86- Poche

3K 404 90
                                    

Fui la primera en llegar y Juliana se presentó un instante después.

Caminó hasta mí y me estrechó la mano.

―Somos las primeras, ¿eh?

―Sí. Calle ha tenido que quedarse trabajando hasta tarde esta noche.

―Sí, la he llamado mientras venía hacia aquí, tiene que estar a punto de llegar. Estaba saliendo cuando la he llamado.

―Vale. ―No quería esperar más de lo necesario. Quería contemplar su hermoso rostro, besarla en los labios y rodearle la cintura con el brazo. Quería atraerla hacia mí, decirle al
mundo que aquella antigua versión mía había sentado la cabeza por la mujer adecuada… y que no lo habría hecho por nadie más―. La echo de menos.

Puso los ojos en blanco.

―No me hagas vomitar, ¿vale?

Sonreí.

―Lo intentaré.

―Así que Jax, ¿eh?

―Sí. ―No estaba segura de qué iba a decirle a mi hermano. Había pasado una larga década de silencio. La última vez que había hablado con él, me había advertido sobre mi padre. Estaba claro que todavía sentía algún tipo de vínculo conmigo.

―Nunca lo he conocido. ―Se metió las manos en los bolsillos―. Espero que se parezca más a Valentina que a Juan Carlos.

―Juan Carlos no es tan malo… ―Me vi defendiendo a mi padre cuando por lo normal lo habría criticado. Los últimos meses habían dejado claras nuestras semejanzas. Desde nuestro aspecto físico hasta nuestros gestos y opiniones, nos parecíamos mucho. Sólo esperaba ser capaz de aprender de sus errores antes de cometerlos yo misma.

Juliana asintió.

―Me alegro de que lo han arreglado. Sabía que era importante para Calle que volvieran a estar unidos.

―Sí, ella sabe qué es lo mejor para mí.

―Entonces es una suerte que te vayas a casar con ella ―bromeó―. Porque vas a recibir mucho más que eso.

Pensé en nuestro pasado, en todo lo que habíamos vivido.

―No me importa que me dé órdenes de vez en cuando…

Juliana debió de saber lo que quería decir en realidad, porque sonrió.

―Demasiada información, chica.

Mi padre atravesó la puerta de una zancada con Jax a su lado. Nos localizó un momento después y cruzaron el restaurante en dirección a nosotras.

Jax estaba exactamente como lo recordaba, corpulento y fuerte. Llevaba unos vaqueros y una ajustada camisa de manga larga de color verde oliva. Tenía los mismos ojos que yo y
el parecido que guardaba con nuestro padre era sorprendente. Para cualquiera que nos conociera, resultaría evidente que éramos hermanos. Valentina y yo nos parecíamos mucho, pero la gente podría pensar que Jax y yo éramos gemelos.

Mi padre se detuvo delante de mí y no extendió la mano. En aquella ocasión, me rodeó con los brazos para abrazarme.

Yo le devolví el gesto.

Me dio unas palmaditas en la espalda mientras se apartaba y me contemplaba con los ojos llenos de felicidad. No sonreía, pero no hacía falta. Sus ojos emanaban la misma alegría que cuando miraba a mi madre.

Después se volvió hacia Juliana y le estrechó la mano.

―Me alegro de verte, Juliana.

―Igualmente, Juan Carlos ―respondió.

Las Jefas- (Adaptación Cache) Terminada.Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu