UN TRATO Y POCO AMOR ✔ [ ¡¡EN PAPEL!!]

POV; cap. 13

¡Hey, hey!
Como ya dije, aquí está el otro capítulo. He tardado un pelín más porque algunas cosas se complicaron.
Repito, recordándoos: TENGO NOTICIAS QUE EN BREVE PODRÉ COMPARTIR CON TODOS VOSOTROS Y ESTOY QUE ME MUERO POR CONTAR.
Por eso también mi tiempo se limita aún más y estoy trabajando prácticamente todo el día.

No obstante, mientras esperáis, dadle amor a la historia.

Os quiero, xx

Mi cuerpo se movió, buscándola, pero una vez más ella ya se había levantado. Resoplé ligeramente. Nunca logré levantarme a su lado, era de las que se despertaba temprano y yo de los que, si podía, se quedaba en la cama hasta último momento.

Minutos después me levanté de la cama y fui al baño tras revisar la hora. Diez y media de la mañana. Me lavé la cara y fui en su búsqueda. Seguramente habría bajado a desayunar. A medida que llegaba a la cocina lo confirmé, y estaba con Dave. Podía oírlos hablar.

—A diferencia de ti, yo soy una pobre chica de clase baja.

—Bueno, a mí eso no me importa. Me gustas.

—¿Ya estás acosándola de nuevo? —dije, entrando en la cocina.

Ambos me miraron y Nedra sonrió.

—Buenos días —dijo.

—No la acoso —alegó Dave—. Nedra es mi amiga.

Me senté al lado de mi hermano y me incliné hacia él.

—Pero yo la vi primero.

Hizo un ademán por pegarme y lo acabó consiguiendo.

—Eh, nada de pelearse.

—Tengo que defender lo que es mío.

Me levanté, fui donde estaba Alisa y atrapé uno de los sandwiches que estaba preparando. El famoso sandwich de Alisa. Mayonesa, pavo y lechuga.  Pero ella le daba el toque con un poco de mermelada de arándano, bien distribuido. Tan sólo un poco, lo justo, para que compaginase con el resto de sabores.

—De hecho, Dave y yo nos íbamos ahora a jugar a la consola.

Me paré frente a ellos, en la isla de la cocina donde estaban sentados.

—¿Ya me traicionas?

—Es que he encontrado una versión mejor, y más joven, de ti.

Entrecerré los ojos, intentando contener una pequeña sonrisa. Mis labios se movieron, a punto de hablar, pero escuchamos un gruñido y todos nos giramos a ver. Jackson había despertado.  Ignorándonos por completo, fue a por su desayuno y café.

—Buenos días —dijo Nedra, intentando apaciguar la situación, pero nada logró.

Me miró con esa preocupación que rápidamente reconocí, pero yo negué con la cabeza, asegurándole que no pasaba nada.

—¿Puede quedarse a pasar el domingo? —sugirió de la nada mi hermano Dave.

—Dave, no creo que...

Tuve que interrumpirla.

—Claro —acepté y clavé mis ojos en los de Nedra—. De hecho, no tiene nada que hacer hoy.

Rodó la lengua contra su mejilla, callando.

—¡Genial! —Dave celebró.

—Si no tengo nada que ponerme.

—Por eso no habrá problema —dije y sonreí de lado—. Sé que adoras mis camisetas.

—¡Estupendo! ¡Voy a preparar la Play!