odio como me hablas

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Pachuca, Hidalgo
2014
Desperté por los ruidos molestos como de un camión de mudanza por mi ventana. Bostece fastidiada y estire mi mano al buró de al lado de mi cama hasta sentir mis lentes morados que rápidamente me puse dejándome ver mi alrededor con claridad.

Bostece una segunda vez y quite mi colcha blanca de mi cuerpo para salir de la cama y poder asomarme por la ventana a ver qué estaba sucediendo.

El frío aire de Pachuca me recibió en cuanto me acerque, pero, cumplí mi cometido y pude ver un camión grande bajando cajas y maletas de la parte trasera.

La curiosidad entonces me gano, y corrí al baño a quitar mis retenedores para poder salir y ver quien era la persona que se estaría mudando al lado de mi casa; como dice mi mamá, no podía ser más chismosa, pero yo le llamo curiosidad.

—Ya vas de chismosa, ¿verdad?.—la divertida voz de mi mamá me sorprendió cuando crucé por la cocina.

—Déjala gorda, sal a ver hija.—mi papá salió de la cocina con su traje y su taza de café como siempre.

Yo simplemente les sonreí inocente a ambos y salí de la casa con la manguera en mano para "regar las platas" y casualmente observar que estaba pasando.

Encendí la llave del agua mientras observaba con atención a los trabajadores que seguían bajando más y más cajas.

Luego, de atrás salieron dos muchachos altos que llamaron mi atención, ellos no venían cargando cajas, sólo unas mochilas y maletas. Y después, detrás de ellos apareció otro muchacho mucho más joven, como de mi edad con un balón en la mano y un uniforme deportivo que había visto antes en algún lugar.

Desde el momento en el que lo vi no pude evitarlo, sentí como en las caricaturas, que dos corazones enormes salían de mis ojos. Fue algo así como un flechazo a primera vista.

Me quede tan plasmada viéndolo, que no me di cuenta que el agua había comenzado a salir con mucha más fuerza salpicándome en el proceso.

Entonces la solté al piso y comenzó a retorcerse por todo el pasto haciendo que comenzara a saltar con los ojos cerrados para que no me mojara más.

No fue hasta que sentí que el agua de detenía cuando abrí los ojos encontrándome con uno de los muchachos que había visto minutos antes.

—¿estas bien?.—me pregunto.

Mis mejillas se sonrojaron con violencia al tener a un muchacho mayor hablándome, nerviosamente baje la mirada al piso y asentí deseando poder limpiar mis gafas de las gotas de agua que habían caído para poder ver bien a la persona frente a mi.

—Me llamó Felipe, ¿y tu?

Tome valentía y levante mi mirada recordando lo que mi psicóloga me había dicho sesiones atrás.

—Soy Annya.—respondí tímidamente.

Felipe sonrío y estiró su mano para que la estrechara.

—Ven Annya, te presentaré a mis hermanos.—y sin esperar una afirmación de mi parte me jalo hacia la otra casa donde justamente los dos muchachos restantes estaban saliendo.

—Les presento a Annya.—dijo mi nuevo vecino.

El que se veía mayor, sonrió dulcemente y estiró su mano para que la estrechara mientras pronunciaba su nombre.

Wow, también tenía muy bonita sonrisa.

Luego, nos quedamos en silencio esperando que el menor se presentara, aquel que me había flechado inmediatamente Óscar lo codeó y el solo rodó los ojos y me miró de arriba a abajo.

10 cosas que odio de tiWhere stories live. Discover now