Capítulo 1: Licántropos

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"Ha pasado ya una semana desde el trabajo para esos lobos y aún no he podido sacarme ese repugnante olor de encima." - dice Marta al micrófono que tienen sus cascos, mientras está sentada delante de su pc bebiendo un líquido azulado, del cual sale humo, de un vaso alto transparente.

"Recuerdo la primera vez que se me acercó uno de ellos. Hace ya casi 25 años" - continúa hablándole al micrófono.

"Si... 5 años después de mi adiestramiento."

"Iba en el metro a nuestra sede en Moncloa. En esa época creo que aún nos lideraba Steve Carter, si no recuerdo mal, él estuvo al frente del grupo hasta 2016, que fue cuando perdió la cabeza... literalmente." - hace una pausa después de decir esto.

Marta sonríe ligeramente con la idea de la cabeza cortada de Steve Carter.

"Siempre me desvío de los temas, perdona Daniel"

"No pasa nada Marta, ya te conozco" - escucha por sus cascos.

Siempre le ha gustado escuchar la voz de Daniel, es muy relajante.

"Pues como te decía, iba en metro esa noche, venía de un trabajo y tuve que usar algún recurso extra para poder finalizarlo con éxito, así que mis sentidos iba muy agudizados, ya me entiendes"

"Claro, odio esa sensación. A mi me pasa sobretodo con el oído, acabo escuchando media ciudad durante horas." - contaba Daniel.

"No se si es peor escuchar media ciudad u olerla..., el caso es que fué cuando empecé a percibir su olor. Nunca había sentido esa repulsión hacia algo, ni siquiera cuando he tenido que beber sangre de vampiro, y sabes que eso es asqueroso." - la idea del sabor de la sangre de vampiro en su boca la repugna y hace una mueca de asco al recordarlo.

"Tu no estabas cuando tuvimos el problema en Boston, no me hables de la sangre de vampiro, es algo que intento olvidar" - le recrimina Daniel.

"Perdona, es cierto, no lo recordaba." - se disculpa Marta.

"No pasa nada, ¿qué pasó con ese licántropo?" - pregunta Daniel interesado.

"Pues se sentó a mi lado. ¡Imagínate! Un lobo asqueroso sentado a mi lado, y para rematar la noche va y me dice 'eh guapa, ¿porque no te vienes a mi casa? seguro que nunca has estado con alguien como yo', y me toca la pierna. ¡Yo flipé, el lobo me estaba metiendo mano!" - contaba Marta con un tono claramente alterado.

Daniel empezó a reírse a carcajadas.

"Hostia, me estaba imaginando la situación y no puedo aguantarme, perdona" - sin parar de reirse.

"Si, riete... No sabía qué tipo de criatura era, solo tenía claro que no era humano, y en ese momento ni se me había ocurrido pensar que fuera a ser un licántropo. Así que le cogí el brazo con fuerza, y lo aparte de mi pierna. Le miré a los ojos, y le mostré mis muñecas." - dijo más tranquilamente.

"Ya veo que eso de ser directa no es algo de hace poco, ¿eh?" - dijo Daniel bromeando.

"Siempre he sido así, incluso antes de la marca... Pues en cuanto vio mis muñecas me miró de arriba a abajo muy lentamente, se levantó y se fue a otro vagón sin decir ni una sola palabra más."

"Me gustaría haber visto su cara al darse cuenta de lo que eres."

"No creo que alguien de los suyos sepa exactamente lo que somos, su neurona tiene suficiente con no morderse su propia cola cuando se convierten" - dice Marta entre risas.

"Seguro que lo supo, en cualquier otro caso te hubiera intentado descuartizar, ya sabes como son."

"Puede ser... bueno, voy cerrando ya, en otro momento te contaré el resto de lo que que sucedió con ese licántropo"

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