—Bueno, es que necesito comida mami. La preocupación agota energías —me dice con una seriedad preocupante y se me escapa una carcajada.

—Solo debo hablar con tu hermana antes de bajar a desayunar —hablo autoritaria y ella me ve con algo de temor lo que me causa gracia aunque no lo demuestro.

La vi de manera severa y salió de la habitación a llamar a Isana, tenía que hablar con ella y dejar esto en claro. Mordió su labio cuando entró.

Ella mutilaba sus labios de manera nerviosa.

Ella se sentó y con mi mirada se dio una idea de que iba la conversación. Estaba nerviosa.

Ella me descubrió viéndola algo molesta.

Entonces reí y le extendí mi mano.

—Lo que sea que le hayas dicho a Evora no es cierto. ¿Que estabas pensando? —le pregunté sin querer sonar severa y con una sonrisa dulce.

—¿Una llamada del mismo hombre con el que has hablado durante el viaje no te parece sospechoso?

Acaricié sus hombros y traté de ser comprensiva. Ella correspondió con sus intentos de no ser grosera conmigo.

—¿O irte a hablar con él lo suficientemente lejos para que no escucharamos? Porque, no sé para ti, pero para mí eso es bastante extraño —explica —. Intento unir los puntos.

Verla sin el amor que siempre acompaña su mirada era un castigo para mí, porque aunque quisiera negarle las cosas a mi hija ella quizás no me creería y estaba en todo su derecho, considerando que sí había sido infiel. Se veía tan desesperada por creerme y yo no podía hacer esto, no quería tener que mentir, pero era la única manera.

Asentí y luego de una discusión mental, decidí que haría.

Llevé mi mano de manera suave a su rostro para que Isana sintiera el cariño que le tengo.

—¿Intentaras defenderte o solo vas a acariciarme? —preguntó seriamente y yo reí leve.

—No importa lo que te diga, hija. Si tú ya crees que soy adúltera, no hay nada que hacer para cambiarlo —le digo —. Una sola cosa te diré: tu y tu hermana son razón suficiente para que el amor que le tengo a su padre no sea tan débil como para acabarse por algo tan banal como una llamada.

—¿Eso que significa?

—Significa que ustedes son la mayor prueba delmor existente entre nosotros, no estoy engañando a tu padre —le brindé una sonrisa real que parecía no ser suficiente para creerme.

El viento cálido golpeaba nuestro rostro como si fuera una señal de que debíamos confiar la una en la otra. La sombra de la ventana se reflejaba en la cama y parecía más interesante que ver el debate interno que tenía mi hija por creerme.

—¿Isana? —llamé al no obtener respuesta.

—Intentaré olvidar este suceso. Pero te mantendré vigilada.

Ella me observó atenta a mi reacción. Entrecerré los ojos en su dirección.

—Estas bromeando ¿no?

Sonrío y apoyó los brazos en mis manos, negó con la cabeza, dejando en claro su respuesta.

—Eres todo un caso...

Isana río en respuesta y me dio un abrazo, juntas bajamos al restaurante del hotel. Ahora solo debía esperar que Evora no mencionara nada del tema frente a su padre.

—Realmente te agradecería si no habláramos de esto con tu padre al frente —digo —.
Un secreto madre e hija, ¿si?

—Obviamente, no voy a decirle nada —me prometió.

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