En el distrito rojo entre más bella seas, más dinero obtendrás. Las mujeres son vistas sólo como objetos que cumplen los servicios de aquellos hombres que buscan descargar su estrés y pasar un buen rato divirtiéndose con todas nosotras.
Toda mi vida...
Tomioka se estaciona en una cafetería mientras se da la vuelta y espero un sermón de esos que duran 20 minutos aunque en realidad fue más corto de lo que pensé.
-Escuchar conversaciones agenas es grave señorita tn-san... Y más si esa conversación era sobre problemas maritales.
-Descuida yo no mencionaré qué Shinobu esta desesperada por follar.
Tomioka se quita su cinturón de seguridad y pasa a la parte trasera del auto donde yo me encontraba. Siento algo de pánico cuando se acerca tanto a mi que me encuentro acorralada al asiento del auto.
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-Qué comentario tan irrespetuoso señorita.
-Qué estás... - Su mano pasa por mi muslo haciéndome temblar solo podía mirar sus ojos azules jamás los había apreciado de tan cerca.
-Te haré sentir como se siente Shinobu y quizá tengas un poco de empatia la próxima vez.
Su cálida lengua recorre mi cuello y mi cuerpo se estremece jamás imagine que Tomioka me viera de esta forma. Siento el deseo quemarme la piel y mis bellos se erizan.
-No... Espera... - su mano acaricia mi parte inmtina por encima de las medias qué llevaba su tacto era preciso haciendo temblar mis piernas el masaje continuo mientras su lengua seguía jugando con las terminaciones nerviosas de mi cuello.
-No escucharé a una niña desobediente como tu.-Tomioka rompe un poco la tela de mis medias para introducir su dedo en mi intimidad.
-Lo siento... Por favor deténgase Tomioka... - lleve mis manos a mi boca para apagar los sonidos obscenos qué querían salir de mi boca.
Mientras Tomioka estaba en su hábil tarea de castigarme besando mi cuello y hundiendo su largo dedo índice en mi entrada los sonidos lascivos no se hicieron esperar mi cuerpo estaba respondiendo mis fluidos escurrian entre mis piernas y mi cuerpo se retorcía levemente de placer.
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-A juzgar por la desorden aquí abajo te esta gustando, incluso si lo niegas con la cabeza... Esto es lo que siente Shinobu ahora ganas de querer hacerlo y no poder hacerlo. - introduce un segundo dedo y comienza a embestir más rápido la palma de su mano contra mi entrada con su dedo pulgar masajea mi clitoris.
