Abriendo de un empujón la puerta de la sala de descanso, Serbian paseó lentamente. Detrás de él, que llevaba al inconsciente Yurisiel en brazos, una sombra oscura que no podía ocultar arrastraba su cola tan larga como sus emociones.



* * * * *



Yurisiel entornó los ojos rígidos, levantando a medias sus pesados párpados.

La ardiente luz del sol se derramó sobre su rostro. Yurisiel frunció el ceño, apenas capaz de abrir sus obstinados ojos. Sentía todo el cuerpo rígido, pesado y palpitante. Tragando con dificultad, Yurisiel miró lentamente a su alrededor.

En su visión, que se iluminaba lentamente, pudo verse a sí mismo tendido sobre una gran cama. Por alguna razón, le recordó al día en que se despertó en este lugar, pero a diferencia de entonces, ahora no habían hombres desnudos en la gran cama. 

Yurisiel yacía solo en la habitación vacía, pasándose una mano por el pelo grasiento y cerrando lentamente los ojos. Ah... Voy a morir, de verdad. ¿Cómo he acabado aquí tirado?

Antes de que pudiera ponerse en pie, la puerta de la habitación se abrió con un chirrido, dejando ver al chambelán. Su mirada se cruzó con la de Yurisiel, que yacía inmóvil en la cama, y el chambelán, de aspecto preocupado, tropezó hacia él, con los ojos muy abiertos y el cuerpo tembloroso.

"Su Majestad, ¿está despierto? ¿se siente bien?"

Yurisiel se quedó mirando al chambelán sin comprender. Le dolía el cuerpo y sentía pesadez aquí y allá, pero no se sentía mal ni enfermo. Era casi como si tuviera una mala resaca. Era una sensación que Yurisiel conocía muy bien del 'Otro Mundo', así que no respondió nada y se limitó a asentir al chambelán. El rostro del chambelán, plagado de preocupación, se iluminó de repente. Yurisiel se puso en pie.

"Un poco de agua...."

Una voz ronca le arañó la garganta. El chambelán cogió rápidamente un vaso de agua de la ornamentada mesita que había junto a la cama y se lo tendió a Yurisiel. Cuando el agua fría se deslizó por su garganta, se sintió vivo. Tras vaciar un vaso lleno de agua de un solo trago, Yurisiel exhaló pesadamente, y el chambelán aceptó el vaso vacío y preguntó con cautela: "¿Qué pasa?"

"¿Llamo al médico imperial?"

Yurisiel sacudió la cabeza mirando al chambelán con aire distante. ¿Qué clase de persona necesitaría un médico por una resaca? Sin embargo, el chambelán aún parecía preocupado.

"¿Recuerdas lo que pasó anoche?"

"¿Anoche?"

Yurisiel miró al chambelán con el ceño ligeramente fruncido. ¿Qué pasó anoche? Anoche... Hubo un baile... bailó con Serbian en el baile, y... estaba preocupado por Lorraine, así que fui a buscarla... y entonces... Los ojos turquesa de Yurisiel parpadearon lentamente.

A su mente volvió la imagen de Serbian entrando tarde en la sala de descanso con su copa de vino, el vino rojo sangre derramándose de la copa mientras rodaba de su mano y empapaba la alfombra, y luego, y luego, y luego....

Los labios de Yurisiel se separaron en una mirada perdida. El chambelán miró el rostro cada vez más blanco de Yurisiel y sacudió ligeramente la cabeza.

"¿Su Majestad?"

Yurisiel se tapó la boca con la mano. Los recuerdos de la noche anterior que empezaban a aflorar a la superficie, no exactamente, sino a trozos, estaban convirtiendo la mente de Yurisiel en un caos. El sonido de su propia respiración entrecortada, gemidos, su propio cuerpo acalorado y los ojos azules que lo miraban...

Yurisiel abrió la boca aturdido. La mayoría de sus recuerdos seguían siendo vagos, como en una tenue bruma, pero estaba seguro de que había hecho alguna travesura con Serbian, que no era nadie en absoluto.

Recuerda haberse sentido espantosamente bien estando con Serbian, pero no recuerdo muchas acciones o cosas concretas. En cierto modo, supongo que debería decir que es un alivio... Yurisiel tragó saliva lenta y secamente. Aún no podía creer lo que había pasado anoche.

Ah... Loco...

Eso era lo único en lo que Yurisiel podía pensar. Estás loco.... Estás loco, tú.... Estás realmente loco. No, en realidad, estás muy loco....

El chambelán miró a Yurisiel y su expresión volvió a ser de inquietud.

"El... Anoche, el Duque de Rosenheim regresó del baile cargando a Su Majestad en brazos. Según el Duque, Su Majestad había bebido demasiado, y él vino a escoltarlo..."

Yurisiel respiró lentamente. Bueno, vale, eso es lo que le dijo, entonces... ¿Quién más sabe lo de anoche? ¿Sólo Serbian y yo?

De repente, Yurisiel miró su cuerpo. Un vaporoso camisón blanco le abrazaba suavemente el cuerpo. Yurisiel tartamudeó y separó los labios al encontrarse con la mirada del chambelán.

"Oye, ¿quién cambió el traje?"

El chambelán miró a Yurisiel, perplejo, y respondió obedientemente.

"Anoche, el duque Rosenheim insistió en ayudarlo a tomar un baño, y todos los demás sirvientes fueron despedidos".

Yurisiel respiró aliviado. Sí, Serbian había sido quien lo había cambiado de ropa.... No, espera, ¿realmente era el momento de sentirse aliviado? Yurisiel luchó con todas sus fuerzas para no imaginarse la escena del baño de anoche. No había visto la cara de Serbian. No tenía ni idea de cómo enfrentarse a él a partir de ahora.

Ugh.... No puedo creer que esto esté pasando... No puedo creer que fui yo el que terminó bebiendo la bebida envenenada, Aunque tenga muy mala suerte, ¿cómo ha podido pasar esto?

Estaba claro que el momento y la copa con la droga habían cambiado con respecto a cómo había pasado todo en la obra original. El hecho de que fuera Serbian quien la trajera, y de todas las cosas, había sido él quien se la había bebido sin ninguna sospecha. En verdad, decir que uno podía quedar inconsciente y romperse la nariz al caer de espaldas era sin duda adecuado para una situación así.*

(n/t: Creo que se refiere a que, en otras palabras, la situación parecía imposible, pero ahora que se dio, puede tener consecuencias potencialmente peligrosas. Como decir que es casi imposible que alguien que caiga de espaldas le pase eso, pues igual xd.)

Y por eso, se encontró en compañía de Serbian y....

Yurisiel impidió instintivamente que sus pensamientos forzaran una conexión con aquello. Aún no estaba preparado para recordar los detalles de la noche anterior. Un sudor frío recorrió la espalda de Yurisiel.

Le ardían las mejillas y sentía que la cabeza, que ya de por sí le latía con fuerza, le daba aún más vueltas.

Sentía que se estaba volviendo loco.... demasiado... loco... Estaba tan avergonzado....

"Su Majestad, ¿se encuentra bien?"

El chambelán abrió la boca, preocupado, mirando a Yurisiel, cuyo rostro se había puesto blanco como una sábana y ahora estaba rojo de nuevo. Yurisiel asintió mecánicamente, pero la verdad era que no se sentía nada bien.

Pero lo que ocurrió a continuación fue aún peor. Oyó que llamaban a la puerta, seguido del sonido de la puerta cerrada abriéndose, revelando el problema en sí, Serbian.

El tirano quiere vivirWhere stories live. Discover now