•|CAPÍTULO 15: LÍNEA DE SALIDA.

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O tan solo pensar que tenemos algún poder sobre ellas.

Logró esquivar el golpe que este me regresa con ganas ya que esto no solo es por ella. Es por todos estos años de rivalidad en la pista que hasta el momento estuvieron contenidas. Se echa sobre mi ya que la diversión es latente en sus ojos, tan solo por unos segundos logró oír como mi equipo me llama antes de regresarle el golpe y que este lance otro rozando mi pómulo.

—¡Hey, hey muchachos!—La voz de Trevor se hace más clara.

—¿Pero qué es lo que pasa, Marc? ¿Ya te la follaste y descubriste que es fría en la cama?—Escupe con sorna en cuanto Piero y Trevor se entrometen.

William llega hasta mí ya que Piero lo llama.

—¡Sigue hablando así de mi esposa y te mataré!—Amenace queriendo llegar nuevamente al pedazo de escoria de Salvatore.

—No sabes dónde te estás metiendo, Dassaúlt. Cuídate las espaldas—resopla el otro todo orgulloso.

—Ni tú tampoco, así que no me andes con estupideces.

La ira roza niveles descomunales dentro de mi. Adelaine tiene los ojos cristalinos haciéndome sentir como una escoria andante pero algo en sus ojos oscuros se debate, una lucha a la cual no sabe dónde dar la razón.

Mi equipo evita que las cámaras se acerquen y que indican en que debo de regresar, la sorpresa invade todo mi sistema nervioso al sentir como su mano busca la mía sin mirarme a la cara y solo se centra en el frente donde está la maldita multitud.

—¿Te lastimo?—Susurre en su dirección.

—Estoy bien.

—Muñeca.

—Solamente tendré un moretón más tarde, pero es algo que puedo ocultar con maquillaje—respondió en el mismo tono de voz.

Su dedo hacía suaves círculos sobre mi mano en señal de nerviosismo. En cuanto cruzamos las puertas las dos figuras de mis progenitores nos dieron la bienvenida.

Alessio al teléfono hablando molesto donde seguramente está tratando de arreglar este problema. Mi madre, con una bolsa de hielo que puso en mi pómulo cuando tomé asiento frente a ella.

—La violencia nunca es buena, Marcus—me habla con suavidad mientras hace presión demostrando lo contrario, causando que ponga media sonrisa en el rostro a pesar de sentir dolor.

—La FIA está debatiendo qué hacer con este desastre. Los problemas dentro de las instituciones no son buenas, tú lo sabes.

Respiro hondo mirando a todo mi equipo y me detengo hasta que veo los ojos claros de mi madre. Ella sabe que creyó todo había quedado en el pasado ante mis arranques de ira pero no es así, solamente evito todo lo que conlleve a eso.

—¿Estás herida, querida?—Mi padre se gira a Adelaine y ella simplemente pone una media sonrisa en el rostro queriendo restar importancia.

—Estoy bien, señor Alessio. No se preocupe, lamento haber causado todo este desorden. Debí quedarme con mi escolta.

—Eres parte de esta familia, te estás adaptando. Es normal.

—Gracias.

—No es necesario—él le deja un leve beso en la cabeza para después salir del lugar seguido de mi madre y el equipo.

El silencio reinó durante lo que pareció un maldito siglo hasta que Adelaine dejó salir una larga respiración.

—¿Por qué reaccionaste así, Marcus?—Inquiere con cuidado.

—Tengo problemas de ira, por lo cual siempre me he mantenido alejado de todo aquello que lo detone—revele sin siquiera dudarlo.

—Es por eso que nadie se sorprendió por esto—afirmó.

—Si.

—Marcus, sé que todo el mundo cree que los Bonnet son una familia linda y unida, que no tienen problemas. Lo único malo que hay solamente pasa en la pista con esta rivalidad que hay entre familias y la unión del Winner central, pero no es así. Crecí en una familia de violencia intrafamiliar con una madre con complejo de víctima y un padre con problemas de ira. Con padres ausentes pero a la vez no porque nos volvemos familia ante las cámaras.

—No soy ellos...

—No estoy diciendo eso, Dassaúlt—aquello lo dice con cierta diversión—. Solo quiero que sepas que hay pequeñas cosas relacionadas a Magnus en ti.

Me levanto yendo hacia el refrigerador para evitar pensar que ella lo dijo. Apto por decir que tengo relación con su padre en esto, que soy una mierda como Magnus Bonnet y hacer ver una cara bonita.

—No quiero que me tengas miedo, Adelaine. Tampoco te puedo perder.

Me giro encontrándome con ese rostro tan jodidamente perfecto lleno de confusión.

—¿Tenías esposa?

—Prometida.

—¿Dónde está ella?

Sus ojos almendrados bajaron la vista a los anillos de su mano izquierda.

—Casi muere por mi culpa y ahora está con alguien más. Es feliz y tiene hijos.

—¿Puedo saber como se llama?

Dude ante eso, sin embargo, ella es parte de mi pasado el cual me tomó mucho tiempo superar.

—Anna Haase.

—¿Y todavía la amas?

—No.

—¿Por qué?

¿Qué más da que lo sepa ya, no? Pero no, no le dire.

—Me gusta molestar a una muñeca maniática del orden.

La sonrisa que ella pone es suficiente para alegrarme el día.

—Admite que mis recados te han salvado el trasero todas estas semanas.

—Lo admito.

—Por eso te quiero otro poquito, Marcus.

Por el momento eso es más que suficiente para mi.

ANACRONÍA. | 𝗟𝗜𝗕𝗥𝗢 𝗜 & 𝗜𝗜 «𝗕𝗢𝗥𝗥𝗔𝗗𝗢𝗥 𝗦𝗜𝗡 𝗘𝗗𝗜𝗧𝗔𝗥»Where stories live. Discover now