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Suspiros salían de su boca ante tal satisfacción que daban esas manos finas y cálidas a sus adoloridos músculos, las mañanas tan duras que iban de entrenamientos de pelea hasta cazas de 5 horas podían atrofiar bastante su postura por el dolor en sus hombros, en esos momentos era capaz de arrodillarse y agradecerle a Eywa por permitir nacer a una chica con manos tan perfectas para este trabajo, esta estaba demasiado nerviosa por estar tocando directamente el cuerpo de alguien tan importante y poderoso como lo era el príncipe de las mareas, formaba parte del grupo de sirvientas del harem sin ser concubina, pero había días en las que era llamada a los aposentos reales solo para realizarle masajes sin otra intención a no ser que el chico así lo quisiera. En toda la isla había mujeres que hasta serían capaces de matar a quien se le pusiera en frente solo para tener tal oportunidad, con el simple echo de que esos brillantes ojos azules te miraran podrías llegar a desmayarte por tal porte dominante e intimidante que llevaba, aún era alguien joven, pero eso no lo limitaba a ser el mejor en todo lo que se le proponía, siendo el orgullo de toda la familia real que no dejaba de poner expectativas realmente altas sobre él.

Príncipe Ao'nung, tercer hijo del Olo'eyktan Tonowari y primogénito de la Kaltum Ronal, amado hermano y príncipe favorito de toda la dinastía fue obligado a asumir la responsabilidad de ser el siguiente en la línea de sucesión por culpa de su padre, que desapareció a sus demás hijos con la excusa de ser bastardos después de encontrar un profundo amor con una esclava de rizos que supo cómo entrar en su corazón, una verdadera historia romántica que endulzaría los oídos y el corazón de quién quisiera escucharla, claramente haciendo una gran excepción con la Tsahik Paysiy, una mujer de avanzada edad y madre del jefe quien fue la primera en oponerse a tal unión ante los ojos de Eywa. Nadie podía ir en contra de las decisiones de Tonowari desde que había tomado esa posición luego de la muerte de su padre, respetaba y amaba a su sabía madre, pero no iba a permitir por ninguna cosa en todo Pandora fuera capaz de separarlo de su hermosa esposa, al poco tiempo de que esta diera a luz a su primer hijo, siendo bendecidos por un fuerte varón, fueron a casarse a escondidas de todo con el único permiso que les importaba el cual era el de su amada diosa luego de realizar los lazos correctamente con el árbol de almas.

Para darle el lugar totalmente merecido en la dinastía a su esposa, creó el título real de "Kaltum" designado solamente para la pareja principal del Olo'eyktan quién estaba por encima de todas las concubinas y esclavas que se encontraran en el harem, al perder el interés en sus demás parejas de una sola noche prefirió cerrar su parte del harem solamente dejando esclavas que les servirían hasta el final de sus días, las personas que ingresaban a este lugar perdían todo derecho a la libertad, ya que pasabas a ser pertenencia del jefe y su familia, por otro lado, llegaban mujeres en busca de los beneficios que te daba ser una preferida al parir un hijo masculino para el clan, un príncipe te dejaba el camino libre para subir en las escalas de la sociedad más todo el oro que podrías imaginarte junto a las joyas y demás beneficios. Las cortinas en la entrada de sus aposentos fueron corridas, dejando ver a uno de sus súbditos, que dio una leve reverencia acompañada de una seña de manos en forma de respeto, antes de volver a su posición inicial, se sentó sobre el cómodo sillón único en toda la isla separando con algo de brusquedad esas manos ajenas de su cuerpo, hizo un ademán con la mano en señal de que la joven ya debía irse, ella solo asintió con miedo antes de salir casi corriendo del lugar.

- Príncipe Ao'nung, la Kaltum Ronal desea hablar con usted

- Hazla pasar, rápido

Se acomodó la bata de seda fina blanca casi transparente tapando parte de su cuerpo, este tipo de telas eran una de las especialidades en todo lo que era su clan, con la explotación de un extraño tipo de gusanos que producían sedas que solo podían encontrarse en climas cálidos habían logrado un gran capital, acompañado del gran poder que poseía un material dorado solo capaz de encontrarse en las partes más profundas del mar, esto lo ocupaban solo las personas con más poder del clan, ya que eran considerados regalos muy especiales de parte del dios Ean. Normalmente, chocaban con las creencias de los demás clanes por tenerle devoción a algo más que Eywa, pero su conocimiento e ideal espiritual iba mucho más allá de solo adorar a esta diosa, hace mucho tiempo le dieron un nombre al Mar, al que le hacían ceremonias especiales por las cosas que les regalaba, pero también comprendiendo que había cosas que podía quitar, un cuerpo infinito que con ella llevaba sabiduría y conocimientos antiguos guardando espacio para futuros.

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⏰ Última actualización: Jun 17, 2023 ⏰

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