once again | winrina

6: Preguntas, preguntas y preguntas

—¡Oye! Eso no es cierto —dijo riendo.

—Sure Jan —bromeó—, por cierto acompañame mañana a elegir regalo de cumpleaños para mi hermana.

—¿Yo? Ryujin, sabes que soy horrible para eso... —respondió Minjeong.

—Mi hermana es una friki del cine y a ti te gusta el cine, creo que eres mi única opción segura.

—Vaaaale, te acompaño.

Entonces Heeseung me habló sacándome de mis pensamientos.

—Oye, ¿y si vas con ellas y pillas pelis nuevas? Así hacemos maratón.

Por favor Heeseung, no es el mejor momento.

—Porfa... —me dijo al oído. Suspiré.

—Voy con vosotras, quiero comprar algunas pelis también.

—¡Vamos! —exclamó Heeseung haciéndome reír.

Subí la mirada hacia arriba y me encontré con los ojos de Minjeong unos segundos, que automáticamente se apartaron de los míos. Estaba seria, sacó su teléfono y se puso a ojearlo.

—Y bueno, señora misterio, cuéntanos algo de tus novias de estos años —preguntó Ryujin de la nada.

Mis ojos se abrieron como orbitas y di gracias que nadie me vio. ¿Qué pregunta es esa?

Minjeong rió y negó con la cabeza.

—No, no ha habido nada. Y mejor que continue así —dijo riendo.

—Minjeong rechazando cualquier tipo de afecto... Estoy sorprendida —dijo Chaewon riendo.

—El tuyo no —guiñó, Chae le dio un golpe en el hombro riendo.

Oh vamos, lo que me faltaba ya. No sé ni por qué me molesta.

Me agarré al brazo de Heeseung mientras hablaba con Jay y cerré los ojos acostando mi cabeza en su hombro. Mis ojos pesaban, estaba cansada y esta situación tampoco ayudaba. No sé cuanto tiempo permanecí así, pero hubo un momento que mis ojos se entreabrieron y observaron como Minjeong estaba mirándome, pero no de una manera incómoda o rara, tenía esa leve sonrisa en su rostro que le aparecía cuando estabamos juntas en casa. Cuando simplemente nos quedábamos recostadas en el sofá mirándonos y riendo, hacia mucho tiempo que no veía esa expresión.

Me quedé mirándola unos segundos y ella se dio cuenta, pero no apartó la vista en ningún momento. Nos quedamos así unos segundos... Entonces noté mi corazón acelerarse de nuevo y rompí ese duelo de miradas. Esto no podía pasar, de ninguna manera.

Me incorporé rápidamente y Heeseung me dio un vistazo.

—¿Todo bien?

—Sí, es que tengo un poco de sueño.

—¿Quieres que volvamos a tu piso? —preguntó preocupado.

—No, no. Quédate tú si quieres, igual tengo que pasar a comprar una cosa.

Él asintió y me dio un suave beso en los labios. Me aparté y me despedí de todos, apenas miré a Minjeong.

Mentí de nuevo, no tenía que comprar nada, yo solo quería salir de allí y volver a casa cuanto antes. Sé que dije que volvería a la normalidad, que lo trataría como si nada... Pero no puedes hacer eso. No puedes mirarme como solías hacerlo antes, no puedes venir y poner mi vida patas arriba cuando se te de la gana.

Estaba tan sumergida en mis pensamientos que no vi el semáforo, y tampoco vi que estaba en rojo. Fui a cruzar la calle y cual película romántica, alguien me tiró del brazo hacia sí misma apartándome de la carretera.