Capítulo 44

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Llegaron a la compañía. Mario regresó a su puesto mientras Emma buscaba a Henry en su despacho, él no se encontraba allí. Su secretaria la informó de que se encontraba manteniendo una reunión con los del departamento financiero.

La chica decidió no interrumpirlo y en su lugar esperarlo junto al escritorio de Mario. Durante la trayectoria éste no le había preguntado cómo le había ido su reunión con Féodal, pero podía notar curiosidad en su rostro.

―Fue útil haber hablado con él―dijo ella llamando su atención. ―Me sentí muy bien al dejarle claro lo que quería. ―por el rostro del chico se asomó una sonrisa.

―Entonces sí quiere quedarse con Henry.

―Sería una tonta si no lo eligiera a él, ¿no crees? Me siento afortunada de haberlo conocido, no puedo perder eso, lo amo. ―la sonrisa de Mario se amplió mucho más.

―Estoy feliz de que lo tenga claro. Me alegro por ustedes, estoy seguro de que usted es también todo lo que necesita. Lo ha cambiado mucho. Dígame ¿quiere que le traiga café?

―Me vendría bien. Con miel, por favor.

―En seguida de se lo traigo.

Emma soltó un suspiro mientras se quedaba sola a esperar. Estaba ansiosa, quería ver ya a Henry, ¿cuánto más seguiría con la reunión? Se levantó para caminar hacia la sala donde se mantenía la reunión, podía verlo desde fuera, sonrió de tan solo verle, su atractivo era la mejor de las vistas, y él era suyo.

Decidió regresar al puesto de Mario y mientras lo hacía vio que se acercaba un joven con una cámara colgada del cuello, tenía aspecto de fotógrafo y parecía estar buscando a alguien. Ella lo alcanzó.

―Buenos días, señora. ―pareció sorprenderse al ver a la chica y se puso algo nervioso.

―Hola. ¿En qué puedo ayudarle? ―el hombre miró hacia la silla del escritorio de Mario.

―¿Está el asistente del señor Wells? Quiero le entregue esto. ―dijo mostrándole un sobre marrón.

―Viene enseguida, pero puede pasármelo, soy su esposa. ―tomó el sobre de sus manos, y lo volteó confusa. ―No tiene remitente.

―No era necesario, es un encargo del señor Wells.

―Ah, de acuerdo. Muchas gracias, se lo entregaré.

El tipo se marchó y ella se quedó mirando el sobre preguntándose qué contendría, supuso que se trataría de algo relacionado con la compañía y sorprendentemente no estaba cerrado, podía acceder al contenido. Si no estaba cerrado debería significar que no se trataba de algo clasificado. Tomó asiento e introdujo la mano dentro del material, por el tacto se podía determinar que definitivamente eran fotografías, sonrió emocionada y las retiró del envoltorio.

Una vez las tuvo de frente se borró enseguida su sonrisa. Pasó una foto tras otra, mientras poco a poco se iba haciendo pedazos su corazón. Se trataba de ¡fotos de ella y Féodal! Las fotografías eran recientes, de cuando ella fue a hablar con él al hotel, ¿Henry había mandado a espiarla? ¿No se suponía que confiaba en ella?

―Aquí tienes tu café con miel―la voz de Mario la sacó de su trance y regresó las fotos enseguida para verlo, lo que no sabía era que sus ojos ahora estaban cargados de lágrimas y que Mario podía notarlo. Él depositó el vaso sobre la mesa. ―¿Qué sucede?

―Estoy bien―dijo poniéndose en pie. ―Por favor, cuando acabe Henry dígale que me encuentre en la casa.

―¿Se va sola a casa? La llevo.

―No, iré sola. Tú solo dile eso.

―Pero no puede irse…

Ella lo había ignorado y caminaba a tomar el ascensor mientras se secaba las lágrimas que estaban amenazando por resbalarle por la mejilla. No podía permitir que la vieran en ese estado en su empresa.

La protegida del CEO [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora