Hasta ahora estaba siendo divertido aunque no puedo fingir que no me ponían incómodas las miradas de los padres de mis amigos cada vez que me veían interactuar románticamente con Mihail, entendía que debía ser raro para ellos también puesto que nos conocían desde pequeños pero ambos éramos adultos.

El recién nombrado me dejó en el piso una vez salimos de la pileta, ambos nos acercamos a buscar toallas y yo aproveché para mirarlo sin disimulo alguno, había ganado unos kilitos tal como yo y eso en vez de deteriorarlo lo hacía ver más atractivo, me mordí el labio disfrutando las vistas apoyada en la pared, él se secaba el pecho con la vista perdida en sus pies.

El agua le chorreaba del pelo por los hombros y las gotas le recorrían el pecho, bajaban por el abdomen y se perdían donde yo no las podía ver.
Miraba al suelo con la boca ligeramente abierta, jadeando, tenía el cuerpo pesado, los hombros caídos, como derrotado.
Oh, de poder pegarme a él como garrapata, de poder tocarlo y tenerlo únicamente para mí.

Lo mejor de toda la situación es que efectivamente si podía pegarme a él, tocarlo y tenerlo solo para mí. Las veces que quisiera, cuando quisiera y cuanto quisiera, él no iba a quejarse tampoco, nunca lo hacía, no importaba lo que estaba haciendo. Si estaba en directo lo cerraba, si tenía que entrenar lo posponía, si estaba recién despierto se aseguraba de estar lo suficientemente lúcido, si estaba muy cansado le volvía la energía al cuerpo.

Para estar conmigo siempre tenía todo el tiempo del mundo y eso era lo que más me gustaba de él en ese ámbito. Tal y como yo, no tenía conocimiento de la palabra "límite".
A mi mente vinieron centenares de flashbacks, no me estaba ayudando mucho que en estos momentos haya tirado la cabeza hacia atrás y cerrado los ojos brevemente.


- ¿Que pasa?- Me preguntó, se veía genuinamente confundido mientras se pasaba la toalla por el cuello, como siguiera viéndolo iba a hacer combustión espontánea, barrí la estancia con la mirada y asegurandome que nadie nos estuviera prestando atención lo tomé de la toalla y tiré de él en dirección a la quinta.- ¿Que haces, loca?-

Lo callé con un beso, no me importó cagarme de frío en el tramito hasta llegar a la quinta, todo él estaba hirviendo, abrí la puerta de espaldas como pude y el calorcito de la calefacción nos abrazó a los dos. Me agarró del culo para hacerme upa y le rodeé el cuello con los brazos, estaba que rebozaba de felicidad, después de tanto tiempo teníamos un momentito para nosotros.

Él tuvo el impulso de acariciar mis piernas desnudas, me sentó en lo que creía era la encimera de la cocina.
Deslizó su mano rozando mi cintura con la punta de los dedos, logrando erizarme la piel ligeramente. Despegó sus labios de mi boca y bajó dejando besos por mi mandíbula, parando en el cuello, dónde se encargó de dejar un par de marcas mientras con sus manos bajaba a agarrarme del culo con fuerza.

Que obsesión que tenía este hombre con los culos.

Dejé escapar un gemido tímido que lo único que logró fue ponerlo todavía más duro. Estaba segura de que lo podía sentir, la cosa estaba escalando quizá demasiado rápido.

- Mihail... - Susurré mientras bajaba mi mano para dirigir la suya a dónde quería.

- ¿Quieres que te toque?- Me preguntó, su voz había salido más brusca de lo que quería, pero simplemente asentí, dándole permiso para introducir su mano debajo de la parte inferior del bikini para poder estimularme, me sostuve de sus hombros mientras él subió su mirada para poder verme, mi cara era un poema.
Con la mano que tenía aún en mi cintura, me acercó a él y me volvió a alzar en brazos .- Aquí no, alguien podría vernos.-

Le dí un piquito mientras nos llevaba a ambos a nuestra habitación, sin embargo, a medio camino paró de golpe, detrás de mi escuché como la puerta se abría y pude ver cómo la cara se le puso blanca a mi novio.
Aún en sus brazos y casi en cámara lenta comencé a girar la cabeza hacia atrás.

- ¿Mihail?- Casi me caigo de culo de no ser porque mi novio mantenía un fuerte agarre en el, sus manos se movieron rápidamente a mis piernas y luego terminó por dejarme caer frente a sí, me di media vuelta y miré a mi mamá y a mi hermano mayor con algo de miedo.- Valentina.-

- ¡Mami!- Le sonreí, ella me copió, parecía bastante ajena a lo que estábamos a punto de hacer antes que ella llegara, Facundo, quien miraba a mi novio como si lo fuera a matar, se había enterado.- Llegaron temprano.-

- Un poco, si.- Se acercó a darme un besito en el cachete, luego hizo lo mismo con mi novio, quien tuvo que agacharse significativamente.- No sabía que estaban juntos, no me habías dicho nada.-

- Que no escuches mis audios no es problema mío mami.- Me reí y me acerqué despacio a saludar a mi hermano, algo incómoda.

Cuando fue el turno de Mihail de acercarse lo ví dudar un poco, un hombre tan grande se veía ahora más bien chiquito, alzó la mano derecha para saludarlo con un apretón y yo abrí los ojos de par en par mientras me interponía y le agarraba del brazo.

No, esa mano no.

Pareció entender rápidamente porque con la cara roja le tendió la otra mano y lo saludó, mi hermano desapareció detrás de mamá con la promesa de que luego tenía que hablar con ambos.
Comencé a reírme a carcajadas frente a él que me miró serio.

- A mi no me hace ni puñetera gracia.- Me reí aún más fuerte.












NOTA DE LA AUTORA:

JAJSKAJAJJAJAJA PERDÓN.

Algún día les voy a dar una escena... candente. 🌚

mientras tanto sueñen.

mango pirata del caribe para la buena suerte

Oups ! Cette image n'est pas conforme à nos directives de contenu. Afin de continuer la publication, veuillez la retirer ou télécharger une autre image.

mango pirata del caribe para la buena suerte.




NO SE OLVIDEN DE VOTAR Y COMENTAR 🤍

Los leo.

REFLECTIONS | Misho AmoliOù les histoires vivent. Découvrez maintenant