Ambas avanzaban por uno de los pasillos.

—¿Sabes a dónde fue?

—No.—mintió Bonnie.—Lo siento mucho.

—Está bien.—Lucinda regresó a su habitación a esperar la comida. No tenía mucho ánimo de encontrarse con nadie por lo que se distrajo observando la ventana de su habitación hasta que Bonnie le anunció que la comida estaba lista.

Al llegar al gran comedor Lucy no pudo evitar notar que los gemelos se encontraban más entusiasmados que de costumbre.

—Milady.—se pusieron de pie para recibirla y con cuidado le apartaron la silla.

—Puedo saber cuál es el motivo de su felicidad caballeros.—preguntó curiosa.

—¿El motivo? Su presencia es suficiente motivo.—contestó Alexander zalamero.—Pero hay algo más...

—¿Qué cosa?—Lucy tomó un poco del caldo que le habían servido.

—Hoy tendremos visitas.—le susurró Francis en confidencia.—Espero que pueda llevarse bien con ellas.

—¿Quiénes son?

—Son dos hermosas damas que estamos conociendo: Clarissa y Anastasia.

—Creí que era prohibido recibir invitadas en Bleiston House.—alegó recordando todo lo que Bonnie le había explicado en las últimas semanas.

—No siempre lo es. Hay situaciones excepcionales que permiten medidas excepcionales.—se justificó Alexander.

—¿Acaso sus conocidas son cercanas a la señorita Lauren?

La joven no quería más problemas.

—Definitivamente no.—Francis frunció el ceño.—Todas las mujeres de aquí...—bajó la voz—...son un montón de amargadas.

—Pero...

—Escuchéme lo que le digo, milady, apenas las vean se encresparan como fieras.

—¿El señor Bleiston está de acuerdo con su visita?—alegó algo inquieta.

—Por supuesto que lo está.—mintió.—Incluso nos recomendó que se las presente.

—¿A mí?—Lucy no pudo ocultar su sorpresa.

Alexander asintió.

—Mi señora suele darnos el visto bueno en estos asuntos, pero ahora que no está y usted es la nueva jefecita nos gustaría contar con su aprobación ¿verdad Francis?

—Sería todo un honor.

La facilidad que los gemelos tenían para engañar era digna de reconocimiento.

—Pero yo qué puedo opinar al respecto. No las conozco y...

—Y no necesita hacerlo, sabemos que tiene una gran intuición para estas cosas. Dos de sus hermanas salieron bien casadas gracias a usted.—le recordó Francis.

—Se podría decir que así fue.

—No se diga más entonces.—ambos le regalaron una sonrisa que ella correspondió con un simple "Bueno".

Era la primera gran responsabilidad que le otorgaban y aún le costaba digerirla. Su opinión contaba poco o nada en esa residencia, por lo que demostrar su buen criterio era un importante primer avance.

—¿Qué pasó milady?—le preguntó Bonnie en cuanto terminaron de comer. La doncella la había notado pensativa todo el almuerzo.

—No es nada.—se encaminó hacia la biblioteca.

Prohibido AmarteWhere stories live. Discover now