Me retiro y tras coger un bolso con lo necesario voy al establo y tras decir el comunicado de la monarca preparan un corcel de pelaje azabache y tras agradecer el servicio parto rumbo al pueblo más cercano, la verdad es que el trayecto de aquí al pueblo es largo, miro a mi alrededor para asegurarme de que no hay nadie cerca ni escuchando y vuelvo a establecer conexión con Úrsula.

-¿Qué ocurre?, ¿estás bien?- me mira tratando de asegurarse de que estoy bien

-Estoy perfectamente, pero los he perdido de vista, al final me quedé dormida por el resto de la tarde y la noche y no me di cuenta de que salieron desde muy temprano y no saben dónde están, ahora mismo estoy de camino al pueblo cercano, pero necesito que mandes a Flotsam y a Jetsam para que recorran cada zona donde puedan acceder y esté escondido, a ambos les gusta mucho el mar por lo que me he dado cuenta, y tal vez venga bien que también vigiles tú desde ahí, en el caso de que no pueda yo desde aquí y me avisas si los has encontrado- le explico rápido mientras también presto atención a que el caballo siga el camino- perdóname, fue un despiste mío, estaba agotada- me disculpo por mi error

-No pasa nada, has hecho bien al avisar, ahora los mando, no te sientas culpable de tu estado físico,  te avisaré en cuanto los vea y en base a eso miramos lo que hacemos-

-Está bien, tengo que dejarte, me acerco a un grupo de personas- asiente y vuelve a desaparecer, apuro un poco más el paso y llego al pueblo, hay muchas personas y me estoy agobiando, me paso casi todo el día recorriendo todo el pueblo pero no los he encontrado hasta que por fin veo la inconfundible cabellera pelirroja de la sirenita subida a un carruaje que se aleja de aquí- mierda- digo por lo bajo, subo otra vez al caballo y los sigo a la distancia, llegan a una cascada escondida y qué casualidad de que hay un bote, está anocheciendo y esto está completamente deshabitado, esto va de mal en peor, me alejo más de ellos y le aviso de que los he encontrado pero están en un bote y no puedo acceder a ellos, así que manda a las morenas, me aseguro que han estropeado el momento justo cuando estaba a punto de conseguirlo sin ser consciente, a este paso echará a perder nuestro plan, me alejo rápido y establezco la comunicación- esto es serio, será mejor que tú pongas cartas en el asunto, estando aquí yo estoy limitada a actuar y levantaría sospechas-

-De acuerdo, ve a donde mismo la princesita dejó al príncipe, nos veremos pronto- un poco confusa deshago el conjuro y voy a donde ella me ha indicado tras ir al castillo y devolver el caballo, bajo con rapidez por el camino que hay señalizado con antorchas ya que está oscuro y llego por fin a la playa, me siento tentada a meterme en el agua para buscarla pero debo de ser paciente y esperarla, me siento en unas rocas y trato de mantener la calma de esta situación, no sé cuánto tiempo llevo esperando aquí, pero escucho pasos acercarse y saco del pantalón una pequeña navaja dispuesta a defenderme pero me calmo al ver solamente al príncipe que se sorprende al verme aquí

-Luzbel, ¿qué hacéis aquí tan sola?- se acerca a mí y se sienta a mi lado

-Solamente pensar, el sonido de las olas me calma bastante y me ayuda a pensar con claridad- digo lo primero que se me pasa por la cabeza- podéis llamarme Luz, es más cómodo, ¿y usted?- 

-Un tanto lo mismo y puede llamarme Eric- sonríe y yo hago una mueca similar a una sonrisa- ¿puedo preguntaros algo?-

-Claro- 

-¿Cómo sabes si una persona es la indicada para uno?, quiero decir, ¿cómo sabe uno si otra persona es la indicada para ti?- la verdad es que esta vez sí me ha tomado de sorpresa esa pregunta

-Supongo que es por lo que te hace sentir cuando estás cerca de esa persona, el cómo te trata, si es actúa de forma verdadera, es decir, si actúa con naturalidad, si esa persona está contigo por el mero hecho de ser tú y respeta tu forma de ser sin juzgar ni cuestionar nada salvo para saber más y así entender o si busca la manera de poder comunicarse contigo- digo lo que de verdad pienso sobre ello, es más o menos lo mismo que me pasa a mí

-¿Y sabes si estás frente a un espejismo o la realidad de las cosas?- uff, esto me está dando mala espina

-Supongo que deberás de comprobarlo y asegurarte que es real- alzo mis hombros y lo veo pensar demasiado hasta que por fin se decide 

-Gracias, me acabas de dar un gran consejo- dice con emoción antes de comenzar a correr rumbo al castillo, mierda, seguro que irá a por Ariel, la que acabo de liar, voy tras él intentando detenerle y hacerle cambiar de parecer, cuando estoy a punto de alcanzarlo somos detenidos por un canto que me resulta demasiado familiar, lo veo volver a correr pero esta vez entre las rocas

-¿Es que este tío no se cansa nunca de correr?- digo cansada antes de seguirle con cuidado de no caerme hasta que por fin lo encuentro embelesado viendo a una joven de piel blanca como la porcelana, delgada, cabello negro, largo y ondulado, con unos ojos azules que los reconocería en cualquier parte y un característico colgante de una caracola que está brillando, se ve realmente hermosa así, ahora lo entiendo todo, ha usado la voz de Ariel para hechizarlo, me acerco al príncipe y lo veo con la mirada perdida y un pequeño brillo en los ojos símbolo del hechizo, me giro hasta ella que me sonríe como yo a ella y me acerco para ayudarle a pasar por las rocas hasta donde estoy

-¿Qué tal me veo?- sonríe ampliamente

Amor bajo el marWhere stories live. Discover now