Capítulo 9: Un Beso En El Baño

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Estamos a viernes y estoy sentada en las escaleras de delante de mi portal, esperando a Aroa y a Eva, con las que he quedado para ir a desayunar. Mientras pienso en lo que ha pasado los últimos días.

No he vuelto a hablar con Aike desde la escena de celos en la cafetería.

Por fin admites que era una escena de celos.

La verdad, pensé en escribirle pero siempre que entraba en nuestra conversación de WhatsApp y le daba a escribir terminaba borrando el mensaje. Al cabo de un par de días dejé de intentarlo.

Erik ha vuelto a ser el de siempre, aunque no me pareciera la mejor idea del mundo, parece que ir a pegar a Diego le ayudo bastante. No se ha vuelto a encerrar en su habitación desde entonces. Y sinceramente me alegro mucho de que vuelva a parecer feliz. No he querido presionarle a que me cuente nada, porque sé que cuando esté listo me lo dirá.

El lunes fue mi primer día de trabajo. No me disgusto mucho, tampoco es que empezará con mucha alegría, ya que todavía seguía algo deprimida por lo sucedido horas antes, pero intenté regalarle mi mejor sonrisa al mundo, aunque no fura real. Los compañeros no estaban mal, eran bastante simpáticos, de echo me ayudaron en un par de cosas. Tengo que ir de lunes a jueves y fines de semanas alternos, de una a nueve. No me voy a quejar del horario.

Ahora mismo me estoy abrazando las rodillas para mantener la calor corporal, estamos a principios de diciembre y la verdad es que hace bastante frío. Y agradezco a mi yo de hace cinco minutos por haberse puesto una chaqueta gorda.

Me levanto de un salto cuando veo aparecer a Eva y Aroa por el final de la calle. Casi me caigo de culo cuando Eva se tira-literalmente-sobre mí. La sujeto para que no nos matemos a lo que ella me abraza más fuerte.

Cuando nos separamos Aroa aparece a nuestro lado y me da un abrazo con menos fuerza que el de Eva.

-¿Qué tal?-pregunta Eva con emoción.

-¿Qué te pasa?-le digo yo riéndome, cuando Eva está emocionada, es porque le ha pasado algo, algo bastante bueno. Eva empieza a sonreír abiertamente con una sonrisa que más que alegrarme me da miedo lo que puede significar. Miro a Aroa en busca de ayuda, pero ella parece más perdida incluso.

-¡Adivinad quién tiene nuevo novio!-suelta eufórica y comienza a dar saltitos de alegría.

Me quedo paralizada un segundo, no hace más que un par de semanas desde que ella y Diego lo dejaron, pero así es Eva. De echo me sorprendió que durara tanto tiempo con Diego.

-¿Quién es?-le pregunta Aroa, que parece que ha salido del shock inicial antes que yo.

-Se llama Lucas y lo conocí el otro día en una cafetería...-.Y así empieza a hablarnos de su novio mientras empezamos a andar camino a la cafetería.

Saco tres conclusiones del nuevo novio de Eva:

1)Llevan siendo novios un día.

2)El chico tiene veintitrés años.

3)Está obsesionado con Taylor Swift.

Llegamos a la cafetería antes de que me de cuenta. Nos sentamos en una mesa del fondo del local, y la camarera nos toma nota.

-¿Algo nuevo que contar?-pregunta Eva cuando termina de contarnos sobre su novio.

-Nada especial-responde Aroa encogiéndose de hombros.

Y entonces las miradas de Eva y Aroa recaen sobre mí, está claro que quieren que les cuente cómo me va con Aike, así que como sé que no van a dejar de insistir hasta que lo consigan, decido contárselo de primeras.

-Aike y yo llevamos sin hablarnos desde el domingo-murmuro bajito, ellas dos se miran y no necesitan decir nada para entenderse.

-¿Por?-pregunta Aroa, con ganas de cotilleo.

#Cotilla por naturaleza.

Suelto un suspiro pesado, me colocó en la silla y les cuento la historia. Ambas escuchan muy atentas todos los detalles y asienten con la cabeza para confirmarme que lo entienden. Cuando termino Eva suelta un chillido emocionado y la miro con el ceño fruncido.

-Eso quiere decir que le gustas-dice y Aroa asiente con ella cabeza.

-Sí, sino no hubiera montado un escena de celos-agrega esta última.

-No fue una escena de celos-aclaro.

No te lo crees ni tú.

-Vale, lo que tú digas, pero yo voto que le gustas-comenta Eva, eufórica.

-Aike y yo solo somos amigos-aclaro enfurruñada.

-Y a ti también te gusta, sino no te molestaría tanto que no te escribiese-continúa Aroa, ignorándome por completo.

-Eso, eso-apoya Eva-podríamos hacer citas dobles.

-¿Y yo?-protesta Aroa.

-Eh... tú puedes...

-Chicas...-intento intervenir, pero no me hacen mucho caso.

-Bueno, da igual, el caso es que hay que juntar a esos dos.-dice Aroa.

-¿Y cómo lo hacemos?-pregunta Eva.

-¡Chicas!-espeto y ambas se giran hacia mí-Aike y yo no somos nada, ni vamos a ser nada.

-¿Por qué?-se enfurruña Eva y hace un puchero.

-Porque yo no le gusto y él a mi tampoco-zanjo el tema.

Repítelo, pero esta vez que sea verdad.

No me gusta Aike.

Sí claro, y yo soy Taylor Swift.

Vale, tal vez me guste un poquito.

¿Solo un poco?

Se acabó, no voy a seguir hablando contigo.

-¿Y si salimos de fiesta esta noche?-propone Eva.

-Yo voy-apoya Aroa.

Y de nuevo ambas miradas recaen sobre mí.

-Eh...-empiezo sin saber qué decir.

-Y tú también vienes-dice Eva, sin dejar opción a respuesta-tienes que olvidarte de tus problemas y que mejor forma que emborracharse.

-Sí, supongo que sí-asiento poco convencida, aunque a ellas parece no importarles mucho y esbozan dos grandes sonrisas.

Cuando salimos a la calle un aire bastante frío nos da de lleno en la cara. Eva se ha tenido que ir antes así que solo estamos Aroa y yo.

-Oye, ¿Qué pasó el otro día con Dylan?-pregunto. Aroa se queda paralizada, creo que pensaba que no me acordaba.

Yo me acuerdo de todo, sobretodo si es chisme.

-Emm...no hemos vuelto a hablar-contesta nerviosa. Conozco a Aroa desde hace años, se perfectamente cuando miente, y ahora está mintiendo.

-Aroa... sabes que eso es mentira-le digo con voz suave, tampoco quiero que se sienta presionada a contarlo.

-Vale, sí he hablado con él-admite.

-¿Solo eso?-pregunto levantando las cejas. A la mierda lo de no presionarla.

-Sí-dice muy digna y se cruza de brazos.

-¿Segura?-insisto.

-Eres insoportable-refunfuña.

-¿Eso quiere decir que hay más?-pregunto emocionada con una sonrisa de oreja a oreja.

Aroa suspira pesadamente, y se gira hacia mí.

Voy a por palomitas.

-Me acosté con él, ¿contenta?-responde y sigue andando, yo me he quedado plantada en mi lugar.

Cuando por fin consigo procesarlo echo a correr para alcanzar a Aroa, la cual no ha parado de andar.

-¿ De verdad?-digo al llegar a su lado, ella asiente y yo suelto un chillido emocionada.

-¿Por qué te emocionas tanto?-contesta levantando las cejas.

-¿Por qué te emocionas tú cuando te cuanto algo sobre Aike?-rebato.

-Empate-sentencia.

Al llegar a mi portal me despido de Aroa y subo a casa. Cuando entro el olor a comida casera inunda toda la casa. Al asomarme a la cocina veo que Erik está cocinando algo.

-¿Qué haces?-pregunto cuando llego a su altura. Erik se gira en mi dirección.

-Cocinar-contesta y vuelve a lo suyo.

-Hasta ahí llegaba-respondo con ironía.

-Estoy intentando hacer lasaña-dice concentrado en su trabajo.

-¿Y eso por qué?-Erik no es de las personas que les gusta cocinar, normalmente suelo ser yo la que cocina.

-Porque he descubierto que no se me da tan mal, y además me relaja-sentencia.

-Me alegro-respondo todavía algo perdida, y me voy a mi cuarto.

Al final resulta que Erik no es tan mal cocinero, de echo se le da bastante bien. Nos terminamos toda la lasaña entre los dos y dejamos los platos en el fregadero.

Derek me escribió después de que llegara a casa, preguntándome si tenía algo que hacer esta noche, le dije lo de la fiesta y al final él también va a ir con nosotras.

Y aquí estoy, otra vez con toda la habitación llena de ropa. El problema es que ya he vaciado todo el armario y no encuentro nada que me guste, no sé qué pensaba cuando me compré la ropa, pero lo que pienso ahora es que tengo que renovar el armario.

Me tiro bocarriba en la cama y suelto un suspiro bastante exagerado. Y justo en ese momento Erik entra en la habitación. Tenía una sonrisa de oreja a oreja, pero al ver el estado del cuarto se detiene de golpe.

-¿Vas a salir de fiesta?-pregunta levantando las cejas con aire divertido.

-Sí-respondo de mala gana.

-Puedo notar la emoción en el ambiente-ironiza. Cojo un cojín de la cama y sin muchas ganas se lo lanzo.

-Es que no tengo ropa-protesto.

-¿Y todo lo que hay tirado por el suelo?-dice señalando a su alrededor.

-Es que esa no me gusta- me quejo.

-Seguro que algo ahí-contesta y se pone a rebuscar entre los montones de ropa.

Al cabo de un rato levanta un top rojo, cuya existencia yo no conocía.

-¿Y este?-pregunta señalando con la cabeza la prenda.

-Ese es... ¡Perfecto!-grito emocionada y me levanto de un salto de la cama, rebusco mis vaqueros favoritos y cuando los encuentro echo a Erik de la habitación para poder cambiarme.

-Gracias Erik, eres el mejor-ironiza él imitando mi voz mientras lo empujó fuera.

-Cállate-murmuro. Erik obedece y sale de la habitación, cerrando la puerta tras de si.

Me visto lo más rápido que puedo y me apresuró a ir al baño a maquillarme. Creo que en la vida me había dado tanta prisa. Cuando estoy lista recojo el bolso y la chaqueta y salgo de casa. Al salir a la calle el frío de diciembre me da de lleno en la cara, Derek está apoyado en su coche de brazos cruzados y con expresión aburrida, que cambia a una de felicidad al verme.

-Hola-saludo al llegar a su altura. Derek me da un repaso un tanto descarado y asiente con la cabeza.

-Bueno, ¿nos vamos?-pregunta, y yo asiento.

Nos montamos en el coche y Derek comienza a conducir. El silencio que se forma es bastante tenso, solo es interrumpido por la música de la radio. Están poniendo una canción que conozco, sin embargo no soy capaz ni de tararearla por vergüenza.

Por suerte no tardamos mucho en llegar, nos bajamos del coche y encontramos en la puerta a Eva y Aroa, las cuales parecen estar algo aburridas de esperar. Cuando nos acercamos ambas levantan la cabeza y lo primero que hacen es correr hacia Derek para abrazarlo. Puede ser que haya olvidado mencionar que Derek y ellas tenían una muy buena relación en el pasado.

-Yo también existo-me quejo. Y solo así consigo que recaigan en mi presencia.

Eva tarda menos de dos segundos en lanzarse sobre mí, la tengo que sujetar para que no nos vayamos al suelo. Cuando Eva se separa, Aroa hace lo mismo solo que con menos intensidad.

-Ya estamos todos, ¿no?-pregunta Derek.

-Sí-responde Eva con emoción y se da a vuelta para entrar, y todos la seguimos.

Al entrar lo primero que me fijo es que no está tan vacío como el otro cuando fui con Eva. La verdad es que suelo agobiarme en los sitios llenos de gente, sin embargo hoy pienso olvidarme de eso y emborracharme. He venido a pasármelo bien y a olvidarme de mis problemas.

Di que sí.

Al llegar a la barra conseguimos hacernos con un hueco. Aroa intenta llamar la atención del camarero, pero no tiene suerte. Luego lo intentamos Eva y yo, y obtenemos el mismo resultado. Sin embargo, cuando lo intenta Derek sí lo consigue. Las tres giramos la cabeza en su dirección con las cejas levantadas y lo único que hace él es encogerse de hombros. Pedimos las bebidas y el camarero no tarda mucho en dárnoslas.

Llevo ya un par de cervezas cuando decido meterme en la pista a bailar, arrastró a Eva y Aroa conmigo. La primera parece bastante más ilusionada que la segunda, pero me da igual. Derek se ha quedado en las mesas porque ha encontrado a unos amigos, así que es como si estuviéramos las tres solas.

Al llegar a un punto en el que no está tan lleno de gente decido detenerme. Están poniendo una canción cualquiera, de la cual no me sé el nombre pero sí la letra, así que empiezo a cantarla. Eva y Aroa me siguen, y es aquí cuando me empiezo a olvidar de todo lo que ha pasado los últimos días.

No sé cuánto tiempo llevaremos cantando y bailando, pero hasta ahora Derek no nos había encontrado o no había querido venir. El caso es que ahora está bailando con nosotras. Voy un poco borracha, por lo que Derek me tiene que sujetar un par de veces para que no me caiga.

Cuando nos cansamos de bailar nos sentamos en una mesa libre del fondo del local. He perdido la cuenta de las cervezas que llevo, pero parece que soy la única que va un poco ebria. Derek parece darse cuenta de eso y se gira hacia mí.

-¿Quieres ir al baño?-me pregunta con algo de preocupación.

-¿Para qué?-respondo perdida, no sé de qué me va a servir.

-Para que te eches algo de agua, a lo mejor te viene bien-sugiere.

-Llevo maquillaje, si me echo agua se me va a correr-le explico.

Derek no responde sino que se vuelve a girar hacia el frente, pensativo. Yo en cambio me quedo mirándolo preocupada, no parece que esté muy bien.

-Oye, ¿estás bien?-le pregunto, y vuelvo a captar su atención.

-Sí, claro, ¿por qué no iba a estarlo?-contesta enarcando una ceja.

-No sé, no tienes muy buena cara-le digo.

-Que yo sepa la que va borracha eres tú-bromea.

-No, no me refiero a eso, me refiero a que pareces triste-aclaro, porque veo que no lo pilla.

-¿Por qué iba a estar triste?-pregunta frunciendo el ceño.

-Y yo que sé, te lo estoy preguntando por algo-respondo un poco enfadada.

Derek me mira como si estuviera meditando entre contármelo o no. Al final parece decantarse por hablar ya que suelta un pequeño suspiro y se gira en redondo hacia mí.

-¿Puedo hablar contigo a solas?-pregunta y yo asiento con la cabeza.

Derek se levanta y yo lo imito, parece que me ha bajado un poco la borrachera porque no me tambaleo al levantarme. Sigo a Derek hasta que llegamos a la puerta de los baños y él se detiene.

-No voy a entrar al baño de tíos-digo rotundamente, es que me niego.

-No va a pasar nada-asegura, pero yo no estoy tan segura.

-¿Y por qué no entras tú al de chicas?-le respondo con los brazos cruzados sobre el pecho.

-Porque ya estamos aquí, venga pasa-contesta y me empuja por la espalda para que pase. Al final no me queda otra que ceder y entrar al baño de tíos.

Una vez dentro, Derek cierra la puerta con seguro, para que no entre nadie. Sorprendentemente el baño no está muy sucio, cosa que me alegra bastante.

-Vale, ya he entrado, que se supone que me tenías que decir-voy al grano directamente porque no me apetece estar aquí mucho tiempo.

Derek se queda mirándome, sin embargo no dice ni hace nada, lo que hace que yo pierda un poco los nervios.

-Derek, ¿qué pasa?-le pregunto lo más suave que puedo con la poca paciencia que me queda.

-Quiero besarte.

Su respuesta me deja clavada donde estaba, esperaba de todo menos esto. Llego a pensar que es una broma, sin embargo la cara de Derek me dice que no. No sé qué decirle o que responderle. Nunca pensé que yo a Derek le gustara de esa forma. Aunque para seros sincera, Derek no está nada mal.

Y no sé si es el alcohol, pero mi cuerpo me traiciona y da un paso al frente, acercándome a Derek, él parece tomarse eso como una respuesta afirmativa. Derek se acerca a mí y posa sus labios sobre los míos. Mi primer impulso es apartarme, sin embargo en cuanto Derek se inclina hacia delante para profundizar el beso pierdo todo el uso de razón y me dejo llevar.

El beso no se alarga mucho más porque de repente llaman a la puerta y yo me separo de Derek, el cual no parece muy contento. Quita el seguro y abre la puerta de un tirón, me agarra de la mano y me saca del baño. No me da tiempo a fijarme quien es el chico que ha llamado a la puerta.

Cuando llegamos a nuestra mesa Aroa y Eva nos miran curiosas, Derek las fulmina con la mirada-. Eso de que nos hayan interrumpido no parece haberle hecho mucha gracia-.

-¿Tenéis forma de volver a casa?-pregunta Derek más tranquilo de lo que parece.

-Íbamos a ir en tu...-intenta decir Aroa pero no puede terminar porque Eva le tapa la boca con la mano.

-Podemos coger un taxi-añade Eva rápidamente. Yo la miro levantando las cejas y ella simplemente me guiña un ojo.

-Pues nosotros nos vamos-dice Derek y me agarra la muñeca.

-¿Nosotros? ¿A dónde?-cuestiono yo, no me hace mucha gracia que decida por mí.

-¿De verdad quieres que lo diga en alto?-pregunta arqueando las cejas con aire perverso.

-N-no hace falta-respondo tartamudeando mientras niego con la cabeza. En cambio los tres se echan a reír a lo que los fulmino con la mirada.

-Lo suponía-dice Derek y me vuelve a coger de la mano para sacarnos del bar.

Al salir a la calle el aire frío me da de lleno en la cara, por lo que me abrazo para mantener el calor. Nos subimos al coche de Derek y pone la calefacción, lo agradezco al instante.

-Oye, si no quieres que pase nada más, lo entiendo- comenta Derek, rompiendo el silencio.

-Derek, quiero hacerlo ¿vale?-le respondo, y es verdad, antes tenía dudas, pero ahora estoy segura.

-Vale-dice asintiendo con la cabeza, como si quisiera confirmárselo.

El resto del viaje lo hacemos en completo silencio. Por suerte, no tardamos mucho en llegar, bajamos del coche y subimos a mi piso. Todo en completo silencio. Erik está dormido cuando llegamos, así que me ahorro unas cuantas explicaciones. Al entrar en mi cuarto Derek cierra la puerta detrás de sí.

Nos quedamos los dos de pie, mirándonos, no sé muy bien como empezar esto, con Daniel siempre llevaba él la iniciativa, en cambio, Derek es como si tuviera miedo de hacer algo que no me guste, o de lo que me pueda arrepentir. Por eso mismo soy yo la que decide acercarse a él y acortar la distancia que queda entre los dos juntando nuestros labios.

La iniciativa me dura poco, en cuanto nuestros labios colisionan Derek toma el control y es él que marca el ritmo. En cuanto Derek desliza su lengua sobre la mía un gemido deja mis labios y Derek se junta más a mí.


Cuando caigo sobre colchón Derek se quita la camiseta antes de volver a mí. Pone las rodillas a ambos lados de mis caderas y vuelve a atacar mis labios. Solo nos separamos para que pueda quitarme el top, y no mucho después me desabrocha el sujetador. Sus manos bajan a mis pechos mientras sus labios recorren mi mandíbula, dejando un rastro húmedo.

El problema es que aunque sea Derek el que me está tocando, en mi cabeza lo están haciendo otras manos, otra persona, un chico castaño casi rubio de ojos azules.


***
Hola, hola.
¿Qué tal el capítulo?
En el adelanto del capítulo anterior di pistas, pero no dije de quién era el beso.
Ponga yo las que quieren que Aike y Daira se besen ya.
Bueno, nos vemos en el próximo.
Un saludo.

El atardecer que nunca vimos (Borrador)  (En pausa) Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz