禁断 [Gofushi]

III - Sospecha.

-yo...me encanta- sus mejillas se tiñieron de rojo. -pero te agrada la idea de que yo conserve esta y tú la otra?- le miro nervioso.

-por supuesto-sonrió para después tomar su muñeca e ponerle la pulsera. -por cierto ¿as comido bien? Luces algo pálido-

-estoy bien-contesto sin mucha importancia por eso.

-¿estas seguro? Lo que sea que tengas aquí estare-lo tono de los hombros para apegarlo un poco más asu cuerpo.

-lo sé, aunque deverias enfocarte más en tu proyecto final si quieres pasar de año-le dijo más animado mientras le aprieta una de sus mejillas.

-en una semana estara listo y podre presentarlo ante esos tipos-apartó con delicadeza la mano de Megumi para ponerla en su hombro.

-ya veo...-

-quiero que tu estés presente ahí... se que si vas tendré las fuerzas suficiente para lograrlo-le sonrió.

-tonto-bajo su rostro avergonzado.

-es la verdad...quiero incluirte en mis planes a futuro, porque yo si me imagino uno contigo- le tomó tomo de su mentón acercándose peligrosamente a sus labios.

-ok, are lo que pueda para asistir-ablo nervioso ante el acercamiento.

Sin decir otra cosa unieron sus labios comenzando con un beso lento que poco a poco subió la intensidad, pero sin cruzar los límites. Se separaron unos minutos después devido a que los nervios de Megumi volvieron a ganarle para él contrario era tierno ver sus expresiones así, que solo se limitó a abrazarlo y despedirse de él pues también tenia que volver a sus clases.

Salió de las instalaciones llevándose la sorpresa de Gojo esperandolo fuera de su auto y con su cara de poker coqueteandole a cualquier chica que pasaba cerca de ahí. Mil veces prefirió tomar el autobús, pero escapar ahora ya no era opción, con una sonrisa algo forzada se acercó asta el para irse.

-¿me extrañaste?-pregunto con una sonrisa burlona.

-no, en lo absoluto-contesto secamente. -¿puedes acerté a un lado y cederme el paso?-

-....bueno, adelante-sonrió y se iso a un lado para abrirle para puerta e que el entrara.

En cuanto puso un pie el el auto un olor nauseabundo llegó a sus fosas nasales, era tan fuerte como si marcará territorio y eso le molesto un poco.

-si vas a hacer tus cosas, almenos date un tiempo para asear el auto-se quejó molesto al ver al albino entrar.

-oh... losiento, fue tan rápido y aburrido que apenas me pude cambiar -ablo con burla mientras enciende el auto.

-Tsk-chasqueo la lengua para después abrir la ventana del auto.

Al mismo tiempo que lo iso dejó a la vista aquella pulsera, Gojo no tardó en verla y con mucha curiosidad e desconfíanza se atrevió a preguntar de eso a lo cual Megumi tuvo que mentir.
Para su suerte o no, terminó creyéndole aquella mentira.

Tarde noche.

¿cuánto tiempo había pasado desde la última vez que cocino? No lo sabía exactamente, asi que aquella noche sólo decidió improvisar pensaba en sorprender a Megumi cuando bajará al comedor, pues si, valla sorpresa se llevó el ver varias cajas tiradas en el piso una especie de mezcla regada por todo lados y un Satoru recargado sobre el lavado casi inconsciente. Sólo pudo soltar un <<no puede ser>> ante aquel desastre.

-¿que explicación tienes ante esto-le dijo con una exprecion neutral al mismo tiempo que se paró frente a él de brazos cruzados.

-tch...-De sus labios sólo salió un gruñido de molestia, alparcer le había afectado mucho aquéllo.

-pudiste decirle a Akasawa que te ayudará en esto-siguió ablando esperando una respuesta pero no fue así.

-Gojo se quito el mandil que tenía puesto tirandolo al piso, después se levantó de golpe-

-te ayudaré a limpiar-comento, y paso una de sus manos en el rostro del albino quitándole los cabellos que tapaban sus ojos. -pero antes limpiate... también estas sucio del rostro-tomo un trapo que estaba cerca para limpiarlo con cuidado.

Gojo levanto un poco su rostro para mirar a Megumi quien tenia una expresion tan relajante mientras lo limpiaba, sus manos acariciandole la cara le aceleraron el corazón, si fuese un sueño no quería despertar nunca, pues que siga teniendo esas atenciones con él lo asia sentir único; que quizás no abría nadie más gozando de ese privilegio.

Se apego más a su cuerpo para rodearlo con sus largos brazos quedando así cerca de su cuello donde pudo inhalar ese dulce olor a miel. Megumi evitó verle el rostro pero permitiéndole acerlo.

¿porque simplemente no se negó? Fácil, también le agradaba su distintivo olor.

Aunque esa noche las espectativas de Gojo se cayeron, cuando olfateo otro olor encima del azabache uno que nunca imaginó. Dándole a entender que había estado con otro Alfa y eran mucho más cercanos.

17/09/2023.