𝐏𝐫𝐨𝐭𝐞𝐠𝐢é𝐧𝐝𝐨𝐭𝐞

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Por más explicaciones que dieran sus cuñadas nada terminaba de convencerlo, ¿Dónde estaba Sara? ¿Por qué no había salido? Ella no era la típica mujer que se escondía después de hacer algo por más grave que fuera, su mente trataba de atar cabos aunque no tuviera mucha información y algo sí tenía claro, la iba a ver esa noche sí o sí, no lo iba a poner a votación de nadie.

-Franco ella está bien, solo que no quiso salir - Dijo por enésima vez la mediana

-¿Y crees que yo me como ese cuento? ¿Dónde está mi mujer? - Respondió molesto

-No es la manera de responder canijo - Lo regaño el mayor

-El día en que se te esconda Norma y sus hermanas te digan que todo está bien, me podrás recriminar mientras tanto no - Refuta - Vuelvo a preguntar, ¿Dónde está Sara?

***

-Abuelo, ¿Dónde están mis hermanas? - Pregunta Sara intentando ponerse de pie

-Salieron a recibir a los Reyes, hay algo que yo deba saber - Responde el abuelo

-Mi mamá me pegó porque me encontró con Franco - Confiesa

-Sinceramente F, la F es de Franco, ¿Cómo no me di cuenta? Por eso te defendió de Fernando, Sarita por qué no me dijiste? - Dice el abuelo sobándose la sien

-No lo sé, abuelito no quería que me juzgarán - Confiesa

-¿Juzgarte? - Pregunto - No podemos juzgarte, uno no sabe de quién se puede enamorar, recuerdo como decías que no te daría la locura de tus hermanas y mira, te enamoraste del menor de ellos, Sarita yo solo quiero saber si te enamoraste de él ahora que tiene dinero? - Comentó

-No abuelito, yo me interesé en él desde el primer día, pero no podía darme el lujo de demostrar algo, lo hice ahora porque las cosas entre los dos cambiaron y no creas, él tuvo que luchar bastante para romper todas mis barreras - Responde

Martin no pudo evitar que algunas gotas cristalinas recorrieran sus mejillas, posó su mano en la cabeza de la castaña mientras empezó a hacerle mimos - ¿Cómo pudiste guardar todo esto? Sarita has sufrido en silencio estos dos años, ahora entiendo la mirada de tristeza cuando Eva confesó la verdad, no era por tus hermanas era por ti, mi niña cómo pudiste aguantar tanto, la boda de él con Eduvina, saber que ellos querían vengarse, y ahora qué por fin puedes ser feliz Gabriela hace esto, no lo voy a permitir, no a ti que eres la única de mis nietas que siempre pondrá a los demás por encima suyo - Dijo molesto y salió de la habitación

***

Gabriela observaba por la ventana la conversación de sus hijas con los hermanos Reyes, le hervía la sangre de solo recordar que sus tres hijas habían caído en esa locura de enamorarse de unos degenerados, unos hombres que no se comparan en nada a Fernando Escandón, un hombre que sin duda es el mejor de todos, pero el golpe fuerte de la puerta chocando con la pared la sacó de sus pensamientos.

-¡¿Cómo te atreviste a hacerle eso a la niña?! - Cuestiono molesto su padre

-Mira papá, no te imaginas todo lo que descubrí hoy - Respondió molesta - Tal vez no debí pasarme con Sara pero ella me traicionó, ahora entiendo porque Bernardo nunca quiso a Sara, fue otra hija que decepcionó, hubiese sido mejor hombre o se hubiera muerto con mis gemelos - Soltó antes de recibir una bofetada de su padre

***

Inhaló nuevamente y antes de una palabra más proveniente de sus cuñadas se abrió paso y entró a la hacienda, no le importaron los gritos de sus hermanos ni de sus cuñadas y aunque Dominga quiso detenerlo no hubo poder humano que lo detuviera, abrió puerta por puerta y sintió cómo su corazón se hacía pedazos al ver a Sarita boca abajo en la cama con su espalda llena de heridas y no le fue difícil descubrir que eran consecuencia de varios latigazos, se tapó la boca mientras gotas cristalinas recorrieron sus mejillas.

𝐏𝐫𝐨𝐭𝐞𝐠𝐢é𝐧𝐝𝐨𝐭𝐞Where stories live. Discover now