Así fue como los dos fuimos los únicos libertadores que quedaron libres, y por 10 días, Smellerbee me cuidó, sanó mi herida y me alimentó como pudo.

—Tendremos que huir a Ba Sing Se. Ellos no dejarán de buscarnos—. Me dijo ella.

Cuando la miré, supe que había planeado ya toda una estrategia. Estaba asustada y muy enojada también.

—¿Qué será de Jet? ¿De Piswick y de los demás?

—Se los llevaron hace días, jamás los encontraremos.

—La Nación del Fuego no tiene prisiones en el Reino Tierra y no van a ejecutar públicamente a unos niños... deben llevarlos a las islas para hacer lo que tengan pensado hacer y la costa está muy lejos.

—No estarás pensando ir a buscarlos.

—Eso es justo lo que estoy pensando.

—Longshot, es una misión suicida, ni siquiera estás bien para caminar, menos para una misión de rescate en quien sabe dónde...

—Fueron a la torre, al cuartel de los Yuyan,

—¿Qué?

—Es el único lugar donde pueden reabastecerse y reubicarse. Los Yuyan deben volver a su cuartel para otras misiones, los demás seguirán el camino.

—¿De quienes hablan?

—El comandante, el que lideraba el ataque, no era un Yuyan, es un comandante de la infantería de la armada de fuego. Su cuartel está el la provincia Gayuing, eso está a 400 kilómetros al norte, para viajar con prisioneros y reportarse, necesita un lugar donde recolectar provisiones.

—Longshot, no, no sabes si estás en lo correcto. Debes detenerte Ya.

—¡NO! —la miré y pude sentir su terror —. Tú me salvaste por algo, no fue para que huyéramos y dejáramos a nuestros amigos atrás, tú me buscaste antes de acusarla, y lo hiciste porque sabías que haría lo correcto, estoy intentado hacer lo correcto.

—Mientes —. De sus ojos oscuros brotaron lágrimas —. No estás intentando hacer lo correcto, te escudas en Jet, en Piswick y en los otros para ir por ella. Tal vez una parte de ti quiera salvarlos, pero te he estado cuidando por días, he oído tus delirios, quieres ir a ese lugar, por ella, solo te importa ella.

—¡Sí! ¡Solo me importa ella! Porque la amo. Y sé por lo que miró en tus ojos cuanto te duele escucharlo, pero la amo. A esa traidora, manipuladora y asesina, la amo. Y no voy a quedarme aquí, para que lo último que recuerde de ella, sea el frío de su puñal al traicionarme. Voy a buscarla, voy a enfrentarla y si aun no es muy tarde, voy a salvarla, porque eso es lo que soy, eso es lo que aprendí con ustedes, no salvas a las personas que te piden ayuda, salvas a aquellas que ni siquiera saben que necesitan ser salvadas.

"Así que sí, es una suicidio, y soy seguramente el imbécil más grande de las 4 naciones, pero voy a ir, solo si así debe ser, y la salvaré de ella misma y en el proceso, voy a salvar a nuestros amigos.

"Sé lo que esperas de mí, sé que pedirte esto es horrible, pero te necesito Smellerbee, juntos podemos arreglar las cosas, podemos salvarlos a todos.

El amor es un arma muy peligrosa, si pudiera imaginar como habría sido mi vida si hubiera huido con Smellerbee a Ba Sing Se, seguramente sería una vida tranquila, alejada de la guerra y llena de mentiras.

Parados en ese bosque, con un fogata apenas calentando el ambiente, los dos fuimos conscientes de una irrefutable y dolorosa verdad, jamás podríamos intentar una vida tranquila, todas las personas que amábamos, todas sufrían por un enemigo en común. Era eso, nuestro amor, nuestro amos a otras personas, nuestro amos a la causa de liberar y proteger y nuestro amor mutuo el que nos estaba empujando a nuevamente ponernos en peligro, así fue aquel día, así fue aquella tarde en la presa, y así fue en Ba Sing Se cuando perdimos a Jet.

Siempre nos levantamos y luchamos porque nunca, sin importar cuan horrible fuera nuestro pasado, aún éramos capaces de sentir amor.

—Iré contigo—. Me dijo Smellerbee—. Pero debes prometerme algo.

—¿Qué cosa?

—Cuando estés con ella, cuando la hayas enfrentado, no olvides, que algunas de nosotras, no necesitamos a un salvador que nos lleve al "buen camino". Algunas, podemos amarte sin temor y sin traiciones.

Aquellas palabras, fueron las más difíciles de escuchar en toda mi vida, ahí estaba ella, ofreciéndome todo lo que tenía, sin condiciones, sin precios, sin intrigas. Y ahí estaba yo, esforzando mi adolorido cuerpo para ir hacia otra mujer, una que había hecho todo lo contrario. Estoy seguro de que Smellerbee supo que yo estaba confundido y nada preparado para otra cosa que no fuera la nueva misión y creo que justo por eso, no estuvo dispuesta a morir sin soltar todo lo que le pesaba en el corazón.

Hasta ahora, ese ha sido el mejor beso que he recibido en toda mi vida y aún hoy, mientras espero a que mi amigo el general Iroh decida dejar de entrenar y ponga en marcha su escape, espero poder volver a recibir un beso como aquel. Ojalá Smellerbee me acepté si algún día, salgo de aquí.

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