45. Bailando con demonios internos.

Comenzar desde el principio
                                    

-¿Qué les parece estar en la mesa de la derecha?, se ve cómoda- propone Pedri y todos concordamos y fuimos a esa mesa para tomar asientos y ver que tanto pediremos de beber esta noche.

La música retumbaba en la discoteca, algunos de nuestros amigos se encontraban bailando un poco, mientras que yo solo disfrutaba de ver el ambiente y beber tragos, también charlar un poco con mis amigos.

-¡Chicos, esto es increíble!, enserio que agradezco el echo de querer celebrar el triunfo de Carlota y mío- expresé riendo con una alegría cargada de energía.

-Te lo mereces, cariño, estoy muy orgulloso de ti.- me responde Pablo para besar mi frente y yo lo abracé.

-¡Esto merece un brindis!, ¡Salud por Jude y Carlota, las genias del salón!- expresa una Mikky animada mientras toma su trago y lo coloca en el centro de la mesa, y no dudamos en chocar nuestras bebidas entre nosotros.

La noche pasaba con un ambiente divertido y alegre, la música estaba muy buena, todo estaba perfecto, Alice bebió un poco de agua pura y nos miro con una gran sonrisa.

-¡Qué noche!, vamos a bailar como nunca, ¡vamos!- expresa emocionada la morena para levantarse de su asiento y tomar la mano de Gavi, él cual no se negó y Frenkie y Mikky se unen con ellos en la pista de baile, solo me límite a ver con una sonrisa la escena.

-¿No deseas bailar cariño?- me pregunta Pablo mientras acaricia mi brazo.

-No, bailar no es tanto lo mío, pero si gustas ir a bailar con los chicos, estás en todo tu derecho- le indique mientras giré a ver la pista de baile.

-¡Ay, pero bailas increíble Jude!, ¡Vamos!- me anima Sira mientras se coloca de pie y me extiende la mano, miré a Pablo él cual me sonreía con emoción y negué riendo, así que fuimos todos a bailar finalmente.

Así que en grupo disfrutamos de bailar, cambiábamos de parejas o amigos y bailábamos sin ninguna pena, fue muy gracioso cuando me tocó bailar con Frenkie, estaba risa y risa por los pasos que nos inventábamos en esa pista.

Realmente no se cuanto tiempo fue, pero me había cansado de bailar tanto, así que le indiqué a mi novio que estaría en la mesa bebiendo una Coca-Cola y me fui a sentar un rato, noté como Iñaki estaba con un rostro preocupado y a la vez buscando a alguien entre toda la multitud.

-¿Todo bien Iñaki?- le pregunté con cierta intriga.

-No....bueno, no sé, Jessica desde hace media hora me dijo que iría por unos chupitos para nosotros, pero no ah vuelto- me responde mientras sigue con su mirada buscando en la multitud.

-¿Ya revisaste todo?- le pregunté mientras me tensaba un poco y me levanté de mi lugar.

-Si, los baños, el bar, y nada- me responde con cierta preocupación.

-No la veo por ninguna parte, seguro que está disfrutando en su propia fiesta.- intenta calmar Pedri mientras rueda los ojos.

-Voy a buscarla, necesito asegurarme de que esté bien.- expresé con cierta inquietud por que le pase algo.

Comencé a caminar por todos lados de la discoteca, hasta que me encaminé a una zona más apartada de la discoteca, donde la música es más tenue y la iluminación de la misma manera, hasta que noté a una chica junto a un rubio él cual la besaba, para después ver como la chica se separa de él e inhala una línea de cocaína, hasta que noté que era Jessica, mi corazón se encogió y la sangre comenzó a hervirme, algunos recuerdos de las noches donde ella llegaba drogada a casa venían a mi como mareas arrasando todo a su paso.

-¡Jess!, ¿Qué estás haciendo?- expresé entre enojada y sorprendida de su actitud.

-Jude, yo... esto no es lo que parece.- intenta expresar con nerviosismo.

Querida Barcelona | Pablo TorreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora