— Que tienes? —me atrevo a preguntar.

Pero no responde, será que no me escucho?.

Con una de mis manos muevo su hombro izquierdo suavemente para hacer que reaccione. Pero no lo hace, esta perdido en sus pensamientos.

— Ey, estas bien? —muevo su hombro de nuevo.

El voltea a verme y sonríe.

— Perdón, estaba pensando en algo.

— En algo o en alguien? —levanto una de mis cejas, burlona.

— Talvez —se encoge de hombros.

— En tu cita? —pregunto con curiosidad.

— No. Y sobre eso, creo que me estoy arrepintiendo —hace una mueca.

— Que?!, es tu cita, y viene en una hora no puedes arrepentirte!

— Porque te importa tanto?, acaso quieres que me enamore de ella y me olvide de ti?.

Abro mucho los ojos al escuchar la sinceridad en sus palabras.

Easton se aclara la garganta y vuelve a hablar.

— Creo que será lo mejor por ahora —murmura— estará aquí en unos minutos, si quieres puedo ir a dejarte al lugar al que iras.

Niego con la cabeza, restando importancia a lo que acaba de decir.

— Gracias, pero prefiero caminar.

Me aparto de su lado y me dirijo hacia la puerta principal, cuando estoy apunto de salir me volteo y hablo de nuevo.

— Suerte en tu cita —sonrío

El me ve por un momento y luego responde.

—Si —dice sin mas.

Salgo de la casa y me dirijo hacia donde acordamos con Emma.

Cuando llegué al lugar acordado Emma ya me esperaba adentro, lista para escuchar las nuevas noticias.

Le conté todo y cuando estaba acabando de contarle lo ultimo de esta mañana algo en sus ojos brilló.

La conozco muy bien y eso no significa nada bueno.

— Conque están solitos en tu casa eh? -
—enfoca una media sonrisa.

Frunzo el ceño.

— Que tramas? —entrecierro los ojos.

— Yo? —se señala a si misma— pues nada.

— A si? —elevo una ceja

— Si fíjate, no se como piensas que un angelito como yo esta pensando en escabullirse e ir a controlar a los tortolitos —se limpia las uñas intentando disimular los cachitos que seguro a de tener por mentirosa.

— Emma… —me cruzo de brazos mientras la miro con los ojos entrecerrados.

Ella ve hacia los lados evitando mi mirada, pero yo permanezco firme.

Sigo observándola hasta que sus ojos se encuentran con los míos, y empieza el duelo de miradas.

Permanécenos viéndonos por unos segundos hasta que ella es la primera en apartar la mirada mientras hace un mueca. Sonrió orgullosa al ser la ganadora.

— Diablos, porque tu mirada tiene que ser tan dominante? —suelta un bufido.

— Créeme que contigo todo es mucho mas fácil —rio

— Hay aja —me saca la lengua

Yo hago lo mismo y las dos reimos.

— Volviendo al tema, que planea tu mente macabra?.

"Rompiendo las normas"Where stories live. Discover now