Capítulo único

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La música resuena en aquella casa grande. Se puede oír desde cualquier sector en donde uno se ubique: ya sea en los amplios pasillos en donde se pueden ver fotos familiares, incluso algún que otro cuadro de de algún artista moderno. O también en la sala de estar, en donde se puede ver un tocadiscos de esos modernos que tienen bluetooth. En dicho mueble de madera, hay varios vinilos. Uno de ellos es rosado, con detalles celestes y tiene la foto de una chica rubia allí. Al lado hay otro, que es todo negro y parece una fotografía tomada con un ojo de pez, la escritura de este dice: Oasis y tiene una firma allí, más bien una dedicatoria.

Las luces están prendidas, a pesar de que apenas son las 14:49 de la tarde en Amadora, Portugal y ya es primavera, pero el cielo está oscuro, aunque el clima es cálido y eso lo demuestran las diversas personas que caminan por aquella cuadra y que ignoran por completo la presencia de la música, bueno, algunos si, tararean las canciones que se pueden oír desde ahí y otras miran con el ceño fruncido debido al alto volumen.

Alguna que otra persona, señala el lugar con quién camina al lado y se tapan la boca en sorpresa o alzan las cejas con la misma emoción.

Y no es para menos: quién vive ahí, o más bien, la persona que va allí durante las vacaciones, no es otra que un jugador de fútbol de la liga de Portugal, quien también jugó en el Benfica y ahora, pasa la mayor parte de sus días en un lugar total y completamente diferente a dónde está ahora: Manchester.

Quién vive dentro de aquella casa, que tiene un enorme jardín y en donde la música se puede oír a un gran volumen, no es otro que Rúben Días que en estos momentos se encuentra observándose a él mismo al espejo.

Si bien el reflejo devuelve a un hombre de piel bronceada, cabello prolijamente peinado, brazos marcados y una remera que se ajusta muy bien a todo su pecho, mirándolo un poco lo marcado de su pecho, la expresión en su rostro es otra:

Está preocupado. Y cualquiera que lo viera desde fuera diría que una persona como él no debería de tener preocupaciones: Rúben logró ganar junto al Manchester City una Fa Cup, por primera vez la Champions League y la Premiere por segunda vez. Puede decir que tiene casi todos los objetivos que podría desear un jugador de fútbol pero... en su mente aquellos logros no son los que forman parte de sus pensamientos.

En absoluto.

Ahora se mira al espejo y se puede ver visiblemente nervioso. Suelta el aire por la nariz y parpadea en varias oportunidades. Se muerde los labios un poco.

Detiene todo ese movimiento que son ocasionados por los nervios y se mira frente al espejo. Puede ver a ese hombre apuesto que es, aquel que ganó absolutamente todo y que tiene la fortuna encima, de ya estar hace dos años con la persona que ama.

Esa persona que lo hace sentir como en casa sea el lugar que sea que estén.

Esa por la que puede decir que decir que sonríe cada vez que abre los ojos y se encuentra con él del otro lado, ya sea con la mirada puesta en su persona o aún durmiendo.

Esa persona que forma parte del equipo en el Manchester City y con la que obtuvieron todos aquellos logros.

Esa que cada vez que lo ve lo rodea con sus brazos y siente que absolutamente todo va a estar bien: John Stones.

Un John Stones que desde la primera vez que lo vio tiene que admitir que quedó flechado y que lo primero que hizo, fue stalkearlo por internet, seguirlo en absolutamente todas las redes sociales y tiempo después admitiría que lo tenía en notificaciones para ser el primer en likear aquella foto en instagram, Twitter o intentar sacarle un tema de conversación contestando alguna historia.

Y Rúben no tenía la culpa de ello: John es simplemente aquella clase de persona que te atrapa no solo con aquellos ojos azules (que le recuerdan al mar Mediterráneo y que tal vez por eso, al recordarle a su país natal, lo encantó en primer lugar) sino que sino que la simpatía que él tiene, el cariño, los abrazos que te da y lo interesante que es como persona logra que de alguna forma u otra termines atrapado en sus redes.

A lovely day in Amadora (Rúben Días x John Stones)Where stories live. Discover now