🌺 EPÍLOGO 🌺

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—Te dije que no te comieras las galletas. —Ella lo fulminó con la mirada al reconocer el sabor a través del beso, pero él rápidamente se hizo el desentendido.

—No sé de qué hablas.

—Supongo que tenemos que prepararnos para dos bodas más, entonces.

—Sí, deberíamos ensayar nuestros pasos de baile —dijo tomándole las manos y haciéndola girar antes de llevarla directo hasta sus brazos—, hace mucho que no practicamos.

—Creía que no te gustaba bailar.

—Así era, hasta que descubrí a una muy buena compañera. —Dio algunas suaves vueltas por la cocina, deleitándose solo con el hecho de tenerla abrazada.

—Adulador. Pero, lamentablemente tenemos que dejar nuestra clase para otro momento. —Ella depositó un beso sobre la boca de su marido y luego se detuvo—. Tengo que encargarme de las galletas antes de que se quemen.

—Ya veo, parece que esa tonta masita es más interesante que yo y mis maravillosas dotes de bailarín —se quejó haciéndose el ofendido, mientras robaba otro de los mencionados dulces.

—Lo son —afirmó ella ensañándole la lengua—. No puedo creer que Luca y Sang Woo vayan a venir... Aunque creo que es una buena idea, los dos necesita amor del bueno. Solo espero que no sean tan lentos como tú para darse cuenta de las cosas.

—Ay eso fue tu culpa, me hacías sentir tantas cosas que era incapaz de procesarlas todas al mismo tiempo.

—Yo no tengo la culpa de que tu capacidad mental sea limitada.

—Mi cerebro era perfectamente normal hasta que te conocí, mi tentadora Sirena —reprochó.

—¿Estás seguro? ¿Yo creo que ya traías un fallo de fábrica?

—¿Intenta empezar una guerra, señora Kyong?

—Ni lo pienses, tengo glaseado y no dudaré en usarlo —dijo sosteniendo el cuenco de sirope de color azul.

Esa imagen de ella, en pie de guerra con pintura azul lo llevó directamente a sus vacaciones. A aquellos quince días que nunca creyeron que les servirían para enamorarse, pero lo hicieron, a aquella clase de cocina que él había considerado estúpida y, sin embargo, ahora formaba parte de uno de sus mejores recuerdos.

—Ya hemos estado aquí antes, doctora, deponga sus armas lentamente y nadie saldrá herido. —El duque levantó las dos manos, con las palmas hacia afuera en clara señal de rendición.

—No voy a caer en eso otra vez, conozco sus artimañas, Lord Diablo. Usted cree que en la guerra todo vale.

—Alguien muy sabia me dijo que sucedía lo mismo con el amor.

Se abalanzó sobre ella, encerrándola en un ajustado abrazo para que no pudiera moverse y para tenerla toda para él. Mientras sus oídos se recreaban con el sonido de la burbujeante risa femenina, aprovechó para besarle cada trozo del rostro una y otra vez.

El glaseado comenzó a mancharles el pecho, a escurrirse entre ellos ya olvidado.

Más tarde se preocuparían por la ropa, por el suelo manchado o por las galletas que acabarían quemándose en el horno. Ahora, iban a permitirse disfrutar el uno del otro, una deliciosa vez más. 

 

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NOTA DE LA AUTORA: 

Finalmente llegamos al final, aprovecho para volver a agradecerles el apoyo y espero sinceramente que les haya gustado. 

Queda abierta, intencionalmente la posibilidad de que existan nuevas historias relacionadas con esta. Una para Jung Sang Woo y otra para Luca, todavía no lo he decidido, pero creo que ambos tienen mucho potencial. 

Ya veremos que pasa y que viene después...

Les recuerdo, por si se han quedado con ganas de más que tengo otra historia ya publicada y completa justo en esta plataforma, se llama "¿Me voy a Marte o me quedo contigo?". Es un romance adorable y sencillo al igual que este. 

Gracias otra vez, nos leemos pronto. 

Espero encontrarnos entre otras páginas. 

J.J. 

Quince días para enamorarnos [COMPLETA]Where stories live. Discover now