Mi hermano se levantó molesto y yo no hice más que ahogar una carcajada, ambos me miraron ahora conscientes de mi presencia y yo me acerqué de a poco a los dos con los vasos en mano como aclaración.

— ¿Y vos de que te reís?— Escupió mi hermano, pero yo no lo estaba mirando, mi mirada fue a Mihail, quien me sonrió levemente cuando le ofrecí el vaso. Sin disimulo alguno me acerqué aún más a ambos, y, esta vez mirando a mi hermano fijamente, me tropecé.— Que pendeja pajera que sos. —

Me puteó, sí, pero yo no le di ni cinco de pelota, miré el contenido del vaso de jugo que traía en la mano escurrirse por su ropa,  él se sacó la remera y caminó a dentro bajo nuestra atenta mirada.— Disculpame, no lo hice a propósito.— Dije con falso pesar.

Me reí una última vez y me volteé para entrar en casa antes de que me acusase con mamá, una mano de retuvo antes de yo poder avanzar más. Lo miré nuevamente, hoy tenía los ojos más celestes que nunca, no tanto azules, pensé que me estaba por dar el vaso vacío pero ni siquiera lo había probado.

— No estás yendo a casa de Álvaro.— Me dijo, era una pregunta que sonaba como afirmación. — ¿Os peleasteis con Andrea?

Yo negué con la cabeza. — Estoy castigada. —

— No me mientas, le pregunté a tu hermano y dijo que parecías una sanguijuela depresiva, que no sales de tu cuarto ni para que te dé el sol.— Sonreí ante la comparación y me llevé una mano a  la frente, cubriéndome del sol que se estaba poniendo.

— Le preguntaste a la persona que menos te podía responder.— Abrí los ojos apenas cuando me di cuenta de algo.— ¿Te preocupaste por mi?

— Que no se te suba a la cabeza, eh. — Yo le sonreí, o aumenté la sonrisa que ya traía en la cara, la verdad es que a este punto no tenía idea de dónde estaba parada. Los corazoncitos volvieron a aparecer a su alrededor, quizá la deshidratada era yo, ya estaba imaginándome cosas.

— Es un castigo a voces.— Le expliqué mientras gesticulaba con las manos, entrecerré los ojos por el sol y el se puso frente a mi, tapándolo.— Intenté hablar con mamá y pedir permiso pero ella me pone excusas.

El pareció pensar algo unos segundos y luego volvió en sí.— ¿Y si hablara yo con tu madre? — Incliné mi cabeza, confusa. — Sé lo que estás pensando pero piénsalo mejor, podría funcionar.— Fué él ahora el que gesticulaba con las manos.— Le digo que te veo decaída, que eres una niña muy dulce, va, le miento un poco. — Alcé las cejas indignada. El continúo hablando entre sonrisas, su tono de voz se hizo agudo.— Le hablo un poco de Andrea y de como casualmente se que son muy amigas... De como súper casualmente se que te invitó a una pijamada hoy y que también súper casualmente yo tengo que ir a dejarle unas cosas a Álvaro... —

— ¿Harías eso por mí?— Pregunté perpleja, no tenía por qué realmente.— Y que ganás vos.

— ¿Tengo que ganar algo para hacer el bien?— Yo asentí con la cabeza.— ¿Es porque soy búlgaro?

— ¿Que tiene que ver que seas búlgaro?— Pregunté.— Pará. — Sacudí mi cabeza como si eso me acomodara los pensamientos.— ¿Sos búlgaro?—

— Historia larga.— El se bebió el jugo de un trago.— Iré a hablar con tu madre, venga que no es para tanto.— Con los ojos bien abiertos lo agarré del antebrazo para pararlo, el me terminó por arrastrar sin querer.

— Pero que le vas a decir.— Insistí, siguió caminando mientras yo iba a los tumbos detrás de él.

— Confía en mi un rato.— Dijo, yo tuve que dejarlo ir antes que mi mamá me viera, me quedé en el pasillo dando vueltas nerviosa.

No debería haberlo dejado ir, si es que iba a ser para peor, o quizá lo decía porque yo me estaba imaginando lo peor. Me iba a castigar por meses, me iba a preguntar por Mihail, ¿Y si se llegaba a enterar de lo que pasó? me puedo llegar a morir acá parada.

Me mordí el puño realmente sin saber que hacer y me apoyé en la pared rezándole a todos los diosas habidos y por haber que le saliera bien lo que sea que estaba haciendo. Pasaron diez minutos, veinte, veinticinco, quizá solo habían pasado cinco incluso pero para mí fue como esperar una eternidad.

Él salió con mi madre al lado y yo corrí al salón a tirarme en el sofá y hacerme la pobrecita.

— Valentina vení un segundo.— Me temblaba hasta el culo, me levanté del sillón como pude y me acerqué a mamá como perro con la cola entre las patas.

— ¿Si mami?— Pregunté inocente.

— Cambiáte y buscáte una muda de ropa, Mihail te va a llevar de paso a lo de los Ojeda. — Abrí los ojos lo más que pude y abracé a mamá emocionada.— No me abracés tanto y andá que el chico ya se tiene que ir.

Corrí por las escaleras como nunca lo había hecho, con miedo de que mamá se arrepienta, desde abajo escuché como me dijo que no corra, agarré la primera mochila que ví y metí lo primero que encontré, calzones, remeras, vestidos, shorts, un jean, unas converse y me puse encima el primer vestido que supe agarrar con un par de sandalias.
Después de mirarme una última vez al espejo y de hacerme de vuelta la colita del pelo, bajé a los saltitos hasta el primer piso.

Mihail me esperaba afuera, saludé a mamá con un beso en el cachete.— Portate bien, ¿Te llevas toallón?— Yo asentí con la cabeza aunque no estaba muy segura.

La saludé con la mano antes de que ella cerrara la puerta, cuando escuché que caminaba me di vuelta mirando hacia arriba para hablarle a mi salvador, no le atiné, tuve que subir la cabeza.

— Te dije que confiaras un poco.— Yo no respondí, sin pensarlo mucho me tiré encima de él y le abracé la cintura, él no se movió un solo milímetro.

— Gracias, gracias, gracias, gracias.— Le agradecí, evidentemente. Su risa resonó por todo su cuerpo, se escuchaba raro con la oreja pegada a su abdomen, me separé para darle espacio personal y miré a todos lados como buscando algo.

— Dije que te iba a llevar, nunca dije como.— Habló, rodeandome el cuerpo con su brazo para posar una mano en mi hombro, me sarandeó un poco.— No sé conducir, me manejo caminando.










NOTA DE LA AUTORA:

Actualización porque me hice las uñitas y me siento feliz.
Inserto foto de las uñas.

Nada que decir el día de hoy, me levanté sin ganas de nada, hace una humedad que me tiene toda pegajosa, no se puede estar y eso que estamos en INVIERNO, pleno julio, 31°

no me quiero ni imaginar lo que va a ser el verano, me quiero arrancar los pelos.
En fin, buen día 🤍

NO SE OLVIDEN DE VOTAR Y COMENTAR 💕

Mis uñas en cuestión:

Soy la loca frutilla, tatuaje de frutilla, aros de frutilla, collar de frutillas y ahora uñas con frutillas

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Soy la loca frutilla, tatuaje de frutilla, aros de frutilla, collar de frutillas y ahora uñas con frutillas.

REFLECTIONS | Misho AmoliWhere stories live. Discover now