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La serenidad bañaba los senderos del bosque otoñal

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La serenidad bañaba los senderos del bosque otoñal.

Alguna que otra ardilla chillaba despacio por allí. Oculta entre las hojas marrones, amarillas y naranjas que cubrían el suelo humedecido.

La paz era absoluta. Solo el murmullo de los animales y los susurros del río estaban presentes al menos por unos segundos.

Retumbó el eco de los aullidos de los que llamaron la atención de los animales cerca del pueblo. Unos lobos grises venían corriendo con una manta de pelajes cargada en su espalda —; ¡Líder, Líder, Hay un herido! — gritó uno volviendo a su forma humana.

El líder al escuchar los gritos por parte de sus colegas. Salió de prisa —¿Qué sucede? — detrás de él venía Sergio, su mano derecha.

—Hay un herido en la entrada. Se ve desorientado y sin fuerzas. ¿Qué hacemos, señor? esperamos su respuesta.

—Iré a comprobar, llamen al médico y que venga También.

Sin más partieron de prisa.

—Ahora mismo — dijo el otro chico. Aún estando desnudo luego de su transformación, pero no le importó y corrió rápidamente a la cabaña de la enfermería.

El líder alfa; Carlos se acercó al lobo herido que sostenía el otro colega, tenía manchas de sangre adheridas a su abundante pelaje.

Checo se sorprendió cuando el desconocido de la nada tronó los huesos transformándose en humano. —¡Se despertó! — aviso el alfa a su líder.

Sus ojos claros luchaban contra abrirse, los tres alfas observaban su reacción, curiosos por saber qué había sucedido y preocupados por las heridas en su anatomía.

Carlos se acercó un poco más y pregunto. —¿Puedes oírme? ¿Cómo te llamas?

—Ma-Max — respondió como pudo.
—Bien Max, el doctor estará aquí. Te revisará y me contarás qué te sucedió — Ahora se dirigió a sus colegas. —Revisen el área y verifiquen que no haya nadie sospechoso por ahí rondando.

— Si, señor

Sergio, también sintiéndose preocupado por el alfa de cabello negro, pregunto —¿Qué te pasó?.

No quería ser atrevido pero él se veía grave, aún así Max respondió —Fueron... –L-los cazadores — tosió.
Sergio buscó una botella de agua y se la dió, el alfa agradeció con la mirada y tomó del líquido con tanta desesperación que le cayó un poco por la esquina de sus carnosos labios.

Carlos miró con preocupación —¿Cazadores? — murmuró. El alfa pelinegro comprendió su quebranto —No te preocupes, sabes que estamos a salvo.

El líder asintió, confiaba en la palabra de su mano derecha, luego volvió la mirada a Max —¿Hay más heridos? ¿Tienes una manada? — interrogó.

El rubio agachó la mirada y su voz se quiebra —T-tenía... Manada, éramos muy pocos... — tomó una pausa —Pero murieron todos, y se los llevaron, solo yo escape...

Sergio sintió la angustia en sus palabras y su lobo rasguño triste, podía ser un alfa, pero no era de esos que fingían fortaleza emocional por orgullo.

Sin embargo con el líder no fue así, no estaba seguro ahora de dejarlo entrar a su manada. podrían buscarlo y eso los afectaría.
—Aquí estarás a salvo en lo que te recuperes. Pero no puedo dejar que te quedes mucho tiempo. solo el necesario — Los demás que se encontraban presentes mostraron su desagrado ante eso.

—¿Pero porqué no puede quedarse aquí? no tiene a donde ir — Sergio también protesto, no le parecía justo que lo echaran.

—Porque no, Sergio. No arriesgaré a la manada — el alfa mencionado frunció el ceño mostrando su desacuerdo.

—Somos lo bastante fuertes para defendernos de unos cazadores, ¿Dónde se supone que irá Max luego? ¡Podrían asesinarlo! — se quejó, la mayoría mostró un poco de sorpresa por su tono elevado de voz. Solo Checo tenía el poder de hablarle así a Carlos y no pagar las consecuencias.

—Está bien, puedo irme y... — Max hablo bajo y entre jadeos.

—No. — corto Sergio y se volteó a Carlos —Por favor, deja que se quede con nuestra manada — puso ojos suplicantes

—Mira, no me hagas esto más difícil, si yo digo que no. Es no, esa es mi última palabra.

—¡Por favor! Solo eso te pido, puedo incluso cuidarlo yo. Solo deja que se quede.

—Bien. Pero déjame decirte una última cosa. Llega a pasar algo, los dos estarán en problemas. Y no tendré de otra que expulsarlos a los dos. ¿Me oíste? — le gritó en la cara antes de irse totalmente molesto.

—Si — respondió a pesar de que ya no le escuchaba. Y giró su cara para ver a Max.

El alfa rubio lo miraba con ojos muy abiertos, ¿Qué había sido eso? —Eh...

Sergio lo interrumpió tomándolo por debajo de sus axilas para erguirse —Ven, te llevaré a la enfermería, no sé qué andarán haciendo que tardan tanto en venir aquí — suspiro —Soy Sergio Pérez, por cierto.

—Un gusto, Sergio — murmuró a duras penas y se dejó guiar por el alfa de complexión delgada pero fuerte.

—Igualmente. Creo que desde ahora seré tu guía aquí, por favor, no nos metas en problemas con el líder. — El contrario asintió con la cabeza, ocultando la sonrisa en sus abultados labios. El plan había resultado un completo éxito.

 El plan había resultado un completo éxito

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Passion between betrayal | ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora