ℕ𝕖𝕨 𝕃𝕚𝕗𝕖 |𝔑𝔦𝔪𝔬𝔫𝔞

C͜͡h͜͡a͜͡p͜͡t͜͡h͜͡e͜͡r͜͡ 2

"¿Todo bien? Luces cansa--"

"¡No. Nada está bien. Tú no deberías estar en este lugar. Al menos no donde puedo estar yo. Tu te fuiste hace 1000 años. No puedes simplemente aparecer!". Le señaló algo aturdida. Su contraria la ve ligeramente preocupado, tomando un suspiro al igual que cierta distancia.

"¿Me odias, cierto?".

"Ehm...no lo sé. Me condenaste a 1000 años. A miles de vidas en soledad donde todos me temen como una vean monstruo que voy a atacar y comer todo lo que se mueva o no: ¡Soy la gran monstruo que debería volver a sus sombras, no es así?!" se sentó mostrando sus garras y colmillos metiéndose en el personaje que todo mundo le había impuesto. La chica contraria parecía algo tensa pero no lo suficiente para darle algún golpe: "Anda, ¿que esperas? Ahora sí puedes clavarme la espada como tanto has deseado. Deberías estar orgullosa de tus descendientes. Lograron matar a la gran bestia de fuego a la cuál juraste matar a toda costa".

"...Lo siento..." y nada más. La pelirroja continúa viéndola con cierto descaro y tensidad, pero al escuchar aquello, solamente pudo ocultar su lado animal y bajar sus brazos.

"Supongo que ya no importa".

"¿Que?" Abre sus ojos ante la pelirroja: "«Ya no importa»?..."

Un trueno cae a su alrededor.

"Vamos, te conocí alguna vez. Sé que estás finguiendo. Nada está bien, ¿verdad?".

"Hace cientos de años que dejaste de conocerme".

"Pero esa mirada en tí... Recuerdo como me mirabas antes de todo. Tan dulce, adorable, bella y gentil...y ahora...solo veo en ti aquella mirada con la cuál me viste hace todo ese tiempo..." Aquella voz femenina estaba preocupada, llegando a casi tocar la mejilla de la pelirroja, pero está se apartó casi de inmediato.

"Antes de que me nombraras mounstro, ¿cierto?".

Silencio otra vez.

¿Para que dar rodeos? Ni una ni la otra sabía que hacer o decirse. El tiempo era demasiado distinto para ambas.
Nimona experta en el mundo vivo, y ahora, aquella rubia experta en el mundo de los muertos.
De todas las personas existentes,...¿Porqué ella?, ¿porqué debía compatir espacio con ella?.

"Nimona".

"Gloriana".

Mencionaron una tras la otra, llegando a verse con miradas distintas. Pero ambas en común: ¿Cómo hablarían ahora?.

"Yo... yo soy el verdadero mounstro".

"..." No dijo nada. Algo sorprendente para saber sobre su carácter.

"¿Recuerdas los momentos que pasamos? Los momentos buenos, ¿Recuerdas cuando fuimos en emboscada por provisiones? ¿O cuando nos persiguió ese grizzly y tuvimos que correr por toda una tarde? ¿O cuando jugábamos a atrapar manzanas? ¿Que tal las noches de luna llena? Los pájaros cantaban y tu con ellos. Siempre dejaba de escuchar al resto para escucharte a tí. ¿Recuerdas las tardes con dibujos? Recuerdo que intentaba grabarme cada facción tuya para saber cómo funcionaba cada instinto animal. También recuerdo que no dormía por las noches tan solo para estudiar cada animal y cuando escapaba para ir contigo. ¿Recuerdas esos días de lluvia? ¿O los de calor? ¿Los de frío...? ¿Los de viento inminente? ... ¿Recuerdas cuando solo éramos un par de niñas ingenuas que jugaban y aprendían juntas?". La rubia contemplaba su mirada y a la vez el paraíso donde estaban, volviendo a verla con una ligera sonrisa.

"Si lo dices así, pareciese que estamos en una serie infantil" pronunció rompiendo cierto momento. Una de sus cualidades en lo que era experta.