CAPITULO 5

334 31 5
                                    

—¿Qué? Espera, si pudiéramos hablar por un segundo...

No se detiene ni baja la marcha ante mis continuas protestas.

No, él continúa subiendo las escaleras, mi cuerpo sacudiéndose con cada paso.

Santos cielos, ¿y si me deja caer de cabeza? Sin pensarlo, me agarro de la parte baja de su espalda para estabilizarme. Los músculos fuertes como el hierro que tiene allí no hacen nada para calmar mi creciente terror.

Maldición, este tipo tiene un cuerpazo. Es increíblemente grande. Es como un humano normal, excepto que viene en un tamaño más grande que yo. Su espalda es más ancha. Sube las escaleras de dos en dos como si no llevara un peso de plomo de 58 kilos sobre su hombro. Saca un juego de llaves de su bolsillo, abre la puerta y luego entramos.

Veo las cosas al revés ya que todavía estoy sobre su hombro y al principio tengo miedo de mirar a mi alrededor. ¿Qué pasa si hay, no sé..., enormes pentagramas pintados en las paredes o si tiene altares para hacer sacrificios?

Pero cuando finalmente tengo el valor para mirar, todo se ve... pues... normal. Excepto por, ya saben, el gigante que básicamente me tiene secuestrado. Y el hecho de que apenas está iluminado. Solo hay una lamparita sobre una repisa que ensombrece toda la habitación.

Hay un gran escritorio contra una pared. Tiene dos monitores grandes con una computadora portátil conectada entre ellos. Ambas pantallas están apagadas. Bueno, eso responde una pregunta.

Él no está en contra de la tecnología, simplemente lo planificó con mucha anticipación y no quiere que tenga acceso al mundo exterior. Excelente. Eso no es para nada espeluznante. Y la otra característica principal de la habitación es una cama.

Una inmensa cama tamaño King. Dios, parece ser más grande que el tamaño King.

¿Hay camas más grandes que el tamaño King?

—Y, ¿cómo te llamas? —le pregunté, con mi rostro todavía a centímetros de su trasero en jeans—. Soy Ta. O sea, obviamente ya sabías eso. Pero ni siquiera tuvimos la oportunidad de presentarnos.

Lo siguiente que sé es que me arroja a la cama y caigo sentado. Él se cierne sobre mí como el monstruo de una película. Mierda, mierda, solo sigue hablando. Humanizarte ante tu secuestrador, ¿no es eso lo que dicen? Además, siempre parloteo cuando estoy nervioso.

—Tienes una biblioteca realmente hermosa. —Trato de sonreír y estoy seguro de que se ve más como una mueca de dolor—. Al principio pensé que solo eran muchos libros viejos, como decoración. Pero luego encontré la sección contemporánea. De verdad te gusta el misterio, ¿eh? ¿Libros de Lee Child? Es genial, uno de mis favoritos, yo...

Él da un paso atrás y se quita la camiseta. Santos músculos pronunciados, Batman. Trago saliva y, sin pensarlo realmente, me echó para atrás en la cama. Es tan grande. Se agacha y agarra mi tobillo, jalándome hacia él con un tirón rápido.

—Jeff —dice—. Mi nombre.

Y luego mete la mano en el cajón al lado de su cama y saca un cuchillo. El gigante psicópata me va a matar. Estoy a punto de morir. Chillo y trato de alejarme de él, pero su enorme mano agarra mi tobillo fácilmente una vez más.

—Quédate quieto —gruñe. Y luego escucho el sonido de cortar tela.

Miro hacia abajo con los ojos muy abiertos para ver que está cortando mis costosos pantalones Gucci, comenzando por el tobillo. Una vez que llega a la rodilla de cada pierna, comienza a rasgarlo, flexionando sus músculos.

Tiene que usar el cuchillo nuevamente para cortar la parte superior donde están las presillas. Me quedo jadeando aterrorizado.

—Podrías haberme pedido que me los quitara —le susurro mientras él tira de la tela arruinada alrededor de mi cuerpo. Siento la necesidad de cubrirme con las manos, pero Dios, no servirá de nada, ¿verdad? Esto está sucediendo y no hay forma de detenerlo.

El Virgen y la Bestia || JeffTa Место, где живут истории. Откройте их для себя