Always In My Heart [O.S] [L.S]

Camino de cémpasuchil

Octubre terminaba, dando comienzo a Noviembre. Ambos los meses favoritos de Harry y Louis, sin embargo, ese comienzo de mes fue diferente a todos los anteriores. No había decoraciones en su casa, mucho menos había hecho las compras para dar dulces a los niños el primer día del mes.

Su casa se encontraba en total y completo silencio, con un Harry envuelto en sus sábanas de la cama, acostado del lado izquierdo, donde hace menos de una semana le correspondía ese lugar a Louis.

Los sollozos inundaban la casa, la habitación llena de pañuelos esparcidos por la cama; mesa de noche y el piso. Sus ojos hinchados, sus manos frías, sus labios resecos, y sus ojos sin brillo.

¿Por qué estaba así en su época favorita del mes?

Louis falleció hace cinco días, en un fuerte accidente automovilístico, donde, al regresar de su trabajo por la noche, ansioso por llegar a casa, conducía por la carretera. Era tarde, pues tuvo que cubrir a uno de sus compañeros. Todo iba bien, tranquilo. La música en volumen bajo en su auto, así estaba pendiente de los sonidos del exterior. Sus ventanas cerradas y el seguro de las puertas puestas, ¿qué cambió ese camino lleno de paz? La velocidad a la que manejaba era más alta a la permitida, cuando quiso bajarla, ésta no minimizó, en cambio, al desesperarse por ello, perdió el control del auto, al punto de desviarse a las vallas de contención, donde su auto se estrelló con fuerza. Un sonido estridente que despertó a cualquiera que viviera cerca de la zona.

Louis terminó fuera del auto, atravesando con su cuerpo el parabrisas. Traumatismo craneal fue la causa de muerte en el mismo instante que su auto tuvo el impacto.

Justo esa noche, Harry no podía dormir como otras, donde se empeñó a esperarlo hasta que llegara a casa. Claro que cuando su celular sonó, mostrando el nombre de Louis; no era para que fuera a recibirlo a la puerta principal, sino que obtuvo una voz diferente a la de su esposo. Una voz más grave y madura, la cual le dio la peores de las noticias que pudo escuchar en su vida.

Louis, su esposo. Su amado Louis, había fallecido.

La tristeza lo invadía por completo. Teniendo a sus amigos y familiares al tanto de él, por miedo a que cayera en un grave cuadro de depresión. Todos sabían que Louis era su vida, su motivación de día a día, el amor de su vida. Todo lo que estaba bien para Harry, era Louis. Ninguno podía imaginarse el dolor que pasaba desde que recibió esa noticia por la madrugada, mucho menos cuando fue a reconocer el cuerpo, y al día siguiente presenciar su entierro y asimilar que su más grande amor ya no estaría más con él.

No al menos de forma física, pues una de las cosas que más le hacía díficil a Harry asimilar su realidad, era que sentía a su esposo de alguna u otra forma.

Era una de todas esas noches donde no se sentía tan sólo en su habitación. Recostado de su lado de la cama, después de intentar despejar su mente al leer algo, lo cual no entendía por tener la cabeza en otras cosas. Apagó la luz de su mesa de noche, dejó el libro a su lado y le dio la espalda al lugar de Louis. Sus manos las colocó debajo de su almohada, y sus ojos los cerró. Pequeñas lágrimas salieron hasta llegar a sus mejillas y mojar su lugar al extrañar el olor de su esposo a su lado.

Siempre decía que no lo dejaba dormir por la forma en que se adueñaba de la cama, sin embargo, en su realidad del momento, era lo que más anhelaaba con el alma. Louis invadiendo su cama, su espacio, todo lo que fuera. Tan sólo le bastaba tenerlo de nuevo con él.

—Te extraño, mi amor.— murmuró entre sollozos, aún llenando de lágrimas su almohada.

Sorbió su nariz y cerró sus ojos con fuerza. Tomó un largo respiro, intentando tranquilizarse y conciliar un poco de su sueño. Pues, cada que dormía, lo hacía por pequeños lapsos de tiempo, despertando con la respiración agitada al tener la misma pesadilla desde días atrás. Esa pesadilla que fue su realidad.