Le sonreí levemente, mi teléfono vibró en mi bolsillo, era Mihail. Atendí mientras salía del edificio donde habíamos tomado las fotos.

— Hola bonita.— Sonreí de oreja a oreja, como si no me lo dijese seguido.— Te llamaba para confirmar si sigue en pie salir a comer.—

— Hola amor, disculpá, se me hizo re tarde.— Corrí al auto y lo destrabé con la llave.— Te busco y vamos.—

— Iba a preguntarte porque...— Hizo una pausa exageradamente grande.— Verás, tengo un amigo, ¿No?—

— Ajá.— Sonreí, a quien quería presentarme ahora.

— Y tu y yo somos pareja, ¿No?—

— ¿Lo somos?— Me hice la boba.

— Valentina, no me jodas.— Reí en voz alta mientras encendía el auto, lo puse en el porta teléfonos.— ¿Conocés a Nil?— Intenté hacer memoria pero era vago lo que recordé.

— ¿No es el chico con el que estuviste en Serbia?—

— Eh, si.— Habló brevemente.— Ese mismo, bueno. Que estoy con él en casa y me da pena dejarlo solo.—

— Oye cabrón.— Escuché una voz de fondo.

— Que se venga, ya fue.— Dije entre risas aunque en el fondo estaba un poco decepcionada, realmente quería un momento con él a solas.— En cinco minutos estoy y los busco, ¿Ya decidieron a dónde ir?—

— Hay un lugar nuevo cerca de casa.— Mencionó mi novio.— Me apetecía saber que tal es.—

— Va, en cinco estoy.— Asintió antes de cortar.

Me había hecho la boluda como si el conocer a uno de sus amigos no fuese importante, yo no tenía ese problema ya que mi amiga era Andrea y él la conocía de antes
Los chicos habían sido técnicamente sus amigos antes que los míos y más que amigos eran mi familia, ¿No le daba miedo?  ¿No le preocupaba rodearme de sus seres queridos?¿Tan seguro estaba de lo nuestro?

¿Era una buena señal? seguramente, ¿Me preocupaba? también.

Doblé en la esquina, entrando por calles que para este punto eran poco concurridas, saludé con la mano a alguna que otra vecina que recordaba de cuando era pequeña y paré el auto frente a la reja de la entrada que protegía lo que era el barrio privado, busqué en mi llavero la llavecita de la reja y cuando la encontré estiré el brazo afuera para que la maquinita la detectara, comenzó a abrirse.
Una vez pude pasar lo hice, asegurándome de que cerrase bien del todo, habíamos tenido un par de accidentes porque la reja era ya viejita pero nadie quería poner unos pesos para arreglarla.

Conduje unas cinco calles adentro y doblé a la izquierda otras dos manzanas hasta el departamento de Mihail, era el más alejado de todos.
Toqué la bocina tres veces de forma cortita y bajé el espejo del asiento, asegurandome que me veía presentable, al pedo puesto que venía de una sesión de fotos, estaba quizá demasiado presentable.

No tardó mucho tiempo en bajar, vivía en en lo que era un complejo de apartamentos, saludé a Luisa, la hija de una vecina, que me sonrió levemente. Fue ahí cuando los ví bajar a los dos, Mihail como siempre se sentó de copiloto, jodía que atrás no le entraban las piernas, sabía que era cierto porque a mí tampoco.

— Que guapa.— Fue lo primero que me dijo Nil apenas subió al auto, me sacó un poco del papel que traía pero aún así le sonreí y me acerqué a saludarlo con un beso en el cachete.

— Gracias, ¿Nil, no?— Pregunté intentando sacarle conversación, no pude evitar removerme en mi asiento, estaba incómoda, no era buena conociendo gente nueva.

— Eh, sí.— Asintió él, también parecía incómodo, intenté hacer como si no pasara nada, era mi auto, en teoría yo tenía el poder.

Me volteé ahora a mi novio con una sonrisita y antes de poder darle un besito en el cachete me clavó un pico, le pegué levemente en el brazo, sabía que no me gustaba demostrar afecto en público, me ponía nerviosa. Me sonrió cínico antes de darse la vuelta y ponerse a hablar con Nil, no le presté mucha atención a la conversación, conduje dando vueltas por el barrio antes de salir y dirigirnos al restaurante que habían elegido los dos.
A decir verdad el almuerzo fue agradable, Nil era un tipo gracioso cuando menos, me había caído bien aún sin realmente conocerlo, pero no pude estar del todo cómoda frente a él, supuse que a medida que fuese pasando el tiempo, como con todo el mundo, se me pasaría la vergüenza.













NOTA DE LA AUTORA:

No tengo nada para decir, pasa que hace cinco días no actualizo y me da penita.

Han pasado cosas personales últimamente, está todo bien, pero no tuve mucho tiempo para escribir, tenganme paciencia.



NO SE OLVIDEN DE VOTAR Y COMENTAR 🤍

Los leo.

REFLECTIONS | Misho AmoliWhere stories live. Discover now