Parte 1: 𝐈𝐈

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Al ir hacia la cocina por un vaso de leche, no me esperaba encontrar a Toji aun durmiendo en el sofá cama. Creí que se habría ido para antes de que yo despertara. Y eso que no me he despertado temprano, ahora no debo ir a la universidad ni a mis prácticas profesionales. 

Las últimas tres noches me había tocado escucharlo salir del departamento de Gina minutos antes de que yo saliera, pero no ha sido así el día de hoy. 

Me quedo a observarlo antes de entrar a la cocina. Tiene una nariz recta. Su cabello le cubre los ojos cuando está de costado. Tiene la boca entre abierta, por lo que su cicatriz no se conecta en una sola línea. 

Sobresalto al escuchar el sonido del teléfono. Voy hacia la pared de la cocina, que es donde se encuentra el teléfono fijo, para responder la llamada.

Supuse que hoy te levantarías un poco más tarde.

En mi rostro se formó una sonrisa al escuchar su voz. Ryu.

—Por fin soy libre, ¿por qué no habría de hacerlo?— digo, divertida.

Estoy de camino a tu casa, llevo el desayuno.

Mi primer instinto fue ver hacia la sala. Veo a Toji acomodarse en otra posición. Sigue dormido. No le dije a Ryunosuke sobre él. Es decir, sé que debí haberlo hecho, pero como creí que se iría antes de que yo despertara no le di la misma importancia.

—Sí... acerca de eso— titubeo—. Por favor, no vayas a entrar en pánico cuando llegues, ¿de acuerdo?— cierro los ojos con fuerza, eso solo lo hará preocuparse.

¿Por qué?— pregunta rápidamente—. ¿Tu madre está ahí? ¿Tu padre?

—¡No!— mi volumen de voz sale más alto de lo que esperaba—. Sabes que no he tenido contacto con ellos desde que dejé el Clan.

Pude escuchar que Ryu dejó salir un suspiro de alivio.

—No me asustes así, Nat— pide, a lo que mis manos comienzan a sudar—. Te dejo, debo pagarle al taxi.

¿Qué? ¿Ya está aquí? No se ha tardado nada. Corro al baño para cepillar mi cabello y lavar mi rostro. Tampoco quiero recibirla viéndome como un zombi. Debería estar decente.

Escucho que toca a la puerta. Me miro una última vez al espejo, pero me quedo congelada en el lugar al escuchar que la puerta se abre. Sé que no es Ryu, perdió la llave de copia que le di y tuve que cambiar el cerrojo. Tampoco le he dado una copia nueva porque no nos vemos desde hace unos días. Solo queda una opción: Toji despertó y lo ha recibido.

Ya no me importa si no me veo bien, la situación definitivamente no amerita que me vea linda para él. 

Al llegar a la sala, me encuentro con Toji recargado en el marco de la puerta.

—Ah, así que pidió comida a domicilio— toma la comida de las manos de Ryu—. Bien— bosteza—, me da hambre tan pronto despierto. Ella paga— informa para después darse la vuelta—. Ah, estás aquí— me pasa de largo—. Dale el dinero.

—¿Qué mierda?— pregunta Ryu, a lo que yo corro hacia él.

—Te dije que no entraras en pánico.

—¿Pánico?— bufa—. No estoy entrando en jodido pánico, Nat. Un idiota grande y musculoso acaba de abrir la puerta de la casa de mi novia, estoy enojado y confundido; aunque más confundido que enojado.

—Ah, entonces el pequeño clavel tiene novio— sonríe para sí mismo—. Mala suerte para mí— tilda la cabeza—. O más bien para ti— dice a Ryunosuke.

SACRED||F. Toji (PAUSADO)Where stories live. Discover now