Capitulo 23; "Una charla"

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—¿Sucede algo Oyakata-sama? 

—Hola hija... Sabes... Me comentaron que mi hijo Tomioka no quiere participar en el entrenamiento pilar ¿Estoy en lo cierto?

—Si, maestro.

—Bien... Yo quería pedirte si podías hablar con el...

—Eh... Señor... Pero... ¿No hablo Tanjiro con el? —Pregunté.

—Si... Pero no lo logró, así que me gustaria que pruebes hablarte tú, y si no funciona tampoco le diré a Tanjiro de vuelta.

—Claro. Entiendo. Enseguida voy y le digo.

—Gracias hija.

—Gracias a usted patrón, ahora si me deja, me retiró.

—Claro, nos vemos —Y sonrió.

La verdad es que me dolía ver al patrón con esas vendas y con ese estado de salud.

Empeze a caminar rumbo a la finca de Tomioka. No estaba muy lejos de la de Oyakata-sama.

Llegue y toque la puerta.

—¿Quien es? —Escuche de adentro.

—¡Aiko Suzuki!

—Lárgate Aiko. No quiero que Tokito me tire una piedra.

—¿Eh?

—No importa. Solo vete.

—Pero... Quiero venir a hablar contigo.

—No.

—Bien ¡Entonces entrare!

—¿Que?

Y sin pensarlo mucho patee la puerta provocando que se abra.

Entre y la volvió a cerrar.

—¡Holaaa! —Salude sentandome al adelante de el.

—Lárgate.

—¡No!

—¿Que quieres?

—Quiero que partícipes del entrenamiento pilar.

—No.

—¡Porque!

—Porque yo no soy como ustedes.

Ya. Tranquilizate. Debe tener otros motivos para decir eso.

—¿A que te refieres? —Pregunté.

—Prefiero no hablar de eso. —Pude notar como su semblante bajaba a uno más triste.

—¿Porque?

—Porque... —Y se cortó a si mismo. ¿Porque esa chica le inspiraba tanta confianza?

—¿Porque...?

—Solamente no —Miro hacia abajo.

—Tomioka-san... Yose que no somos tan amigos... Pero... Saber que puedes confiar en mi siempre ¿No?

El se quedó en silencio.

—Yo se que... Probablemente no sea de tu confianza... Pero... Quiero ayudarte. Si te sientes mal no dudes en hablar conmigo —Me levante y me di la vuelta, dispuesta a salir de aquella finca. Pero su voz me interpuso.

—Yo... No pase la prueba final.

—¿Uh?

—A mi me salvaron... Un chico que perdio a toda su familia por un demonio, como yo.

«Ese chico se llamaba Sabito.... Entreno conmigo, nos hicimos amigos. Y fuimos al examen final juntos.

Ese día... El me salvó.

Yo fui herido apenas inicio el examen por un demonio, y estaba apunto de desmayarme. Por lo que el me encargo a otro chico. El después de eso fue a ayudar a una persona que estaba gritando, y en ese momento me desmaye.

Desperté después de que la prueba terminara, y me enteré que el había muerto. El fue el único que murió en la prueba de ese año. Y todo por protegerme...  ¿Como puedo decir con orgullo que pase? No soy digno de decir ques oy el pilar del agua.

No soy como ustedes... Nunca debi haber tenido mi lugar en los cazadores de demonios.

Nunca obtendre esas marcas... Quizás Sabito las hubiese obtenido. No te preocupes por mi. Solo perderás tu tiempo. »

Wow... No conocia esa versión de Tomioka-san... No sabría que decirle...

—Tomioka-san... Yo... No se que decirte exactamente... Pero... ¿Eso que Sabito le dejó, no los mantiene unidos?

Eso pareció dejarlo en shock.

—Yo... No te conozco muy bien... Pero... Si se que aunque Sabito haya hecho eso... Es porque te quería... Y una persona que descansa en paz lo único que quiere es que seas feliz. Y... Yo creo que si te nombraron pilar fue por algo.

Después de unos minutos Tomioka-san se dio vuelta.

—Aiko... Yo... Iré a entrenar. Gracias. Ya se que puedo confiar en ti para todo. —Sonreí ante aquello.

—No pasa nada Tomioka-san. Yo tambien iré a entrenar, nos vemos después. —Le sonreí de vuelta y me fui de allí.

Mi trabajo ya estaba hecho.

Cuando mire hacia el cielo ya estaba anocheciendo.

Wow... Que tarde se hizo.

En vez de entrenar fui directo hacia mi finca para bañarme, comer y dormir.

Llegue y me fui al baño, después, con un kimono, fui a comer.

—¡Mmm! ¡Los fideos soba que me trajo Mitsuri están riquísimos!

Termine de comer y guarde todo. De allí fui directo a acostarme para ir a dormir.

Entre a la habitación y me recoste en el futon para a continuación apagar la luz.

Cerré los ojos y me dormí.

—Ai... Ai...

—¿Mmm? —Me desperté —¿Que hora es? —Pregunté, me estaba frotando los ojos, por lo que no sabía quien era todavía.

—Son aproximadamente las tres... Yo... ¿Puedo acostarme contigo?

—¿Mui? Claro... Pero... ¿Que haces aqui?

—Yo... Tuve una pesadilla... Por eso... Te prengutaba si podi-

—Claro. Acuestate.

Me moví hacia un lado para que le pelinegro entrara en aquella cama.

—Gracias...

—No pasa nada... Buenas noches...

—Buenas noches...

Lo salude y cerré los ojos.

Girasol ; Muichiro Tokito [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now