Una nueva Historia

Capitulo 1

"Apenas el comienzo"

Una dragona color amarillo volaba entre las nubes, poco a poco fue descendiendo hasta volar sobre el pueblo de King's Landing, la gente no prestó atención, ya acostumbrados a que lady Rhaenyra volará sobre su dama dorada. 

Planeo sobre el pueblo hasta llegar a Pozo Dragón, donde poco a poco fue descendiendo hasta aterrizar en el patio, los guardianes se acercaron lentamente mientras la dragona soltaba un rugido. 

—Lykirī Syrax —dijo uno de los guardianes mientras la dragona resoplaba. 

Una joven, Rhaenyra, aterrizó de pie en la tierra, acarició a su dama dorada antes de quitarse los guantes. 

—Bienvenida Lady Rhaenyra —dijo Sir Westerling—. ¿Su paseo fue placentero? 

—Trate de estar aliviado Sir. 

—Estoy aliviado cada vez que esa bestia dorada la trae devuelta a salvo, evita que mi cabeza ruede. 

Rhaenyra se acercó al carruaje donde su prima, Alicent la esperaba fuera de este. 

—Syrax está creciendo —mencionó lady Alicent con una sonrisa—. Pronto será como Caraxes. 

—Es casi lo suficientemente grande para llevar a 2 personas. 

—Sabes lo que dice el rey sobre esto —dijo Alicent sonriendo, aunque no llegaba a sus ojos—. Pero te lo agradezco. 

Rhaenyra subió al carruaje detrás de Alicent mientras llevaban a Syrax dentro del pozo. 

El carruaje se encaminó hacia el palacio. 

Una vez que el carruaje se detuvo ambas jóvenes bajaron del brazo y caminaron por el lugar hasta el cuarto de la princesa Aemma. 

—Ah, Alicent, Rhaenyra —dijo la muy embarazada Aemma mientras se sentaba—. Sabes que no me gusta que vueles con tu Dama dorada cuando estoy en esta condición. 

—Madre —dijo Alicent suavemente. 

—Tía —dijo de igual manera Rhaenyra—. Me parece que no te gusta que vuele en ninguna condición. 

—¿Cómo has estado madre? —preguntó Alicent aun de pie.

—Tan bien como puedo estar hija mía. 

—¿Dormiste bien tía? —preguntó ahora Rhaenyra sentándose. 

—Lo hice —dijo Aemma aún acomodándose. 

—¿Por cuánto? —preguntó nuevamente Alicent. 

—No necesito que nos cuiden niñas —aseguró la princesa embarazada. 

—Bueno estás rodeada de sirvientes, pero todos se preocupan por el bebé —dijo Rhaenyra. 

—Alguien debe cuidarte a ti —agregó Alicent. 

—Ustedes 2 se acostarán en esta cama muy pronto, esta incomodidad es como servimos al reino.

—Yo prefiero luchar con armadura y una espada, estar en batallas en busca de gloria —dijo con seriedad Rhaenyra.

Alicent no dio su opinión, aunque esta era clara, su padre la había educado como la mujer perfecta. 

Aemma soltó una risa mientras se abanicaba. 

—Ustedes y yo tenemos vientres reales, el parto es nuestro campo de batalla, y debemos enfrentarlo con entereza, ahora date un baño, apestas a dragón —dijo la princesa. 

No pudo evitar sonreír, había criado a las 2 jóvenes, y estaba segura de que brillarán en el futuro, tal como diamantes. 

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