Funamusea − Cortos Relatos. [Ver. Español]

Amargos Recuerdos

Esta es una de las muchas historias que planeo publicar.
En el futuro también se anunciará en ao3 para llegar a más lectores.

El punto de vista se narra desde Kcalb, en el pasado antes y durante la gran guerra en el Jardín Gris.
Cualquier comentario y corrección es bienvenido, ahora puedes disfrutar leyendo.

ShayeraZAF−

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Aún recuerdo aquel día a pesar de las rotas y borrosas memorias. Esta utopía que conozco y estoy acostumbrado sería complemente impensable en aquellos tiempos.
Fue un día tormentoso cuando te encontré, la lluvia arrasaba con fuerza en aquel supramundo gobernado por ella. Yo no debería estar allí, pero todo era necesario con tal de terminar la pesadilla en la que estaba envuelto.

Oh, lo recuerdo, tan solo eras un niño... Tus dos grandes ojos grises me miraban con terror, tus manos temblaban de frío mientras las juntabas en tu ropa tratando de mantener el calor. Estabas en pánico, y las lágrimas amenazaban con escapar tiñendo tus mejillas y mezclándose con las gotas de la lluvia.

Quizás... No debería de haberlo hecho, pero... Pero... Te vi tan indefenso, asustado, pequeño e inocente, y yo era tan joven e ingenuo del futuro que provocaría...
¿Pero que podría hacer yo? ¿Dejarte morir de hambre? ¿Saber que te congelabas en la intemperie y simplemente pasar de largo?
¿Cuántos me acusarían? ¿Qué pensarían de mí?

Sin importar las preguntas y las dudas, no pude evitar tomarte en brazos y abandonar la misión que tenía encomendada con tal de ayudarte.
Se que no recordarás aquellos momentos, con suerte tendrías uno o dos años, y seguramente tus padres fallecieron en las garras de mis subordinados.
Dicen que hay errores irreparables, pero aunque nada vuelva a ser igual, al menos se puede intentar remendar.

El Inframundo era seco, muerto de vida, carente de emoción... Era peligroso para ti, pero bajo mis brazos, estarías a salvo.
Cuando te vieron, enseguida preguntaron sobre tu existencia, tu motivo y razón de ser en este territorio inhóspito donde los ángeles sufrían terribles consecuencias.
¿Un rehén? Decir que pensaba salvarte la vida sería cavar tu propia tumba, y a veces una inofensiva mentira valía más que una cruel verdad.

Al principio trataste de huir de mí, mis cuernos te asustaban, mi apariencia te congelaba, y a veces te escuchaba llorar en las noches hasta que el cansancio pudiera contigo, cayendo en un profundo sueño. Te negabas a comer, y era difícil tratarte enfrente de todos esos demonios.
Creciste rápido, pero te negaste a verme como un padre, y yo me negué a encariñarme contigo lo suficiente, con la mala sensación de que mis acciones podrían acabar con tu vida eventualmente, incluso aunque yo no quisiera... Fui creado para destrozar, para romper, para matar...

Sin embargo, con el paso del tiempo, las cosas comenzaron a cambiar. Apenas siendo un niño empezaste a seguirme, a hablarme, a reír, a sentir... Después de muchos años de paciencia, me tomaste confianza, conociéndome como... hermano...

Fue la primera vez que.. mi corazón se derritió y.. supe que quizás tenía un motivo por el que aceptar unas paces. Pero a pesar de eso, sabía que ella no, y que me odiaría por haberme llevado a uno de sus ángeles.
Algunos demonios aún te trataban mal, otros comenzaban a acostumbrarse a tu presencia, e inocentemente te acercabas para saber más de ellos, con curiosidad sobre sus cuernos y sus colas, intrigado por la textura de sus alas, tan diferentes a las tuyas llenas de plumas.

Plumas blancas que con el tiempo fueron cambiado a un gris oscuro cual carbón. Entonces comprendí mi gran fallo. Los ángeles caídos pierden la pureza de sus alas cuando comienzan a odiar a su dios, y fue en ese momento cuando me di cuenta de como habías preferido cambiar de bando, uniéndote a los demonios.