Por azares del destino después de siete años Taehyun se reencuentra con su ex novio y ahora tienen que compartir el mismo departamento... ¿La chispa de su amor seguirá viva? ¿Lograrán convivir juntos sin lastimarse?
🍂 Historia ambientada en Japón...
— Me alegro mucho, amigo tengo que contarte algo que estoy seguro de que te interesará.
Después de decir eso procedió a informar todo sobre el departamento de Tae, no dijo el nombre de su nuevo compañero solo a lo que se dedicaba y unas cuantas características sobre su personalidad.
No fue nada difícil convencer a Beomgyu, era todo lo que necesitaba, vivir en el salón era incómodo y si compartía departamento con alguien los gastos serían fáciles de pagar además de que la compañía le sería útil, al ser nuevo en la ciudad solo conocía a Kai y a decir verdad se sentía algo solo.
— Muy bien Beomgyu, te esperamos mañana, puedes llegar a las once de la mañana porque en las tardes...suele salir de compras — eso último lo expresó con algo de fastidio.
Beomgyu no prestó atención a la expresión facial que hizo Kai y asintió con felicidad, necesitaba sacar sus cosas del salón lo antes posible así aprovecharía más el espacio y se sentiría más cómodo.
Siguieron charlando sobre su rutina y trabajo, no solían expresarse mucho pero algo de charla podían sacar.
Tuvieron que interrumpir su nada divertida plática tras una llamada. El jefe de Kai quería hablar con él y este no se podía negar.
Kai se despidió de Beomgyu con rapidez, sabía que su jefe odiaba la impuntualidad así que no tuvo que tardar mucho.
— Mañana te ayudaré a llevar las cosas Beom, vendré como a las diez y media — gritó antes de subirse a su auto.
Beomgyu asintió con una sonrisa amplia y volvió a su labor, en su mente se reflejaban ideas para aprovechar el espacio que habría tras sacar sus cosas personales.
Al terminar su horario laboral Beomgyu comenzó a empacar, ni siquiera comió solo sacó una cajetilla de cigarros para fumar, aunque sabía que no era lo mejor, hacerlo era lo único que calmaba su estrés de todos los días. No tardó mucho empacando, en realidad sus pertenencias eran muy pocas.
Al terminar decidió comer unos fideos instantáneos, al no tener mucho espacio no podía darse el lujo de cocinar comidas más apetecibles así que tenía que conformarse con unos fideos, aunque no era algo que le molestara mucho, si tenía sus cigarros era feliz.
Rápidamente el sueño lo invadió causándole varios bostezos, se levantó de su pequeña mesa y echó a la basura el plato de los fideos, entró al baño y prendió la regadera para iniciar a bañarse. Al terminar salió con una toalla, se cepilló y puso su pijama, estaba muy agotado así que no tuvo tiempo de realizar su rutina facial, quedó dormido al instante en que se metió al futón.
La noche pasó con rapidez, por fortuna era sábado y el salón no habría los fines de semana así que Beomgyu no perdió clientes o trabajos.
Kai marcó al estar afuera del salón esperando con unos lentes oscuros, Beomgyu sonrió al verlo con esos lentes y Kai le regresó la sonrisa al verlo con un una colita en su cabello.
— Listo? Te ayudo — expresó Kai antes de salir del auto para ayudar con las cajas de Beomgyu.
Por fortuna todas las cosas entraron en el carro y no tuvieron que hacer muchos viajes. Al terminar, con rapidez Beomgyu se subió al auto junto con Kai y este comenzó a manejar hasta el departamento de Tae.
Al llegar Kai fue el primero en subir hasta el departamento de Tae mientras Beomgyu se quedaba afuera del edificio sacando las cajas.
Al estar frente a la puerta del departamento Kai tocó el timbre y Tae abrió con pereza, aún llevaba consigo una pijama, los fines de semana no solía quitársela hasta en la tarde.
— Tae ya está acá tu compañero — comentó con una de sus tipicas sonrisas.
— Uhm esa es su habitación — respondió mientras señalaba al cuarto que estaba alado del suyo — estaré en mi habitación mientras meten sus cosas.
A Tae le causaba ansiedad ver desorden o a personas arreglando o desordenando cosas así que conocería a su compañero de que todo estuviera listo.
Kai asintió y volvió a dónde Beomgyu estaba aún con una sonrisa, Kai siempre sonreía, podían pasar cosas dolorosas y Kai mantenía su sonrisa.
Beomgyu y Kai subieron las cajas hasta el departamento, Kai no pudo ayudar mucho ya que tenía unos cuantos compromisos así que Beomgyu se quedó solo acomodando las cosas en su lugar.
Por fortuna no eran muchas cosas así que Beomgyu acomodó sus pertenencias en la habitación más rápido de lo que pensaba.
Al ya tener un mejor espacio Beomgyu sonrió y se acostó en su futón, su estómago gruñó ya que no había comido en todo el día, fue a la cocina y preparó unos fideos instantáneos.
Hizo una mueca confusa al ver las cosas que pertenecían a su compañero, al estar acomodando no se fijó en todas las cosas raras que habían en el departamento pero decidió no tomarle importancia. De igual forma la cocina estaba repleta de paquetes de snacks, gaseosas y dulces diferentes. A Beomgyu se le hizo raro que su compañero no saliera de su habitación aún y eso le generaba más curiosidad por conocerlo.
Beomgyu era un chico al que le gustaba experimentar con las personas sin importar su sexo, raza o religión y no le molestaría intentar algo con su compañero.
Los pensamientos de Beomgyu volaron al imaginar todo lo que podía hacer con su futuro "amigo", no dudaría en utilizar sus encantos.
Cuando los fideos estuvieron listos Beomgyu se sentó a la mesa y los metió a su boca, tenía mucha hambre.
El olor de los fideos entró a la habitación de Tae lo cual avivó su hambre e hizo que su estómago gruñera, salió de su habitación para prepararse algo y quizás saludar a su compañero.
Al ver la silueta que se encontraba sentada a la mesa, las manos de Tae comenzaron a temblar, temía que la persona sentada fuese quien creía que era.
Al sentir la presencia de alguien Beomgyu volteó la mirada hacia su compañero con una sonrisa calida, sabía que la primera impresión era importante.
La sonrisa fue borrada al ver de quién se trataba, los latidos de su corazón se aceleraron más de lo normal y sus manos comenzaron a sudar frío.
Tae no se quedó atrás, su estómago se sintió vacío y no solo por el hambre, sus piernas temblaron con temor y la voz se le esfumó por un rato.
— Eres... — expresaron ambos con dificultad.
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