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Pov Cale
Desde que tengo memoria siempre escuche las mismas palabras que por un tiempo significaron mucho para mí pero que de un momento a otro fueron una condena para mi el tan solo escucharlas
Aquellas palabras eran sobre mi aspecto que era parecido al de mi preciosa madre que muchos apodaron el ángel rojo y otros como el rubí de la casa Henituse
Mi madre aquella hermosa mujer que con tan solo unas pocas palabras podía hacer que todos la observarán con atención, ella era una mujer de gran belleza como también de inteligencia
Aquella hermosa mujer Omega Puro era mi mundo entero y cada pequeña acción que ella hacia era con elegancia y tranquilidad, lo que más me gustaba de ella era su bella voz que era tan bella y tranquila como ella
Así que con el tiempo aprendí a cantar solo para ella pues era lo que más le gustaba hacer aparte de pintar y arreglar su jardín de rosas, era la única cosa que podíamos hacer solo nosotros dos el cantar era una de mis cosas favoritas solo por ella
Pero en el momento que ella dejó de respirar supe que lo había perdido todo y que mi mundo no sería el mismo que era con ella en el, apesar de mis miles de súplicas silenciosas a todos los dioses que conocía ella no pudo evitar su final
Cuando la ví en ese ataúd de cristal rodeada de oro, diamantes y cualquier tipo de joyas preciosas supe que ella no volvería a mi lado por más que le suplicara que me la devuelva aquel cruel dios que se la llevo no escucharía
En el momento que me tocó despedirme de su frío y hermoso cadáver no pude evitar el mirarla una última vez esperando ver su pecho subir y bajar mientras se levanta y me calma con su dulce voz
Más eso no dejo de ser una simple fantasía pues ella no volvió a la vida y la última imagen que tuve fue la de ella acostada vestida de un color blanco tan puro y pulcro como ella con pequeños detalles bordados en hilo de oro llevando joyas puestas o a su costado, pero las hermosas joyas eran opacadas por la belleza de mi querida madre que apesar de tener la tez pálida como un papel no perdió la belleza que me heredó pues su hermoso cabello rojizo no había perdido su color que ahora brillaba con la luz del sol y formaba la ilusión de una catarata de fuego o lava, mientras que su cara apesar de ya no tener el mismo color que cuando ella estaba viva no perdía aquel brillo que te hipnotizaba con tan solo verla, pues sus largas pestañas rojas quedaban en contraste con sus hermosos ojos cafe rojizo que normalmente tenían un brillo de inocencia y felicidad pero en ese momento sus ojos estaban cerrados y no daban señales de que se habrían abierto de nuevo, mientras que sus esponjosos labios de un color vino tenían una tranquila sonrisa la cual te transmitía tristeza y soledad sentimientos que eran contrarios a lo que ella era.
