No puedo escribir.
Describo el vacío desierto en este texto. Estos empolvados párrafos, no puedo sacar nada al limpio, No necesito contexto más que salir y sentir el infierno.
La sequedad del aire deja huellas en mis facciones, los párpados son insuficientes los ojos están de sobra, a la sombra de un tamarugos pienso. Como un arbusto es capaz de vivir contento? Enterrado hasta el cuello? Con los pies enterrados bien adentro, buscando el puerto del subsuelo?
Cómo me convenzo de que se puede vivir sin perder el aliento. De que mis ganas de desaparecer no tienen que ver con el panorama. Me voy por las ramas, la escena no me engaña se que el factor común es mi falta de patria.
Cómo sentir amor por esta arena mal educada. Sin permiso se cuela en las ventanas del alma, me rayan la pantalla y las córneas ya no se alegran con nada. Amarillo y azul, es blanco y negro da lo mismo el filtro no hay variedad en este espectro. Solo longitudes vagas, sin ganas de explotar en una amalgama de colores que reviente las ventanas de mi casa.
Solo arena, tierra Que pisas termina en tu mesa. En el pan de cada día y no hayo como darle vuelta, pan con arena. El circo queda fuera, y ya renuncie a ganar está batalla eterna.
Deseo con el alma, encontrar el cariño perdido. Deseo con el alma sentir el calor del desierto florido.
De verdad deseo con el alma, recuperar mi vida sin sentirme enredado en las sábanas del olvido.
El recuerdo que se prende conmigo, cuando no hayo mi sitio y cuando me aburro de peliar conmigo mismo.
No basta con aceptar destinos ni historias inconclusas en caminos destruidos.
De verdad deseo abrazar la arena que me envuelve en cada soplido del oeste
Abrazar el solitario silbido de cazadores escondidos esperando que las estrellas ahoguen el ruido
Abrazar con mis pies las llanas superficies reiteradas, atesorar cada paso aunque se repita el impulso que me lleva a la nada.
Apreciar el horizonte que se ve, se puede ver. No hay edificios, no hay estructuras ni monumentos a la codicia. Solo una línea que bien podría ser una vara. Visualizar una meta que ya no recuerdo nada, las perdí en la cama, en el ocio de cada bala, cada neurona mal gastada. Puedo empezar de nuevo, quizá este vacío páramo de viento y desechos de pirquineros sea lo que anhelo desde que me perdí. Hace tiempo
Despertar los durmientes de los abandonados railes, y empujar la inercia fuera de mis textos.
