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La lluvia caía sobre el delgado cuerpo que esperaba a las afueras de la facultad de medicina, la nota calificada con la más alta calificación de su cuatrimestre ahora la tinta escurría por la lluvia, el chico rubio apretó la hoja hasta arrugarla, con un suspiro decidido camino a cierto rumbo donde sabía que estaba el chico del cuál estaba enamorado
La lluvia aún caía más ligeramente, el cuerpo del rubio empezó a temblar por el frío, miro de lejos el aeropuerto abandonado dónde se escuchaban sonidos de música, de gente reír y gritar. Poco a poco se fue acercando al lugar y noto a un hombre de traje negro que se acercaba a él dispuesto a pararlo hasta que lo reconoció
–¿JiMin?
–¿Dónde está?
–Sabes que a él no le gusta que vengas aquí
–No te pregunté eso– el hombre miro confundido al rubio ante el tono cortante con el que se dirigía a él, algo totalmente raro
–Esta en la carpa de por allá
El rubio siguió su camino empujando al bullicio de gente que se encontraba en el lugar, escucho uno que otro insulto y un empujón de respuesta pero lo ignoro y siguió el camino, a lo lejos noto tres motos estacionadas bajo una carpa, cada una con su piloto recargados en ellas, y un pequeño grupo de chicas que los rodeaban, y en todo noto a un pelinegro tatuado y con su cabello amarrado en un chongo un poco descuidado
–¿Y tienes novia?
–Tengo novio, gracias por preguntar– El pelinegro limpiaba con un trapo los espejos de la moto ignorando a la chica que trataba de hablarle sin notar a cierta persona rubia
–¿Eres gay?
–¿Por qué no te callas y te largas?
–Jeongguk
El pelinegro volteo y miro a un rubio totalmente empapado por la lluvia, tiro el trapo y rápidamente se acercó a él quitándose su chaqueta para dársela sin embargo el rubio lo detuvo a medio proceso
–No te la quites, no la quiero
–¿Qué haces aquí y así? Te vas a enfermar, póntela– El pelinegro se retiró la chaqueta de cuero y se acercó a él, más el rubio retrocedió
–¡No la quiero!– Grito el rubio llamando la atención de los presentes
–Eh chicas, dejemos a los chicos solos– Propuso un castaño, y antes de que las chicas replicarán, se las llevaron casi arrastrando dejando la carpa vacía para la pareja
–¿Qué te pasa, cariño?
–¿Qué me pasa?– JiMin miro al pelinegro y soltó una risita seca, golpeó el pecho del más alto con la nota en su mano, el más alto rápidamente tomo la hoja– Revisa tú maldito celular y tal vez lo sepas
–¿Mi celular? Ayer te dije que se me había descompuesto por la lluvia de ayer– Jeongguk miro la hoja y trato de descifrar lo que era– ¿Son tus calificaciones? ¿Qué lugar ocupaste?
