—Déjalo —le pide haciendo un gesto de poca importancia con la mano.

Entreabro los labios ligeramente.

—Abuela, no tienes...

—Llevatelo, Ashley. Ese cuadro es más tuyo que mío. Yo quiero que tú lo tengas —concluye la charla sonriéndome en un gesto poco triste y después voltea a ver la televisión de nuevo.

Jaden me tiende la foto en mis manos y yo lo agarro como si fuera mi mayor tesoro.

El pelinegro da un paso hacia mí, parece preocupado.

—¿Estás bien?

Yo asiento con la cabeza y trago saliva. Sostengo el cuadro con ambas manos y paso mis dedos con delicadeza sobre el cristal.

—Quizá estaría mejor si mi novio quisiera hablar conmigo de lo que pasó, pero por ahora estoy bien. Normal, viviendo, ya sabes. Siempre al límite —no lo estoy viendo a loa ojos, puedo sentir que me observa sin siquiera parpadear. Algún día quisiera dejar de ponerme tan nerviosa con tan solo sentir su mirada encima de mí.

—Hace unos minutos me estabas observando muy atentamente, no parecías muy enojada —dice con una ceja enarcada ocultando una sonrisa.

—¿Yo?, ay no, cómo vas a creer eso. Si me estaba viendo a mí —digo cruzandome de brazos protegiendo el cuadro. Luego dirijo mi vista a él y levanto las cejas con inocencia—. Deberías ser menos egocéntrico, Jaden. Luego corres el riesgo de gustarle más a Daisy.

Por dentro mío, por más que me cueste admitirlo me muero de celos. Y estoy enfadada. Claro que lo estoy. ¡Y la va a pagar muy feo por esto!, va necesitar esforzarse mucho para que lo perdone. Y yo jamás...

—¿Estas celosa o enojada? Ya me estás confundiendo —pregunta con las manos en sus bolsillos y ocultando una sonrisa de nuevo.

—Eres insoportable.

—No me has respondido —dice con una sonrisita, divertido.

—También eres un malcriado.

—Y tú sigues sin contestarme —sigue teniendo esa maldita sonrisa en su rostro.

—Sin olvidarnos que también eres un deshonesto, desleal, mentiroso, desgraciado, idio...

Él levanta las manos en señal de rendición.

—Lo capto, Hash —sonríe inocentemente haciendo una pausa—. Pero tú sigues sin responder.

—¿Qué te interesa saber si estoy enojada o celosa? Si solo lo usas para burlarte de mí y subirte el ego. Mejor pídele a otra que vaya a subirtelo, porque la verdad estoy agotada de los...

—Me interesa saber qué sientes.

—¿Así cómo te importó cuando saliste corriendo? —pregunto a la defensiva.

Él suelta un suspiro apretando la mandíbula.

—Vale, me equivoqué. Lo hice mal, lo sé, pero ni siquiera me has dejado explicarte...

—Tú fuiste el que me dijo que no me dirías nada, Jaden —eso último lo he dicho en un tono de decepción.

La abuela está muy al pediente de nuestra pequeña discusión, incluso ha hecho palomitas. No sé en qué momento pero lo ha hecho.

Genial, mi vida es tan genial.

—No hagas caso a nada de lo que dije en casa, Ashley. Estaba enfadado y no pensé en cómo te sentías. Me equivoqué, lo sé. Y quiero solucionarlo. No puedo ni quiero estar peleado contigo. Me importas tú y me importa lo que sientes, déjame solucionar mi error. Permiteme hablar contigo, por favor —dice con una mirada suplicante. Incluso casi se ha arrodillado ante mí.

El día que la luna dejó de brillar. Where stories live. Discover now