𝐑 𝐞 𝐬 𝐢 𝐥 𝐢 𝐞 𝐧 𝐜 𝐢 𝐚

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—¡¿Están hablando de Manjiro si o no?! —el de alas blancas ya no aguantaba las ansias de saber.

—Kiyomasa hace peleas con apuestas ¿Por qué a él no lo golpean? —se quejó.

—Porque él es parte de la ToMan —respondió. —Simplemente olvídate de ese negocio. No le ganaras al invencible Mikey.

De nuevo su aureola vibro.

¡No lo había imaginado! ¡Estaban hablando de Manjiro!

Feliz se alejó aleteando sus alas y voló alto en el cielo para después dejarse caer en una gran sonrisa.

Al fin vería de nuevo a aquel de ojos azabaches.

Estaba cerca, podía sentirlo.



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Cuando se integro en su forma humana ante la sociedad lo hizo con un plan.

Encontrar al tal Kiyomasa.

Kiyomasa parecía más fácil de encontrar que Manjiro. Si encontraba a Kiyomasa él lo conectaría con el oji-negro.

No fue difícil dar con aquel sujeto, solo tuvo que preguntar por aquellas supuestas peleas. Fue guiado y llevado hasta el lugar donde muchos hombres gritaban y maldecían.

Sus ojos se abrieron con gran sorpresa al ver como en el centro dos chicos parecían pelear a muerte uno contra el otro. La sangre de ellos se regaba por el suelo mientras que los espectadores solo gritaban, reían y se frustraban.

No podía permitir que aquella escena sucediera ante él y quedarse sin hacer nada.

—¡Alto! —su voz se destacó entre las demás. —¡¿Qué están haciendo?! ¡Pueden morir! —se acercó corriendo hacia los dos chicos que tenían su rostro cubierto de sangre. —¿Sienten fatiga? ¿Escuchan correctamente? ¿Pueden ver? —sacó del bolsillo de su pantalón un pañuelo blanco y comenzó a limpiar el rostro de los contrarios.

Todos estaban atónitos.

¿Había interrumpido una pelea importante del día para curar a esos dos chicos?

¿Quería morir acaso?

—Deben de ir al hospital lo antes posible —les ordenó. —Sus heridas son graves y deben de ser atendidas ¿Necesitan que llame a una ambulanc-? —no logró terminar su oración por el fuerte agarre que sintió en sus cabellos.

—¿Quién te crees que eres idiota? —tenía suficiente fuerza para levantar de los cabellos al rubio. —Estas arruinando mi negocio —le lanzó un golpe en el vientre.

—Y-Yo q-quie-

—Ahora tú serás la atracción principal —el azabache mordió su cigarrillo para evitar que se cayera y comenzó a golpearlo.

—¡Golpéalo!

—¡Mas te vale aguantar chico!

—¡Mátalo!

𝐑𝐚𝐚𝐛𝐭𝐚 | Maitake Week 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora