Quetzales

Shin

Kioto, Japón.

La vida es simple para muchos, pero no es el caso de Xin. Un huérfano que fue adoptado hace no mucho (2 años) por una familia mitad china y mitad japonesa.

Xin Musaro, quien recién cumplió los 13 años, normalmente no duerme debido a una pesadilla recurrente sobre la muerte de su madre adoptiva. No obstante, esta vez era diferente.

Xin miraba las estrellas en el cielo e intento contarlas hasta que ya no pudo. Pero un ruido lo mantenía despierto y alerta, el sonido de entrada forzada. Daya Ming, su madre adoptiva, también se percató de ello por lo que le dijo a Xin "Escóndete... Ya me ocupare yo..." Pero Xin sabía que algo malo pasaría. Y su presentimiento era correcto, cuando escucho otras voces entrar.

"¡¡Te queremos a ti!! ¡¡Maldita zorra!!" Y otras obscenidades que mencionaban, pero Xin debía de callado, para no ser descubierto. En ese momento escuchó una voz decirle "Sal Shin..." y Xin volteo hacia su alrededor buscando la voz, sin encontrar nada.

Entonces Xin decidió tomar uno de los palos de golf de su 'padre' y salir a enfrentar a los ladrones. Una vez fuera noto que eran ladrones diferentes de lo normal; estos estaban vestidos de forma elegante y con corbatas, de inmediato Daya gritó "¡Corre Xin!" Golpeando así a uno de los ladrones.

Xin de inmediato salió corriendo, pero en la puerta le estaba esperando un Yakuza conocido, su nombre: Yihiro Nagisa. Xin trato de golpear a Yihiro con el palo de golf, pero fue en vano ya que este lo tomo en pleno swing. Posteriormente lanzo a Xin contra su madre y dijo "Que patético... La esposa de un oficial de alto rango y su hijo quienes apenas pueden pelear... Me dan asco..."

Al escuchar esas palabras Xin se levantó y respondió enojado "N-no tienes derecho... A decir eso... P-papá vendrá por ti... Por lo que... Me enfrentaras... Hasta que el... Ghhh... Llegue..." tomando así una postura defensiva. Entonces Yihiro le disparo tres veces a Daya. Esta acción imprevista paralizo de miedo a Xin quien empezó a temblar de este tras tal acto.

Por lo que Yihiro agrego "Tu padre no te salvara pequeño... Ni nadie lo hará..." con lo que se acercó a Xin y empezó a apuntarle a la cabeza, después le pregunto "¿Cómo quieres morir? ¿Un disparo a la cabeza, sin dolor ni sufrimiento, O uno al corazón con todo el dolor del mundo?"

Xin seguía paralizado de miedo, pero tartamudeo con gran dificultad "A-a... Al... C-cora..."

Entonces Yihiro apunto al corazón de Xin y dijo "Eres más valiente que muchos... Que mal que tu padre no podrá-" "¿No podrá que?" Interrumpió una voz potente y grave. Xin conocía esa voz, la voz de su 'padre', Karonte Tsumokochi; el actual jefe del departamento de policía de Kioto y principal detective de la misma.

Karonte añadió "¿No padre qué? ¡Dilo bastardo!" A lo que Yihiro respondió "No podrá salvarlo detective Karonte... Ya maté a su esposa... ¿Acaso cree que no matare a su hijo?" Karonte suspiro y volteo a ver a Daya, quien yacía tirada en el suelo, totalmente quieta. Sin realizar acción alguna y con 3 agujeros de bala en su cuerpo. Después de ello dijo "¿Acaso sabes que has causado, no es así?" Con lo que Yihiro le respondió "Si... Mate a tu esposa... Ni se le ocurra moverse detective Karonte o le disparo a su hijo..."

Pero Karonte se mantuvo en silencio. Un silencio peculiar, como si algo malo se avecinara. Yihiro y sus secuaces tomaron a Xin y lo mantuvieron como rehén hasta llegar a la puerta donde Karonte les disparo a ambos secuaces de Yihiro con sus dos revólveres. Apenas noto lo sucedido, Yihiro empezó a dispararle a Karonte con sus 9mm, mientras que este le seguía disparando con sus revólveres

Xin busco zafarse del cuerpo de sus captores durante esa pelea de fuego cruzado hasta que sintió algo pasar cerca de su nariz. Este la toco y sintió un raspón en ella, como si una bala pasase al lado suyo.