Multicolor | Demon Slayer • KNY | Tokito Muichiro

¹²| Encuentro lunar

Era alrededor de medio día, Ayame se encontraba, una vez más, rumbo a la casa Kyogoku para encontrarse con la oiran.

¿Que si tenía miedo? Estaba aterrada, sabía que Warabihime realmente no vería sus productos, tendría suerte si fuera así, pero por la información que el pilar había obtenido, posiblemente, ya sabría que ella es una cazadora.

Llegó al salón principal, las mujeres de la casa se pusieron alrededor para ver los nuevos productos, ella dejó que estuvieran revisando y probando cualquier artículo.

—Iré a dejar esto a Warabihime—, dijo mostrando el paquete de cosméticos. No tenía caso retrasar el encuentro.

—Esta de mal humor, ten cuidado—, dijo una niña, ella asintió y empezó su camino.

'toc toc'

La puerta se abrió y justo en el fondo se encontraba la belleza de la casa. Una no tenía que ser genio para saber que estaba en aprietos, el clima de la habitación lo decía.

—Buen día, Warabihime-san—, dijo Ayame con la típica reverencia.

—Oh, Ayame-chan, que bueno verte—, la oiran se puso frente a ella con una sonrisa de lado, —pasa, toma el té conmigo—.

Seguramente, eso sería lo más cortés que harían en su encuentro.

—Te presento a un amigo—, señaló un lugar y sonrió nuevamente. De las sombras, salió un hombre alto y pálido, que vestía un kimono morado y su cabello era negro con puntas rojas, el cual, estaba atado en una coleta alta.

—Gracias por la invitación —, dijo el hombre sentándose en medio de las chicas.

—Un placer conocerlo, soy Chiyoko Ayame—, la cazadora mostró respeto, en primera, porque quería sobrevivir y en segunda, tenía que actuar lo más normal.

Ayame sabía que esto pronto se pondría feo, estar con dos demonios ya era un problema, pero estar con demonios así de poderosos, bueno, necesitaría un milagro para salir viva.

Desde que el hombre salió de las sombras, Ayame sabía que no era humano y mucho menos un amigo, a pesar de que se veía como uno. La única pregunta era por qué lo habrá llamado.

—Warabihime me ha dicho que tiene una amiga sumamente linda, no creía que alguien estuviera a su altura, pero tú estás muy cerca—, comentó el hombre con una sonrisa, —Soy Kokushibo.

Ayame tragó saliva, no sabía porque estaba en esta situación, pero actuar como siempre era su mejor plan. No cargaba con sus katanas y aunque pudiera utilizar el té como salida de emergencia, no creía tener tanta suerte para hacer frente a estos dos poderosos demonios.

—Agradezco sus palabras, Kokushibo-san. Pero no hay nadie como Warabihime-san, ella es la más hermosa del distrito—, contestó Ayame.

—¿Ves? Te dije que era un amor—, comentó la oiran. —Veo que tienes muchos amigos aquí, Ayame-chan... De casualidad,¿esta también es tu amiga?—, dijo la mujer demonio mientras mostraba a Zenitsu en un trozo de Obi (faja).

Ayame estaba en un dilema, primero, porque en su antigua vida se hubiera reído por la pregunta formulada, segundo, estaba que quería morir de miedo. Sin embargo la primera ganó.

Tomó un gran suspiro para no reírse y asintió. —Zenko es una gran amiga—, contestó.

—Veo que te calmaste un poco, entonces dime ¿por qué te uniste a esa sucia organización?—, las máscaras por fin cayeron. La demonio mostró su verdadero aspecto y cabía decir, que a Ayame también le gustaba así.

—Usted sabía que era mi sueño, Warabihime-san. Además mi familia siempre ha formado parte de la organización, era mi turno de traerles honor—, contestó.

—Así que honor...—, susurro Kokushibo, —entonces tenemos una propuesta para ti—, dijo.

—Toma de nuestra sangre y convierte en una de nosotros—, dijo Daki con entusiasmo, —seguro será una de las mejores—.

Eso había sorprendido a la cazadora, que le den una salida así, era bastante tentador, pero ella era una persona que anhelaba más la muerte que la eternidad.

—Lo pensaré, gracias—,  no iba a dar una respuesta negativa inmediatamente, aún quería volver a ver a su familia.

—No lo pienses demasiado, Ayame-chan—, comentó el demonio, —sabemos que estás con otros cazadores, como tu amiga de aquí—, señaló a Zenitsu.

—Te dejaré ir porque la sangre de mi familia aún corre por tus venas... La próxima vez, no correrás con tanta suerte— finalizó.

Kokushibo se puso de pie y como por arte de magia, desapareció. Ayame soltó un suspiro.

—Warabihime—

—Soy Daki—, interrumpió la demonio.

—Daki-san, puede soltar a Zenko, por favor.

—El que mi superior te haya dejado ir, no significa que yo lo haré—, la mujer sonrió e inclinó su cabeza.

Sin pensarlo, Ayame corrió hacía la ventana para saltar. Aún era de día, así que Daki no podría salir y esperaba que su faja multiusos tampoco.

En una azotea, Tanjiro e Inoske vieron tal acto, así que la llamaron. Ayame, inmediatamente llegó con ellos.

—¿Dónde está Uzui-san?—, preguntó nerviosa la chica.

—No lo sabemos, ¿por qué saliste así de la casa?—, preguntó Tanjiro.

—Da gracias que salí—, respiró , — resulta que la oiran de esa casa es un demonio y no cualquiera, es una luna. También se llevó a Zenitsu, pero no pude rescatarlo—.

—Hay algo que no estás diciendo, Ayame—, dijo fríamente el pilar detrás de ella. Ninguno de los chicos notó cuando llegó.

—¿Que ella es muy extravagante?—, mencionó la cazadora con duda.

—¿Hay otro demonio?—, preguntó el pilar ignorando el comentario sarcástico.

—No, se fue—, dijo con un susurro.

—¿Algo más?—, insistió el pilar, sabía que la chica acababa de pasar un episodio de su vida muy intimidante.

—Ellos me ofrecieron ser un demonio—, dijo Ayame bajando la cabeza.

—Bueno, es obvio que no aceptaste, entonces ¿qué te tiene así?—, preguntó otra vez.

—Dijo que su sangre corre por mis venas—, miró al pilar con ojos llorosos, —es su culpa que mi familia este en deuda con los dioses, por eso tengo estos poderes, que a pesar de verse como una bendición, son la prueba de que uno de nuestros ancestros llevó un camino del mal, es la razón por la que nos convertimos en cazadores, para reclamar su alma—, finalizó con un suspiro.

Amigxs, por favor indíqueme si hay algún error, porque no ando al cien y a veces meto letras de más.