que saliera a ver, ya era mucho tiempo que su colocador estaba sin hacer nada, eso le molestaba mucho.

—...Pero Tobio, no creo que tu capitán acepte el hecho de que solo te escapes para ver a tu novio que está en otra ciudad!

—!Lo sé!— grito —Por eso no me agrada Tsukishima, es un maldito alfa altanero, engreído- las palabras siguientes no pudieron salir de su boca, pues a pesar de todas las señales que le mandaba Tadashi, el peli negro no se dio cuenta de que su capitán estaba tras de él.

—Puedes seguir insultándome todo lo que quieras, pero si no vuelves a entrenar, no jugarás en el partido contra ese querido equipo que está en otra ciudad.— comentó Tsukishima con total tranquilidad, pero enfatizando la última parte.

Kageyama no lo pesó mucho, le lanzó una última mirada de despedida al omega y entró al coliseo para seguir entrenando.

Fuera se quedaron Tsukishima y Yamaguchi, el primero iba a decir algo, solo quería disculparse por lo que sea que pasó el día anterior, sin embargo antes de lograr formular palabra alguna vio como en su dedo meñique comenzaba a formarse aquel maldito hilo rojo, anunciando que realmente quería conectarse con el otro lado, quería conectarse con su destinado.

Antes de que todo eso sucediera, Tsukishima cerró los ojos y solo ignoró cualquier cosa que le decía el omega, solo le lanzó una mirada de rencor y entró al coliseo, cerrando la puerta con fuerza, para que nadie saliera o entrara nuevamente.

Kei estaba inquieto, no necesitaba esas cosas tan ridículas como su destinado o encontrar a una pareja y menos con aquel omega tan impertinente. Eso realmente le molestaba.

—Tsukishima.... ¿Podrías dejar de emanar feromonas?,— demandó cautelosamente Kageyama mientras le alcanzaba una pelota — sé que somos entre alfa y betas, pero aún así es algo incómodo entrenar en este ambiente.

El peli negro esperaba que lo mandara a limpiar todo el lugar como castigo de su osadía, pero el capitán solo dio unos pasos adelante y lanzó la pelota al aire, dándole un fuerte golpe antes de que cayera en el suelo.

—No sé de qué mierda hablas, mis feromonas están estables. — él realmente no quería aceptar el hecho de aquella unión no consensuada.

Afuera del lugar, se encontraba Tadashi, el pecoso estaba cansado de estar simplemente sentado en el frío, esperando que abriera la puerta, por lo que se levantó y fue hasta un café cercano.

Al llegar vio a una pareja en particular, no parecían amantes, tan solo era como si estuvieran esperando a que los del equipo del voleibol saliera para poder verlos, pues no quitaban su mirada, a pesar de hablar entre ellos, del coliseo.

El Omega presintió que ellos sabrían algo. Se acercó y comenzó a hablarles.

—Sí, amigo, espera... En un momento haremos nuestro pedido.— comentó el que tenía cabello naranja, sin despegar su mirada del coliseo.

—No, chicos, quería hablarles sobre el equipo nacional de voleibol, ¿tendrán algunos minutos?

Ambos chicos voltearon emocionados y lo invitaron a sentarse. Tenían muchas cosas que decir sobre ellos.





Imposible [TSUKIYAMA] [OMEGAVERSE]Where stories live. Discover now