Estúpido Edwin cada día te odio más.

Salgo del salón, me pierdo entre la multitud, no quiero que Edwin se acerqué.

-¿A donde vas Sandy? ¿Sabes que no puedes huir de mi?

-Claro que puedo -contestó irritada.

-No, no puedes de ninguna manera.

-Di lo que quieras.

-Si, claro oye. ¿A donde vas?

Me detengo frente a mi coche, ya que últimamente me da flojera caminar.

-¿Trajiste tu coche?

-Si ¿Por que?

-Me llevas a casa.

-No.

-¿Por que?

-Por que no quiero.

-Vamos somos vecinos ¿O a se te olvido?

Eso dolió, pensé que éramos algo más.

-No, no lo olvide.

Entro al coche y enciendo el motor. Se abre la puerta del copiloto.

-¿Me llevas? -pregunta con una cara de cachorrito abandonado.

¡Dios mio! ¿Por que es tan guapo con esa cara?

-Mmm no se.

-Me voy aportar bien.

-¿Y si no? Te voy a votar al monte.

-Estamos en la ciudad Sandy.

-Ya súbete.

-Gracias, gracias.

Conduzco en silencio, mientras él va sacando el dedo corazón a todo el que encuentra.
Aparco el coche en el garaje, salgo dejándolo ahí sentado.

Si se dura, para que sienta lo que tu sientes.

-Arzul, no me hagas esto -dice tomando mi mano.

Busco su mirada, se ve dolido.

-Es lo que yo sentí cuando me gritaste -respondo intentando que no falle mi voz.

-Lo se no debí hacerlo, perdonadme.

¿Por que puedo perdonarlo, así nomas? Por que se que si no lo hago, dolerá si se va.

Me abraza y yo lo dejo.

Me acaricia el cuello con la punta de su nariz, después va con mis mejillas, acaricia mi espalda y ya no se que hacer.

Idiota, eres una debilucha.

-Esta bien. Pero debido a eso estas castigado.

-¿Que? -pregunta apartándose de golpe.

-Te daré tu castigo.

-En serio -dice pasándose la mano por el pelo.

-Si.

-¿Y que va ser? -pregunta asustado.

-Mañana, iras disfrazado de gatito a la escuela.

-¿Que? No eso no, otra cosa.

-Lo siento pero ese es el trato, en fin decide, estas perdonado, pero si quieres que te hable cumple con lo que te pedí. En fin te veo mañana.

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-¿Y ahora que hiciste Keyla?

-Nada Josh.

-Veo en tu mirada, has hecho una travesura.

Cuando todo termineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora