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Danielle mojó su rostro con el agua del grifo, estaba dentro del baño del instituto ya que hacía demasiado calor, era temporada de verano y su rostro estaba muy rojo debido el excesivo calor.

Se miró un momento al espejo, tenía gotas de agua cayendo por su barbilla, algunos mechones de cabello se pegaban a su frente mojada y sus pestañas se podían distinguir más por su humedad. Era hermosa.

De pronto, vió por el espejo cómo la puerta de uno de los baños se abría, dejando ver a la chica más linda del colegio, según danielle.

Se puso nerviosa, su rostro aún estaba mojado, su uniforme también tenía manchas del agua y definitivamente no estaba en su mejor estado.

Haerin salió del baño y se detuvo en seco al mirar a danielle frente a los espejos, ambas bajaron la mirada apenadas, sin saber que hacer o decir. Caminó de nuevo hasta los lavabos y comenzó a lavarse en silencio, el calor era muy fuerte allá afuera, y podía notar que a danielle le afectaba, sus mejillas estaban rojas. Seguro por el calor.

Cuando terminó, la de ojitos gatunos dió media vuelta a la puerta de salida. Pero se detuvo de nuevo, se volteó lentamente y miró a danielle, que ya la estaba mirando. Bajaron sus miradas, por milésima vez.

Haerin dió un pasó al frente, y sacó algo de su bolsillo, parecía ser un pequeño pañuelo, blanco y completamente limpio. Danielle, la miró extrañada.

— Tú... Tú rostro está mojado, el cambio de temperatura, podría hacerte daño — dijo bajito haerin, extendiendo su brazo con el pañuelo en mano a danielle, la cual quedó paralizada por un momento, mirando la tímida expresión de haerin.

Luego de unos segundos reaccionó y pidió perdón por su tardanza, tomó lentamente el pañuelo y lo sostuvo en sus manos.

— Gracias, me viene de maravilla — dijo sinceramente y algo apenada. Haerin asintió inexpresiva, pero luego formó una leve y casi invisible sonrisa con sus labios, dió media vuelta y ahora sí, salió de ahí.

Danielle inhaló profundamente el aroma del pañuelo de haerin, tenía impregnado su delicioso aroma, tan dulce y relajante. Juraría que sintió un pequeño escalofrío en su cuello al olerlo, se sentía cálido y sus rostro se calentó de nuevo. Pero no por el calor, si no por su increíble sonrojo.

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La clase dió inicio, y antes de que el profesor pudiese cerrar la puerta, un zapato se atravesó, luego unas manos empujaron la puerta, dejando ver a danielle, la belleza del instituto.

— Lo siento profesor, estaba en el baño — se excusó danielle, y pudo notar que haerin ya estaba sentada ahí, en uno de los asientos de enfrente, muy lejano al suyo que estaba hasta la profundidad del aula.

Danielle la miró, pero haerin no regresó la mirada ya que simplemente observaba su libro que ya estaba abierto, la belleza de la escuela suspiró un poco nerviosa, fue hasta su lugar pasando por el costado de haerin. Notando su perfume en esa área, quería quedarse ahí el resto de su vida.

Ahora sí, la clase inició, fue aburrida como la mayoría de las veces, el profesor hablaba y ellos solamente tomaban notas y resolvían alguna duda que tuviesen. Pero entonces, danielle percibió un olor muy fuerte, un compañero a su lado se encontraba comiendo y el olor de su almuerzo era demasiado fuerte para soportarlo, al menos así era para danielle.

En un intento de alejar ese olor, sacó el pequeño pañuelo que haerin le había dado y lo puso en su nariz, inhalando el perfume de su amada, la cuál estaba bastante concentrada en la clase a muy lejana distancia, el pedazo de tela olía tan bien como ella, eso la calmó y la hizo olvidar que a su lado estaban desobedeciendo las normas de la escuela.

fragranceWhere stories live. Discover now